lunes, abril 26, 2010

Es Difícil No Temer lo que Otros Temen, Tao Te King, Cap XX






“ES DIFÍCIL NO TEMER LO QUE OTROS TEMEN”, TAO TE KING, CAP XX

Escritos de: Andrés, Isabel y Maribel

Recuerdo haber leído esta frase en mis primeros enfrentamientos al Tao Te King. Cuando conocimos a Peter Yang, yo hacía años que lo había comprado para intentar descifrar ese halo de misterio que envolvía a lo oriental y que, ahora con la globalización, parece que ha perdido luminosidad y ejemplaridad. Tras los primeros cursillos de taichí, Peter empezó a leer en las charlas algunos capítulos del Tao y servían de base para la exposición posterior. Pero fue en los CIEN DÍAS de Majadahonda (Madrid-1992) donde se dedicaron las últimas horas del día a la lectura diaria de un capítulo y su breve explicación.

Posteriormente la lectura y explicación del Tao Te King fueron ocupando un puesto más central y amplio dentro de los cursillos y las charlas. Y fue durante esta segunda etapa cuando fuimos penetrando línea a línea, palabra a palabra los secretos del Tao Te King. Recuerdo que una vez, creo que fue en La Almunia de Doña Godina (Zaragoza), le comenté la frase del título a Peter, esperando una aclaración suya. Me respondió afirmativamente y siguió explicando su tema como si fuera lo más normal del mundo y no nos hubiéramos dado cuenta. El caso es que esta frase ha ocupado buena parte de mis reflexiones y hoy, caprichosamente, ha vuelto a rondarme, aunque con la diferencia de que tengo un ordenador a mano y ganas de escribir.

人 之 所 畏, 不 可 不 畏
(ren) (zhi) (suo) (wei) (bu) (ke) (bu) (wei)
hombre de lo que temer no posible no temer

Es una frase curiosa, ya que por principios parece contraria al taoísmo y a Tao, y suena más a proverbio tradicional antiguo. Es interesante resaltar que un importante estudioso ya vio en ello motivo de problema interpretativo y la relacionó con textos de Confucio, proponiendo que su presencia se debía a motivos irónicos sobre las enseñanzas confucianas, de las que los taoístas solían mofarse a cada ocasión. También llama la atención las muy distintas formas en que esta frase ha sido traducida a otros idiomas. Como ya he dicho en otras ocasiones, la lengua china antigua no tenía signos de puntuación que separaran las distintas frases, párrafos o períodos. Y para diferenciar las frases según su entonación, utilizaban ciertos signos que lo matizaban. Estos signos podían convertir una frase en interrogativa, sin necesidad de marcadores de interrogación o en exclamativa o en retórica. Lo curioso es que a veces una misma partícula podía convertir una frase en cualquiera de las posibilidades anteriores. Por eso, a los que no somos estudiosos ni nativos chinos, ni avezados investigadores de la lengua se nos apoderan tantas dificultades y hacemos lo que buenamente podemos. Algo así ha pasado hasta ahora con este texto.

Para nosotros es evidente que habría una gran diferencia entre las siguientes frases, aunque sólo sea a nivel significativo:
1.- “Es difícil no temer lo que otros temen”
2.- “¿Debo temer lo que otros temen?”
3.- “No temeré lo que otros temen”

Y así hasta las treinta y tantas versiones consultadas, no sólo al español sino también a otros idiomas y por personas chinas de indudable valía. Creo que ante esta dificultad inicial del texto, debemos partir del contenido para ir aclarando la forma en que se presenta.

En esta frase se habla de la existencia del temor o miedo en el hombre y se señala la necesidad o no de sentir el mismo temor. Creo que desde la noche de los tiempos, el hombre ha sentido temor, infundado o no, pero lo ha sentido. Ha sentido temor por su pequeño papel en el mundo, por su insignificancia, por su debilidad, por su veleidad y por el poder de otras fuerzas, naturales o humanas superiores. Por eso, entiendo que el temor forma parte de nuestra circunstancia vital, es como una marca o un estigma que nos caracteriza, al igual que pasa en otras criaturas, como los distintos tipos de animales.

