El Secretario
Y ahora, Carlos Sotre nos explica como fue la última convivencia taichista en Cantabria. Que lo disfrutéis.
3º Encuentro de taichiístas de Cantabria
El sábado día 20 de octubre nos reunimos de nuevo los distintos grupos de taichiístas de Cantabria en el tercero de los encuentros/convivencia que empezamos allá por el mes de marzo pasado (y del que ya enviamos -en el mes de abril- un resumen a este blog de Maribel).
De la segunda convivencia (del mes de mayo) no escribimos resumen, por diversos motivos, y por eso no mandamos nada al blog.
Y de esta tercera convivencia, éste es, más o menos, el resumen de lo que hicimos y hablamos y que ahora compartimos con todos vosotros:
Nos reunimos -de nuevo en las escuelas de Setién- nueve personas durante la mañana del sábado, nos saludamos, charlamos e hicimos el mismo orden del día que las otras dos veces, es decir, calentamiento, tabla de tai chi, fresquito/calorcito y, finalmente, tertulia, esta vez leyendo y tomando como referencia el capítulo XXII del Tao Te King.
Antes de empezar la tertulia, escribimos una postal de felicitación a Peter por su 91 cumpleaños (92 para los chinos) y la firmamos todos para mandársela.
Empezamos a hablar intentando establecer de forma clara el procedimiento que queríamos seguir en adelante para hacer las tertulias (y toda la convivencia) de una manera ordenada y con unas bases comunes. Quedamos de acuerdo en partir de los 80 capítulos del Tao Te King y de los 80 movimientos del Tai chi como base común para todos (siguiendo lo que Peter repite mucho últimamente de las 80 formas de amar y las 80 formas de servir que tenemos en ellos y que nos han de servir a los taichiístas como punto común, en el que todos estemos de acuerdo). A partir de aquí, quedamos en tener también en cuenta las aportaciones de Peter en cuanto a la unión de taoísmo y cristianismo y cualquier otra aportación de otras fuentes o teorías (filosóficas, religiosas, etc.) que nos puedan servir para comentar el capítulo elegido del Tao Te King, que será el que nos sirva de base y el que tomaremos siempre como referencia. Y luego, como ya habíamos dicho la primera vez, reiteramos la importancia de las aportaciones personales de cada uno de nosotros: las ideas, vivencias y experiencias personales que vayan surgiendo a raíz del tema o temas del capítulo leído.
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Foto Convivencias 2010 |
Y pasamos a leer -en dos o tres versiones o traducciones- el capítulo elegido para esta vez, el 22:
Lo humillado será engrandecido.
Lo inclinado será enderezado.
Lo vacío será lleno.
Lo envejecido será renovado.
Lo sencillo y puro será alcanzado,
Pero lo complicado y extenso causará confusión.
Por esto el sabio abraza la unidad
y es el modelo del mundo.
Destaca porque no se exhibe.
Brilla porque no se guarda.
Merece honores porque no se ensalza.
Posee el mando porque no se impone.
Nadie le combate porque él a nadie hace la guerra.
¿Son acaso vanas las palabras del antiguo proverbio:
"Lo humillado será engrandecido?"
Por esto mismo, el sabio preservará su grandeza.
En principio resaltamos la coincidencia entre las primeras palabras de este capítulo y las palabras -conocidas por todos nosotros- de Jesús en el Evangelio: "El que se exalta será humillado y el que se humilla será exaltado".
Luego surgió la cuestión de qué entendemos por "humillarse" y por "humildad" y en qué se diferencia ésta de la "humillación", cuando se le da un sentido peyorativo a ese término. Leímos unas líneas del libro "Relatos de poder", de Carlos Castaneda, donde el brujo yaqui D. Juan, maestro de Carlos Castaneda, le dice a éste que "el guerrero" debe buscar "la impecabilidad en sí mismo" y que a eso se le llama "la humildad del guerrero". Y le explica que "un guerrero toma su suerte, sea la que sea, y la acepta con la máxima humildad. Se acepta con humildad así como es, no como base para lamentarse, sino como base para su lucha y desafío... Yo pensaba -sigue diciendo D. Juan- que la humildad no tenía nada que ver en el camino del guerrero. ¡Me equivocaba! Ahora sé que la humildad del guerrero no es la humildad del pordiosero. El guerrero no agacha la cabeza ante nadie, pero, al mismo tiempo, tampoco permite que nadie agache la cabeza ante él. En cambio, el pordiosero, a la menor provocación, pide piedad de rodillas y se echa al suelo a que lo pise cualquiera a quien considera más encumbrado, pero, al mismo tiempo, exige que alguien más bajo que él haga lo mismo".
