miércoles, julio 15, 2015

Convivencia Montesclaros 2015

Carlos Sotre refleja en esta entrada sus buenas sensaciones sobre la convivencia en Montesclaros, y anima a todo el mundo a apuntarse en las próximas ediciones


      Ha sido una bonita y agradable Convivencia la de este año en Montesclaros. Nos acompañó el buen tiempo, que se sumó a la de por sí ya hermosa -y más en esta época- naturaleza del lugar, con la amplitud, verdor y frondosidad de su paisaje.
      E incluso tuvimos una preciosa “noche mágica”, con un cielo estrellado, una luna llena impresionante en su salida por el horizonte y un fenómeno poco corriente, como fue la presencia en el cielo de una conjunción entre Júpiter y una inusualmente luminosa Venus, uno al ladito de la otra, como pocas veces se les ve.
      Y el ambiente en el grupo -con la entregada labor de coordinación de Pili- fue también de una gran fluidez, con alegría, cariñito e interés e implicación de todos en el trabajo establecido en el orden del día.
      (Las fotos que enviamos al blog de Hilda lo reflejan bastante bien)
      En suma, que nuestro grupo de Tai-chi Zen cristiano avanza y se consolida a ojos vista (en esta convivencia como lo ha sido también en otras posteriores a la muerte de Peter). Si él nos viera -quizás nos ve- estaría muy contento y tendría su respuesta a aquel “¿qué será de nuestro grupo?”, que tanto repetía, sobre todo durante su enfermedad final.
      Los frailes estuvieron, como siempre muy atentos y cariñosos con nosotros, y se ve la huella que en ellos también dejó Peter: lo recuerdan con mucho afecto y admiración (a uno de ellos, el padre Paco, le oí decir que “si Peter no está en el cielo como un santo, quién lo va a estar”) y también rezaron expresamente por él en la misa.
      Este año no hicimos la tradicional queimada con el padre Suárez, pero él se sentó con nosotros en el comedor la última noche de convivencia y todos juntos estuvimos cantando muy animados las típicas canciones tradicionales que cantábamos en aquellas queimadas de años anteriores.

      En las tertulias, leímos y comentamos cuatro capítulos del Tao Te King (XIII, XIV, XV y XVI).
      Del capítulo XIII, hubo tres conclusiones principales: una, que así como hay que aprender a dar a los demás, también  tenemos que aprender a recibir de ellos; la segunda, que hay que amarse a sí mismo para poder amar y servir a los demás, y, en tercer lugar,  que “lo que viene, conviene”, en frase aportada por Maru (una nueva taichiísta) que, según ella, decía la abuela de un amigo suyo. “¿Y por qué viene?”, continuaba. “Porque conviene”, retranqueaba la abuela (es nuestro “aceptar, aprobar, adaptar, conformarse y realizar”).
      En el capítulo XIV, en el que se intenta describir de alguna manera lo que es el Tao, nos dejamos llevar por las variadas versiones o traducciones del texto chino para intentar intuir lo que esas descripciones nos sugerían.
      El capítulo XV nos llevó más tiempo de comentario, porque en él hay una descripción -que nos pareció preciosa- del “perfecto seguidor del Tao” en la antigüedad, lo cual ya nos llevaba más a hablar de nosotros mismos. El perfecto seguidor del Tao era “frágil (como una capa de hielo en el río), “precavido” y “prudente”, “discreto”, “simple” “amplio” (como un valle), capaz de conjugar bien la tranquilidad con el movimiento (“dentro del movimiento hay tranquilidad y dentro de la tranquilidad hay movimiento”). Todas estas cualidades nos sugerían la idea del “no molestar ni sentirse molestado” y del respeto como preludium de amor (en palabras de Peter). También nos llevó a la cuestión de cómo relacionarnos con los demás, o con los acontecimientos externos que puedan perturbarnos, sin dejarnos arrastrar por ellos y qué “estrategias” o “habilidades” personales tenemos que aprender y desarrollar en la práctica para que no nos afecte ni nos descentre ese mal que nos pueda venir de fuera; cómo saber “abrir y cerrar nuestra ventana” al exterior y a los demás en el momento oportuno, en palabras del maestro zen Thich Nhat Hanh, cuyo pequeño relato -que intento transcribir, aunque no sé si con todo el acierto-, nos contó Nacho:
      un maestro zen que estaba sentado en una habitación del monasterio, al lado de la chimenea encendida y con varios papeles entre manos, que estaba leyendo, cuando, de repente, la ventana de la habitación se abrió con estrépito por un fuerte viento, dispersándole por los aires todos los papeles y haciendo entrar el frío del exterior; pero el maestro, en vez de enfadarse por el descuido de quien no había cerrado bien la ventana, se levantó tranquilamente y fue él mismo a cerrarla y después recogió los papeles… La enseñanza que el maestro sacó de este incidente, y que transmitió a sus discípulos, fue que cada uno debemos aprender cuándo y cómo abrir o cerrar nuestra “ventana” personal en nuestras relaciones con los demás y con el mundo, porque, si la mantenemos inadecuadamente cerrada, nuestro interior (la habitación) no se oxigenará bien ni estará abierta a la vida ni a los demás, y, si la abrimos demasiado o en el momento inadecuado, nuestra energía interior (el calor de la habitación)  se desperdiciarán; así que hemos de aprender a regular el “abrir y cerrar nuestra ventana” en el momento adecuado para mantener nuestro bienestar interior frente a las influencias del exterior que puedan alterar nuestra tranquilidad.

      Esta vez estábamos bastantes de Cantabria y también vascos, de Madrid o de León, pero echamos de menos alguna representación –como ya era tradicional- de los de Granada, los de Zaragoza o los catalanes. A ver si para el año que viene os animáis.

      Saludos y buen verano a todos. 
Carlos Sotres

miércoles, julio 01, 2015

Riete Niño

En el full dominical (hoja dominical) apareció este escrito que me ha recordado las enseñanzas de Peter sobre la sonrisa de los niños

                “  R I E T E   N I Ñ O . . .
   
                SOLEDADES ME QUITA,

                CÁRCEL ME ARRANCA “
      *********************************************

Se llamaba Manolillo.  Era hijo de Josefina
Manresa y del poeta Miguel Hernández. Su padre estaba en la cárcel.
Su esposa se lo llevaba. El escribió :
---“ Al octavo mes ríes. /¡ Ríete niño ! /
      Tu risa me hace libre. / Me pones
      Alas./ Soledades me quita. / Cárcel
      Me arranca./ Es tu risa la espada /
      mas victoriosa … / Rival del Sol…
---  ¡No te derrumbes ! /¡Nunca des-
      piertes ! / ¡ Ríete siempre !”                                        
  
---  La risa de un niño es inocencia, agra-
      decimiento, don de Dios.
---  La risa de un niño puede liberarnos
      de penas y lágrimas.
---  La risa de un niño es gozo, fiesta,
      alegría !
  
---Ríete, niño… tu candor, tu sencillez
    es manantial para beber.
---Ríete niño… para el verdadero amor
    nada hay pequeño.
---Ríete niño … el único que tiene derecho
    a reír eres tú.
---La risa es comunicativa: distiende,
    calma, conforta, alegra …
---La risa alivia males: hace olvidar horas
    bajas, ayuda, sirve …
---Más si la risa es del propio hijo,
    nieto o de un familiar … La risa es salud
    para el cuerpo y para el alma.

    Jesús nos dice en el Evangelio: “ Si no
    os hacéis como niños, no entraréis en el 
    el Reino de los Cielos. “
      Es un text de “M.Alimbau” del Full      
      Dominical.