Para los taoístas se presenta de dos formas diferentes. Por una parte, el temor es inconsistente, no existe, es sólo una argucia mental de nuestra cabeza que obedece a efectos traidores de la memoria o a malas experiencias, nunca sometida a los efectos de la claridad y de la autenticidad. Para los taoístas el temor es algo inexistente y en nada deseable. Hay un capítulo donde destaca la idea de la imposibilidad de gobernar o tener poder sobre alguien, si éste no teme a la muerte. Y sin este temor a la muerte, no hay nada que se oponga a su libertad. Esta ausencia de temor a la muerte es consustancial del taoísmo y, dado que estamos en manos de la acción del Tao, cualquier cosa que Tao haga será la mejor posible y nuestro deber como taoístas será la de aceptarla y cumplirla hasta el final, sin temor y sin rechistar.

Es decir, la noción de temor es un concepto que no forma parte del universo taoísta ni de sus enseñanzas, con lo cual, esta frase efectivamente sería una ironía o una provocación filosófica para los confucianos.

Sin embargo, y por otra parte, en capítulos anteriores se habla de que el sabio –taoísta- es cuidadoso como si anduviera por encima de un río helado, etc… con lo cual de algún modo, el taoísmo potencia esa actitud de observación y de vigilancia, hasta tal punto que podríamos hablar de “prudencia”. La prudencia no es más que atención, cuidado, vigilancia. No porque podamos perder la vida o porque nos pueda pasar algo malo. Sería la atención con vistas a saber reaccionar adecuadamente a cada ocasión: no provocando respuestas incontroladas y no produciendo con nuestras acciones peores efectos de los ya generados. Esta prudencia no es temor: lo que tenga que pasar, ha de pasar. Es simplemente mesura, contención, distancia y saber hacer. Es no acción y es a la vez decisión. Es decir, si tuviéramos un poco de cordura, veríamos claramente: si otros temen estas cosas, yo –al menos- debería tener cuidado con ellas, para no caer en la trampa. Por otro lado se habla de la reacción ante ese temor, llamémosle genético, que pertenece a lo humano. Como hombre que soy, deberé temerlo, aunque sólo sea por simple prudencia. Si otros lo temen, ¿cómo no he temerlo yo que tengo menos experiencia, que poseo menos cualidades que otros a los que admiro, etc..?

Y finalmente, también está ese carácter marcadamente diferenciador de los taoístas, que jamás se dejan llevar por la actitud de la masa, sino que gracias a su capacidad, a su distancia de las cosas y a su claridad y realismo son capaces de dar el justo valor a todo. Por eso, ningún taoísta “temerá” las cosas que las demás personas temen: la pérdida económica, la pérdida de poder, la no consecución de los objetivos, etc… Y es en esa falta de temor y de influencia donde alcanzará su mayor premio: su libertad. Desde esta libertad será feliz en el mundo tal y como el Tao lo genera y conduce; desde esta libertad será actor principal en la mayor producción de la historia; desde esta libertad será el mejor y más firme aliado del Tao.

Y como taoísta ¿qué debo hacer? En primer lugar, deberé valorar si ese miedo es fundado o infundado, real o mental. Si es mental, entonces no deberé temerlo y mi comportamiento no variará ni un milímetro ante dicho temor. Si es un miedo real, que pone en peligro mi vida o que desencadena un horror mayor, entonces mi deber será evitarlo, ser prudente y evitar su cercanía y sus consecuencias. La diferencia entre un taoísta y un humano normal está en la claridad del enfoque y la decisión. El taoísta no temerá en ningún caso esos temores: tanto si son reales como si no lo son. Pero de los reales intentará guardarse por prudencia y de los infundados dejará que el tiempo y la luz aclaren su naturaleza irreal.

