lunes, agosto 26, 2013

Diario de las Convivencias de Agosto

Guillermo Lago nos ha enviado este escrito de las dos convivencias que rompe con el descanso estival




Diario de las Convivencias de Tai-chi-zen cristiano en agosto (Barcelona y Altura)

I.- Barcelona.

Es viernes, hemos llegado el último fin de semana de la convivencia organizada por la Fundación Tai-chi zen cristiano en Barcelona. Ésta tarde todo el grupo visitamos a Peter que continúa   ingresado por enfermedad. Vamos al jardín del Centro y le traen en una silla de ruedas, mantiene su mirada de sorpresa ante todos, tan mayor y tan niño, nos da las gracias y mira curioso nuestras caras, busca rostros sonrientes, algunos nos escondemos para que no vea que estamos emocionados.

Me conmueve que un hombre que nos ha enseñado el tai chi y por tanto es un maestro del movimiento se encuentre ahora con problemas de movilidad, en este sentido me recuerda a Beethoven cuando se quedó sordo, o a Goya o a Borges ciegos y que a pesar de todo siguieron componiendo música, pintando o escribiendo. En esta línea Peter, en su inmovilidad, postrado con rectitud en la silla, nos sigue enseñando los principios del movimiento: íntegro, flexible, redondo y lejano.

Como siempre se muestra muy receptivo con los niños que han ido a visitarlo: Miguel, Mario y Manuel, que le han besado y se han sentado a su lado, él dice ¿sabe lo que esto significa? y sí, todos entendemos que es el cariñito familiar. Hay una breve tertulia, aunque no nos atrevemos a decir nada, por eso en un momento nos pregunta si hay preguntas, está tremendamente lúcido.

Es sábado, por la mañana acompaño a Roger que va a visitarle, está desayunando, y la enfermera nos dice que les tiene maravilladas. Tras afeitarse vamos a la misa que dan ese día, me siento a su lado observándole, él está mirando la imagen que hay tras el altar que representa a Jesus crucificado y a una serie de personas rodeándole, cada uno con su punto de vista, dice, eso es tai chi, y me hace sentir que el tai chi lo engloba todo. Una vez ha dado comienzo la misa, Peter le dice al cura: "luz" señalando a las velas, éste se da cuenta, pide lumbre y las enciende, luego le dará la comunión como sacerdote.

Al salir de misa nos pide ir a la convivencia, tras consultar nos dicen que hay que seguir el orden del día y que por la tarde le podremos recoger. Charlamos en el jardín y le dejamos en el comedor, él nos vuelve a dar las gracias; nos cuesta mucho irnos y mas aún dejarle allí.

Por la tarde acompaño a Teresa y Carlos a recogerle al Centro, nos  está esperando. Le trasladamos a la tertulia, nosotros vamos sudando mientras Peter va abrigado y con una manta, estamos un rato en el jardín y luego vamos a la sala de reuniones, al llegar observa la pizarra donde hay escrito el ideograma del Tao y textos en castellano. Nos pide que borremos todo excepto el ideograma. Cuando la pizarra está limpia pide que le subamos y allí, de pie, se pone a escribir dos lineas, pregunta por la diferencia entre ángel y demonio señalando cada uno de los trazos ya que, al parecer, para un chino no hay diferencia; a continuación escribe las tres partes del signo Tao: el sombrero o moño del sabio (con los dos trazos anteriores) y el Uno, la nariz, y el pie en el camino. Su exposición resulta toda una clase magistral de taoísmo en su sencillez, sobriedad y naturalidad.

A continuación nos dice, como en broma y en serio, que le estamos engañando como a un chino, esto nos hace pensar que ya se encuentra mejor, que nos empieza a dar caña y a pedirnos que nos espabilemos, algo que percibe nos hace falta a todos: "pónganse de acuerdo" -recalca-.

II.- Altura.

Es domingo, aunque el día anterior, mientras trasladamos a Peter a la tertulia, dijo que no tenía energía sin embargo noto ésta  mañana que me ha llenado de ella. Después de comer, Alejo nos lleva a Altura, a la convivencia de Flor de melocotón, donde pasaremos el resto de la semana.

La finca de Altura está en medio de la naturaleza, es muy sencilla, y aunque parece un poco descuidada tiene un encanto especial. El trabajo allí está centrado en la convivencia y desde luego se trata de algo pionero entre los taichistas, aquí no te lo dan todo hecho, al contrario, poner la mesa, limpiar y fregar la casa o los platos, comprar la comida, los arreglos y tareas en la finca los hacemos nosotros lo cual es una ocasión para  mejorar el entendimiento entre todos, centra tu estar en el servicio a los demás y nos enseña a hacerlo sin esfuerzo.

Durante estos días seguimos el orden del día y entre comida, trabajos y descanso hemos hecho fresquito-calorcito, calentamiento, tai-chi, tertulia sobre el tao, rosario, y charla sobre el evangelio del día. También hemos visto como perfeccionar la convivencia y las estancias, y desde luego abrazar la multiplicidad con unidad, bajo un cielo lleno de estrellas fugaces.

Los chicos que han asistido, algunos de ellos adolescentes (Rebeca, Mario, Manuel, Mateo, Marcos, Miguel, Juan, María José) han convivido como uno más y eso también nos ha enriquecido, además de animarnos a hacer actividades en el campo: nos hemos dejado llevar por la corriente de la Catarata de la Novia,  saltos al agua en los Pocicos, o largos olímpicos en la piscina del pueblo. También Li-ying y Daniel nos enseñan a ser un poco chinos. Al final Flor de melocotón acuerda unirse a la Fundación tai chi zen cristiano, elaboramos el calendario de las convivencias del año y los próximos pasos que vamos a dar en el proyecto.




Me hubiera gustado mucho que Peter viera las caras que todos teníamos cuando finalizó la convivencia, que comprobara lo que  sentí: un solo corazón un solo espíritu. Que no le estamos engañando como a un chino.