jueves, julio 21, 2016

Un Junio de Altura

Continuamos con las experiencias de las convivencias en Altura del pasado mes de junio. En esta ocasión, es Edurne quien se anima a escribirnos




Hola de nuevo. En esta ocasión quisiera contaros mi paso por nuestra casita de Altura durante el mes de junio. Como sabéis la casa ha estado abierta durante 100 días y yo he ido a cubrir los días que me correspondían de estancia, del 1 al 11 de junio. Ha sido una convivencia muy intensa y creo que he venido fortalecida.
Lo primero que hice al llegar  a Altura es marcharme a Valencia junto a Pilar. Oscar, un amigo y compañero de trabajo hizo la ruta del Cid en bici. Pasó por nuestra casa dos días antes que yo bajase, Pilar se encargó de acogerle y darle un poco de vinito biológico, pero quedamos en Valencia para poder vernos. Pasamos un día muy alegre en Valencia, Pilar descansando de las labores y yo haciendo compañía a Oscar, que realizaba parte de la ruta en solitario. Caminando por la ruta verde hacia Altura a tomar el autobús para Valencia, me di cuenta que íbamos muy justas,  así que le eché unos ruegos a la Virgen y “por los pelos” nos subimos al autobús. Aprovechamos para ponernos al día.
Todos los días nos levantamos temprano para dirigirnos al Establo de la Tranquilidad y hacer el F/C y luego alrededor del kaki el calentamiento. Manuela estaba con nosotras desde el primer día, luego fueron llegando Marisa y María José. El equipo se hizo fluidamente, llevamos el orden del día, además Pilar cocinaba, yo ayudaba y el tiempo de trabajo lo dedicamos al jardín. Daniel nos trajo las compras y apoyaba en la medida de sus posibilidades. Estábamos decididas a acabar con los dondiegos, esta planta tiene una flor muy bonita pero se extiende como una plaga, sus raíces se apoyan en los muros en incluso los rebasan por debajo. Era una labor muy ardua porque tienen raíces profundas y en algunos casos de gran tamaño. Para nuestro consuelo llegamos a una conclusión, aparentemente hay muchas plantas individuales, aquí y allá, pero ocultos bajo tierra se extienden por un sistema de raíces que se van propagando y forman una UNICA RAÍZ, una imagen muy próxima para comprender la Unidad y la multiplicidad. A la tarde dedicábamos tiempo al F/C, al tai-chi contemplando la  naturaleza, a veces acompañados de saltamontes y salamanquesas. El último día durante el calentamiento un insecto palo movía sus antenitas y parecía observarnos complacido. Marisa propuso que rezásemos el Rosario en el porche de la casa, ¡qué gran idea!, en el ambiente sosegado de la tarde, con las golondrinas volando delante de la casa, rezábamos el Rosario y leíamos las lecturas con mucho gusto.