Pero ¿ese temor se refiere a todo o no? En principio no hay una frase sin contexto y esta frase se mueve en el contexto del conocimiento. “Quita la erudición y las vejaciones terminarán” es la frase que encabeza el capítulo y seguidamente añade: “¿Qué diferencia entre Ah y Oh? ¿Qué diferencia entre bien y mal?” Desde mi punto de vista, esta frase de la que hablamos es extrapolable a cada uno de los aspectos de nuestra vida y de nuestros temores. Pero quizás lo que el TTK nos quiere decir en este momento es que perseguimos el conocimiento porque eso significa poder, poder para conocer y poder para interpretar, poder para manejar y poder para controlar, poder para conseguir y poder para manipular. Poder, poder y poder. Y es en la ausencia de conocimiento, en la carencia de ese conocimiento racional en donde reside nuestro control, nuestra seguridad y, a la vez, es en este conocimiento que nunca es total, donde reside nuestra debilidad y nuestro temor. Por eso, el taoísta desprecia el conocimiento racional y busca dentro de él la fuente del conocimiento y la nutre a través de la observación y del silencio. Si no hay conocimiento no hay dualidad, ni diferenciación, ni desprecio, ni aprecio, ni nada. No hay temor, porque nadie nos puede quitar nada, ni podemos perder nada que pueda ser robado.

Bueno, pues llegado aquí, me gustaría resumir brevemente mi sentir: creo que esta frase es maravillosa y nos da igual si es interrogativa, negativa o exclamativa, ya que lo veamos por donde lo veamos, el resultado es siempre el mismo: prudencia y claridad sin temor.

Para terminar, ¿qué podemos hacer nosotros –como taoístas- ante esta lectura? ¿Cómo podemos aplicarla a nuestra vida diaria?

En primer lugar, buscando en nosotros mismos la fuente de nuestro conocimiento, de tal modo que nuestros miedos y excesos y sus causas se nos hagan evidentes. No hay miedo fuera de nosotros, fuera de nuestra cabeza.

En segundo lugar, actuando prudentemente ante cualquier situación, tanto si genera temor, como si no, porque en cualquier momento puede írsenos de las manos y provocar respuestas incontroladas y descontroladas por nuestra parte, fruto de nuestras inseguridades y debilidades.

En tercer lugar, rechazando el conocimiento que no venga de la observación y de nuestro sentir, evitando de ese modo la colocación de etiquetas a las cosas o a los actos, etiquetas que impiden que veamos la verdadera naturaleza de las cosas y que percibamos sus cambios y su realidad más profunda.

Por último, si los taoístas confían plenamente en el TAO, entonces no deberemos temer nada, porque en el TAO todo es orden y naturalidad y cualquier acción que responda REACTIVAMENTE a otra, no hará más que engrandecer la bola de nieve de las reacciones en cadena y provocará un mayor mal que el que se quiere evitar. Creo que no hay mejor modo de evitar el temor y de deshacerse de los mismos que la respiración y la confianza, confianza en el TAO y en nosotros mismos. Esto, aplicado a nuestra vida diaria, debería hacernos reconsiderar cada una de nuestras manías, tensiones y miedos. Creo que una actitud generosa, servicial, comedida y libre sería nuestra mejor contribución a una vida mejor y más bella, más plena y más auténtica.