Es decir, que la humildad tiene mucho que ver con el aceptar cada uno lo que le toca, sin excusas ni protestas, lo cual enlaza con lo que ya habíamos hablado en otra tertulia sobre el wu wei (y el "hágase tu voluntad") y también con nuestro lema de "aceptar, aprobar, adaptar, conformarse y realizar". Pero, ¿debemos aceptar todo lo que nos venga, sea lo que sea? Aquí se recordó el cuento chino del sabio a quien en su pueblo acusan de ser el padre del hijo que tiene una muchacha de ese mismo pueblo, porque ella, para salvar su situación, dice públicamente que es hijo de él. Todo el pueblo se le echa encima y le dicen que tiene que ocuparse del niño. Él, viendo la situación, lo acepta sin resistirse, se queda con el niño y lo cría. Pasados unos años la chica confiesa que, en realidad, había mentido y que el niño no era hijo del sabio, sino del panadero del pueblo. Entonces todo el pueblo va donde el sabio, le pide disculpas y le ruega que devuelva el niño a sus verdaderos padres. Y él también acepta eso tranquilamente y lo devuelve. Es decir, aceptó las cosas como le venían.
O sea -se dijo-, que si te entran a robar en tu casa, ¿también lo tienes que aceptar, porque te ha tocado? ¿y si te diagnostican un cáncer terminal, también hay que aceptarlo, porque también te ha tocado? Y, como hay que ser humildes, ¿tenemos que "ser el felpudo" de todos y encima no rechistar? En respuesta a esto, hablamos de que el Tao Te King nos dice que hay que ser humildes como el agua, que siempre elige los lugares más bajos para discurrir ("humilde" viene de "humus"= "tierra"), y así favorece a todo, sirve a todo, y "está más cerca del Tao" (cap. 8). Y esto enlaza con la idea del "servir". Para servir bien tenemos que vivir en esa humildad. Pero ni hablamos de la humillación que supone perder la propia dignidad ni del servilismo que sería también indigno; todo eso sería la "falsa humildad". Una cosa es aceptar el propio destino con humildad (porque nos ha tocado eso) y enfrentarlo con valentía y otra cosa es el humillarse por cobardía o por interés. Una cosa es ser servicial y otra distinta es ser servil. Y tampoco hay que haya que dejarse pisar, porque, si nos pisan, la culpa es nuestra por tener el pie debajo (como dice Peter), así que recordamos entre todos que otra cosa muy importante es que en esta vida debemos estar siempre atentos, alerta (como el perro que parece que duerme, pero se entera de cualquier ruido o movimiento de alrededor), "velando", como dice el Evangelio, para que así nadie nos pise (ni pisemos a nadie). Y también se dijo que a veces la humildad parece soberbia y, al revés, la soberbia puede parecer humildad.
Estuvimos de acuerdo en que sí tenemos que aceptar lo que nos viene, pero que ello no quiere decir que, una vez aceptado, no hagamos nada para enfrentar esa situación, es decir que tenemos que saber dar una respuesta adecuada (la mejor posible) a la situación que nos haya tocado.
Además, también comentamos algo de lo que dice el capítulo sobre "lo sencillo" y "lo complicado" y sobre lo de que "el sabio abraza la unidad (el Uno). Se dijo que en este mundo todo cambia, todo se mueve, pero todo sale del Tao y vuelve al Tao (al Uno), así como los radios de una rueda se unen en el eje.
Y, en fin, el tema podía haber dado para mucho más, pero, ya algunos se tenían que marchar, se nos hizo la hora y decidimos quizás seguir con él en otra ocasión.
Para el siguiente "encuentro" decidimos -al azar- leer y comentar el capítulo 48 del T.T.K., de lo que, Dios mediante, también os haremos un resumen.