El domingo fuimos a Misa a Segorbe y allí nos juntamos con la familia Ibañez-Tang, saludando con alegría a todos nos dio tiempo de tomar una horchata juntos. Ellos se fueron a Sagunto y nosotras a comer al restaurante chino y tranquilamente caminando regresamos a nuestra casa. Un domingo perfecto.
Otro momento especial fue el de la cena con el padre José. Nos juntamos en el comedor de grande. Mª José tuvo la buena idea de hacer un cuadro con los tablones y fue realmente agradable la cena. El padre no tenía ninguna prisa y se le veía disfrutar con un público entregado (creyentes) compartiendo su fe con nosotros. Pilar le preguntó abiertamente si veía bien la unión entre cristianismo y taoísmo y nos dijo que lo entendía. Nos reconfortó sentirnos comprendidos.
Otro momento destacado fue el día en que teníamos que regar usando el agua de la acequia y nos llegó el rumor de que algún vecino quería regar a la misma hora. Tras levantar trampillas y poner y quitar las losas de piedra, vimos que llegaba poco agua. Así que Pilar y servidora decidimos investigar caminando acequia arriba. Cuando el camino se puso intrincado nos descalzamos y  metimos en la acequia, con tal de conseguir ver qué pasaba con el agua. No encontramos respuestas pero nos divertimos, aunque poca agua entró en casa. Por suerte la semana siguiente vino agua suficiente para regar y poder meter la máquina y hacer los caballones alrededor de los olivos. Incluso nos entró agua cuando no nos correspondía.
La verdad es que han sido unos días muy intensos de convivencia, a la noche caía rendida en la cama. También ha supuesto una convivencia muy cercana, agradable pero también con su dificultad. Creo que todos hemos puesto lo mejor para convivir y como la casa es muy sencilla y hay mucha labor, no ha quedado más remedio que ponernos de acuerdo constantemente. La noche poblada de estrellas se convertía en un regalo maravilloso.
Escuchamos las cintas de Peter y lo que se me ha quedado han sido estas frases,  algunas muy conocidas “En el círculo vicioso hay mucha confusión, unos dicen que sí y otros que no: mi sí y mi no yo lo sé, tu si y tú no !!!a mi qué¡¡¡” “¿Cómo podemos salir del círculo vicioso? Necesitamos punto fijo” “No hay que buscarlo, hay que agarrar solamente” ¿A qué tenemos que agarrarnos? Mi respuesta es:  a la FE.

Regreso a casa contenta de haber vivido estas experiencias y de probar el verano antes de que llegue al País Vasco. 
Edurne

miércoles, julio 06, 2016

Cuatro de los Cien Días


Marisa nos escribe unas líneas sobre los cuatro días que paso de Convivencias en Altura. No os lo perdáis



Cuatro de los cien días,  (del 3 al 6 de junio de 2016.)
Llegué en autobús a Altura para encontrarme con Edurne y Pilar que estaban haciendo la compra. En la casa se había quedado Manuela trabajando en el jardín. Habíamos quedado con Dani para tomar algo y luego llevarnos hasta la casa con todos los bártulos. Al día siguiente llegó María José de Barcelona.
Solo quiero mencionar lo a gusto que hemos estado las cinco chicas de oro, saboreando el suave perfume de la convivencia. Hemos disfrutado de un clima delicioso y de todas las actividades del orden del día: los calentamientos, la jardinería, el taichí, las respiraciones, el rosario, las lecturas… y por supuesto los desayunos, las comidas y las cenas que, gracias a nuestra anfitriona Pilar han resultado de lo más familiares. El espíritu de Peter me decía al oído que esto era “matriarcalísta”: cariñito, respeto y seguir el orden aunque a veces no nos guste.
El domingo fuimos dando un paseo hasta Segorbe para encontrarnos en misa con la familia de Dani y tomarnos una horchata de aperitivo. Después las chicas nos fuimos a comer tranquilamente a un restaurante chino y por la tarde de vuelta a la casita de Flor para seguir con nuestra dulce monotonía.
A mí también me gustó mucho descubrir que se conservan las grabaciones de los 100 días de Majadahonda del 92 y también las de los 30 días de Madrid que se organizó al año siguiente y que fue la convivencia en la que  yo conocí a Peter. Me hubiera gustado estar más tiempo y poderlas escuchar todas. Ojala que todos esos tesoros con los mensajes de Peter no se queden en un cajón y algún día puedan estar al alcance de toda la familia taichista.


Por mi parte aproveché para devolver la cinta número 66 que me dejó Amparo en su día para que la transcribiera y donde se oye decir a Peter: “La riqueza de convivencia es que cada uno pone lo suyo… Como una orquesta ¿verdad? cada uno un instrumento que tocando… entonces entre todos encontraremos una armonía, un aire bueno, alegre, feliz… Por eso cumplimos la palabra: ¡Equilibrio y armonía con taichí cada día! Es decir cada cosa a su sitio, a su momento”.
¡Gracias Edurne, Manuela, Maria Jose, Pilar y Dani por esta convivencia!
Marisa