Andrés Guerrero
Zaragoza, abril 2010
http://labrisaquesparcelasemilla.blogspot.com
http://elhilodeseda.blogspot.com
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Es necesario empezar al revés este capítulo para comprenderlo desde el corazón:
“…pero en lo que soy más diferente a los demás es en saber sustentarme de mi Madre”
El Taoísta vive enraizado en la Naturaleza, ella es la Madre.
No es con el entendimiento como se comprende el Tao, no es sabiendo sobre las cosas, sino sintiendo desde el corazón:
“Abandonad el saber y acabarán las preocupaciones”
Esto hace del taoísta alguien diferente y extraño, muchas veces marginal, porque no se alimenta de lo que la mayoría:
“sólo yo estoy desamparado como el que no tiene hogar al que volver,
Todo el mundo vive en la abundancia:
Sólo yo parezco no poseer nada.
¡Qué loco soy!
¡Qué mente más confusa tengo!
Todos son brillantes, ¡tan brillantes!
Sólo yo soy oscuro, ¡tan oscuro!
Sólo yo estoy callado, ¡tan callado!
Todos son agudos, ¡tan agudos!”
Él se alimenta de La Madre, de su instinto natural, y por lo tanto, aunque pudiera temer como el resto...su corazón sabe, y permanece fiel y callado, atento y refugiado en Ella.
Es decir, vive entre una mayoría con otros valores, y por lo tanto, ellos:
“saben y brillan”, “son listos y están seguros de sí mismos”
Solitario y raro (en el significado de poco común y por lo tanto diferente), conoce a La Madre y la sigue:
“suave como el océano,
Sin propósitos como las ráfagas del temporal.
Todo el mundo está encauzado en lo suyo,
sólo yo permanezco obstinado y marginal.
Todo el mundo está alegre…
Sólo yo permanezco tranquilo e impasible,
Sólo yo estoy desamparado…
Todo el mundo vive en la abundancia,
Sólo yo parezco no poseer nada…”

La Naturaleza moldea a las mismas piedras... nos va transformando: suaves, sin propósitos (wu-wei), marginales (peculiares, diferentes…no extravagantes o disidentes de nada), tranquilos e impasibles, desasidos (desamparados). En definitiva: desapegados.
Pues tu corazón sabe que lo natural es ser transitorio y caduco, y que por lo tanto no posees nada, y entonces el temor visceral a no querer perder lo que consideras tuyo, tus cosas, opiniones... gente, tu vida...va desapareciendo poco a poco.
La recompensa a este abandono es no temer lo que la mayoría teme.
¿Acaso he de temer lo que los demás temen?
(mi edición interroga en la versión de John C. H. Wu, cosa que agradezco)
Y aclara a continuación:
“¡Vaya tremendo sinsentido!”
Es decir, como humanos sentimos temor, pero si seguimos a la Madre del mundo nos mecemos confiadamente en sus brazos. Y no digamos ya si nos sentimos además cristianos...
Isabel Moreno
http://bellezadepandora.blogspot.com
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Ni por asomo se me habría ocurrido pensar en las posibilidades de esa frase del c. XX que tantas traducciones tiene. Andrés e Isabel ya han hecho una exposición muy certera de lo que significa.


Creo me voy a centrar un poco en la parte cristiana, que es como yo intento vivir y experimentar en la actualidad.

Para un cristiano tampoco existe el miedo, aunque… sí la prudencia. El miedo es mental, ya que no existe. En psicología dicen que hay muy pocos miedos reales: Miedo a un terremoto, en el momento que ocurre; miedo cuando te persigue un ladrón o quieren matarte;… lo demás son imaginarios. Hay miedos a lo desconocido, a lo que nos puede traer el fututo y no nos permite vivir el presente, que es lo único que tenemos.

En el Evangelio hay muchos capítulos y versículos que hablan del miedo y de la prudencia: “Ser sagaces y astutos como serpientes”; “no pensar en el pasado ni temer el futuro, ya que cada día nos trae su propio afán” (Mateo 6, 34); La tempestad en el lago y Jesús durmiendo en la barca, cuando llama a sus discípulos (a nosotros si tenemos miedo): “¡cobardes!” Y hace calmar al viento y tranquilizar al mar. (Mateo, 8). Etc.…

Si alguna vez tengo temor por alguna circunstancia, imagino la escena de Jesús durmiendo en la barca y vuelvo al “aquí - ahora” y el miedo desaparece.

Creo que el primer miedo que tiene el ser humano occidental es a la muerte. Los orientales no le dan tanta importancia. Deberíamos saber que somos eternos, que venimos del UNO y volvemos al UNO (el capitulo XL del Tao, nos lo define muy bien y de igual forma Juan en el capitulo I de su Evangelio).

También tenemos el “Temor de Dios”, es un temor a ofender a Dios o bien el hijo que teme ofender a sus padres porque les ama. San Pío de Pietrelcina decía: “El amor y el temor deben de estar unidos: El temor sin amor se vuelve cobardía; el amor sin temor, se transforma en presunción. Entonces uno pierde el rumbo”.

Jesús nos dice que no tenemos que tener miedo a quien mata el cuerpo, sino al espíritu y aquí hago esta reflexión que creo es la adecuada: Cuando la persona ha fundamentado su vida en el Amor de Dios, éste es el centro de su vida, y es inmortal. Por eso de todo lo que le pueda pasar de luchas y fracasos e incluso la muerte, nada ni nadie le puede robar el Amor enraizado en su corazón. Este Amor eterno es el gran regalo de Jesús resucitado a todos los hombres. Cristo, es el gran testimonio, lo crucificaron, lo mataron, pero nadie le quitó el Amor.

Maribel Bayona
http://rincondelacalma.blogspot.com

lunes, abril 19, 2010

Valorar el Arte - Misa en el Rincón

Toda la creación es Perfume de Amor




MISA EN EL RINCON, 18 Abril, 2010

VALORAR EL ARTE

Voy a intentar escribir lo que siento yo, sobre el arte.
Hay dos maneras de cultivar el arte:
El arte que realiza la mano humana; sea pintura, poesía, arquitectura, costura, cocina etc. Este tipo de arte es totalmente subjetivo y por lo tanto creo que no tiene que ser valorado bajo concursos, votaciones etc.
Los entendidos saben si una obra de arte es buena o no, ellos valoran los materiales, la creatividad, originalidad y otras cosas que se escapan a mí entendimiento. Conocemos historias de personas, como Van Gogh, que su triunfo les vino después de irse de este planeta, cuando físicamente ya no estaba en la tierra. Otros triunfaron y se hacen famosos estando con nosotros, por ser buenos en su arte y casi siempre por tener alguien que les apoya, es decir, por tener un mecenas que les hace propaganda y les ayuda.
Yo no creo en los concursos. Estos dependen de la subjetividad del jurado y hay muchos intereses, además no siempre recibe el premio quien más lo merece. Y… para mi es competencia y si:” Uno gana el otro pierde”. La competencia produce envidias y celos.
Nuestra sociedad occidental-americana, funciona a base de la competición, diferente de la mentalidad oriental, que toda obra de arte se hace por su propia esencia. Un ejemplo lo tenemos en los Mándalas que realizan los budistas, verdaderas obras de arte, utilizan el tiempo necesario, sin prisas y una vez acabadas, las descomponen y las tiran al viento o al mar.


Otro tipo de arte, y para mi el mas importante, es: “ser artistas de mi mismo”. No trabajar los objetos sino al sujeto, al propio Ser. El autentico artista, SABE VIVIR CON GRACIA.
Vivir con gracia es saborear las cosas sencillas y simples, observar la belleza de la naturaleza, verdadera obra de arte de Nuestro Creador. Realizar todo despacio, sin prisas, fluyendo y así se convierte en un paseo por la vida; amoroso, tranquilo, alerta, centrado, respirando y…fundiéndonos en la energía universal o energía divina.


“Lo Esencial no se ve con los ojos, sino con el corazón” (El Principito)

MISA EN EL RINCON, 18 ABRIL 2010-04-18

Curiosamente dos horas después de escribir este relato sobre si se tenía que valorar el arte con concursos, Peter durante la misa nos habla del mismo tema:

Peter ha empezado indicando la diferencia entre arte y gracia.
El arte es realizado por la mano del hombre y suele ser competitivo. Lo importante y esencial es VIVIR CON GRACIA
Dios es amor y toda la creación es perfume de amor. Jesús durante 33 años se deleitaba del perfume de amor, respiraba, oraba y vivía a la vez.
Y esto es CARIÑITO FAMILIAR AUTENTICO
Respirar es el f-c-j-g-cariñito…Orar es PERFUME DE AMOR.
Jesús, siendo Dios y Hombre a la vez, durante 30 años disfrutaba del perfume de amor y del cariñito familiar al mismo tiempo.


Jesús como hombre realizaba el cariñito familiar y como Dios, el perfume de amor.

El padre Yang, nos ha hablado de los tres hijos de Adán y Eva.: Caín mato a Abel por envidia, los dos competían. Caín estaba mas ligado a su padre, a Adán y era violento, en cambio Abel estaba unido a su madre, a Eva y era tierno y cariñoso. Más tarde Adán y Eva tuvieron otro hijo, a Henoc. Éste respiraba perfume de amor y subió al cielo en un carro de fuego.
Competir crea envidias y celos. La violencia perjudica a los niños.

En el evangelio de hoy (Juan 21,19), Jesús le pregunta a Pedro por tres veces si le ama. Jesús desde el miércoles de ceniza hasta la cuaresma, respira, ora y vive a la vez. Para vivir con gracia, ha de haber arte de respirar, orar y vivir a la vez. Si no hay vida, no se puede respirar y orar con gracia. Todo depende de uno. Esto es ser cristiano. Para demostrarlo es a través del rostro sonriente.
Las tres veces que le pregunta a Pedro si le ama, representa: respirar, orar y vivir. TODO A LA VEZ. Y le dice: ¡sígueme!. Seguir a Cristo es vivir y caminar de verdad; respirando. Orando y viviendo a la vez.


Ni colorín ni colorado, este cuento no se ha acabado. Todo empieza por: SI MAMA (continuará).

Maribel

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lunes, abril 12, 2010

Un Lugar en el Mundo

el almendro florece sin decir nada




El escrito de esta semana es de Andrés desde Zaragoza

UN LUGAR EN EL MUNDO

Hace años un director de cine argentino presentó su película, titulada “Un lugar en el mundo”, donde trabajaban José Sacristán y Federico Luppi. El caso es que me quedé –como casi siempre- sin ver la película, pero lo que no vi lo suplió mi mente con abundantes e insospechadas reflexiones.

Creo que desde que tengo uso de razón siempre he andado buscando “mi lugar en el mundo”, ese lugar, ese espacio, esa situación desde la que ver pasar la vida, enredado en las circunstancias vitales pero con la sensación y la seguridad de estar “en mi sitio”, de hacer lo que tengo que hacer, de saber qué paso dar después del primero.

Muchas veces se habla de la felicidad como de obtener el éxito, obtener lo que uno desea, obtener lo que se supone que me debe hacer feliz. Y la realidad se empeña en desbaratarnos ese sueño mental de felicidad. Los taoístas, por otro lado, creen que lo importante no es la felicidad, sino “estar contento” y este contento se basa en sentirse saciado con lo que se tiene y con lo que las circunstancias nos ofrecen cada día, sin pretender nada que quede fuera de nuestro aliento vital. Es decir, no deseo más de lo que tengo y con ello alcanzo la felicidad y la satisfacción y lo que es más, tampoco me pongo a esperar nada del futuro ni a desear tener. Los padres del desierto se retiraban al mismo a llevar una vida eremita, sin más propósito que el de vivir con lo básico y dedicar todo el tiempo posible a la oración y a la meditación, sin nada que pudiera atraer su atención fuera de su búsqueda espiritual y vital, ni siquiera el paisaje. A eso le llamaban “pustinia”, que significa “desierto” en ruso.

Pocos años después de conocer a Peter Yang, alguien le informó de que algunas de las cosas que proponía y explicaba y relacionaba con el Tao Te King y el taoísmo, tenían su espejo en los textos de los padres del desierto. Y Peter apareció un día repitiendo una especie de mantra, a los que nos tiene ya acostumbrados: “Pustinia comprendida, vida enmosaicada”. Y todos nos quedamos con dos palmos de narices intentando descifrar el profundo sentido de estas cuatro palabras.
El tiempo ha pasado y hace tiempo que comprendimos perfectamente aquellas cuatro palabras, aunque hacerlo realidad nos sigue llevando su tiempo.
Me gustaría intentar expresarlo y ampliarlo. El truco de esta frase, el nudo gordiano está en la palabra “enmosaicada”. Un mosaico es un conjunto de teselas de mármol, cerámica, terracota, etc. que forman un dibujo, más o menos bello en función del arte del artesano. El mosaico implica que cada pieza está en la situación correcta y no hay otra posición para esa pieza, ni otra pieza para esa posición. Es decir, si colocamos una pieza equivocada en el lugar equivocado, entonces el resultado será imperfecto y carecerá de valor y belleza. Por otra parte, si entendemos el mosaico como si fuera un rompecabezas, entonces no habrá una pieza que encaje imperfectamente en su posición, por lo que habrá que limar, raspar, lijar, recortar, quebrar dicha pieza para que quepa en la posición, lo que evidentemente será posible, pero sólo será posible que la solución sea ésa si el resultado es tan refinado y delicado como si el mismo artista lo hubiera realizado.
Si aplicamos esto a nuestra vida, lo vemos más claro. Dentro de esta obra maravillosa que es la VIDA, cada ser ocupa su lugar, su puesto, su posición y tiene su misión: la de aportar su correspondiente parte de belleza a la composición final. Podemos jugar a ser artistas y andar cambiando nuestra posición según nos apetezca o según nos seduzcan las posibilidades o los resultados a obtener. Podemos andar moviéndonos y moviendo a los demás para ocupar su puesto y ver si nos encaja, pero lo único que haremos, como malos e inexpertos artistas, es descomponer la imagen final y añadir caos a la composición.

Entonces, ¿qué es una “vida enmosaicada”? Pues simplemente cuando ocupamos nuestro lugar en el mundo, ese lugar del que hablaba al principio. Y ¿cuál es ese lugar? Tampoco es fácil de decir, ya que cada uno tiene el suyo, que es personal e intransferible y cada cual tiene su tiempo, su momento y su oportunidad y sólo lo sabe cada uno, pues es el único que puede valorar y sentir que ese lugar en donde está es el que le produce y le inspira toda la plenitud y le permite ejercer su libertad de modo total y satisfactorio. Finalmente, entonces ¿qué es la “pustinia comprendida”? La respuesta sale sola: es la nadedad, la falta de deseo, la confianza plena en el artista, en la VIDA. Es no desear, es no pretender, es no conseguir, es no ansiar. Es respirar, es disfrutar de la vida en su plenitud, de las circunstancias vitales, de las personas, de las relaciones, de las opciones sin límite. Ejerciendo nuestra libertad, nuestras capacidades sin límite para un fin más allá de nosotros mismo: la belleza de la obra, la satisfacción del Artista, la finalidad última que nos excede.

Dicen muchos artistas que para ver bien una obra de arte, casi siempre es mejor hacerlo a una cierta distancia que desde la cercanía, ya que hay aspectos que se nos pierden por estar pegados o metidos en la obra y no valoramos si no tenemos la distancia suficiente. Quizás eso es lo que nos falta en nuestra vida de cada día: distancia. La distancia necesaria como para poder ver la obra de arte vital. Estamos tan cercanos a nosotros mismos que somos nuestro propio ombligo, somo el centro del mundo, y no vemos más allá de él.

¿Y cómo llegaremos a realizar la “pustinia comprendida, vida enmosaicada”? Pues como siempre, alejándonos de las cosas, poniendo distancia con todo por medio de la respiración, de la meditación, de la relajación. Sintiéndonos pieza de un rompecabezas y no la piedra angular; siendo lo que tengamos que ser, pero con alegría, con satisfacción, con esperanza, con confianza, sin temor, sin miedo, sin angustia.

Sintiendo nuestra respiración, sintiendo el hilo de seda de nuestro aliento, sintiendo, sintiendo, sintiendo. Desconectando del pensamiento y de la razón para hacer caso al corazón, a nuestra fe, al latido que marca el instante justo –ni antes ni después- adaptándonos a cada circunstancia, a cada instante, a cada situación vital con despreocupación y tranquilidad. Ejerciendo nuestra libertad de ser lo que somos y lo que debemos ser. Ejerciendo nuestra libertad de estar contentos con lo que tenemos. Ejerciendo nuestra libertad de conformarnos con lo que sabemos que es lo mejor que nos puede pasar, sea lo que sea.

Y será esta aceptación, esta tranquilidad, este diario discurrir, esta rueda de amolar de la vida cotidiana la que nos pula, nos dé forma, nos lime las asperezas y la que nos ajuste a la posición para la que fuimos creados, quien sabe si fondo blanco sobre el que resalten otros trazos o teselas más floridas, quien sabe si como centro del mosaico, quien sabe si como piedra valiosa o como remate esquinado. Pero sabemos que será esa la mejor posición que podremos ocupar y la satisfacción del Artista será tan plena que su expansión amorosa nos saciará y nos colmará.
Un lugar en el mundo, mi lugar en el mundo. He tardado mucho en darme cuenta de que ya estoy ahí, en este lugar del mundo donde me colocaron y desde el que transmito la belleza de la VIDA desde lo profundo de mi corazón. Creo que no hay que buscar más: hemos nacido con nuestro lugar en el mundo, situados en nuestro único lugar en el mundo. Nuestra misión vital será descubrirlo y desde ahí aportar nuestro granito de arena a la Creación.
Zaragoza, abril 2010

Andrés Guerrero Serrano
http://labrisaquesparcelasemilla.blogspot.com
http://elhilodeseda.blogspot.com

lunes, abril 05, 2010

CÓMO ENSEÑAR A UN NIÑO A VIVIR DE CORAZÓN: CON GRACIA




Nuestra compañera y amiga taichista Esperanza nos ha enviado este escrito.



¿Por dónde empezar? …y decimos: hay que ir a la enseñanza de “sí mismos” con independencia del tiempo, número, palabra….EN LIBERTAD.

Y surge el primer problema… si uno vive en familia depende de la familia. Si uno vive en sociedad depende de la sociedad. Aquí podemos hablar de los pecados que pueden ser cometidos…de palabra, obra, omisión,..Incluye otro pecado: los hechizos.

La respuesta que da a este primer problema para Peter es… “lo NATURAL no tiene dependencia”… es independiente de lo programado por los hombres. En el símbolo del ying-yang lo blanco y lo negro no se mezclan, no hay punto negro en la sección de lo blanco, no hay punto blanco en la sección de lo negro…Un niño inocente DISFRUTA con la leche y la saliva. …..De mayor surgen las tensiones debido al PENSAMIENTO, vienen las NEUROSIS. Les introducimos en un mundo programado… no redondeado.
Y aquí Peter habla del CORAZÓN DE JESUS que aprende del CORAZÓN DE MARÍA…..VIVIR CON GRACIA. En el cielo no hay “cariñito familiar” porque no hay carne. Jesús tuvo que venir al mundo y formar parte de la Sagrada Familia para enseñarnos y para anunciarnos la buena y nueva noticia…

Entonces. ..¿Qué se necesita para vivir con gracia? …primero salud, requisito imprescindible para luego llegar a la felicidad. Y aquí surgen una serie de preguntas:

1.- ¿Qué es la Vida? Hay 5 tipos de vidas: mineral/vegetal/ animal/, humana/ evangélica

2.- Dentro de esta clasificación… ¿dónde estoy yo?

3.- ¿quién soy yo? Y leemos el capítulo 25 del Tao te king :.LO NEBULOSO, es el “no yo”, LA DUALIDAD...”el no lo sé”. Peter introduce aquí 5 pasos... autoconocimiento / autorreconocimiento/ autocontrol/ autosanación / autosalvación.
• autoconocimiento: ¿quien soy yo? ¿dónde estoy yo?..esto es la VIVENCIA
• autorreconocimiento: yo siento, yo saboreo… pero para el otro, el que tengo en frente..¿quién soy yo? Esto es la CONVIVENCIA y significa: yo ante un espejo, el ojo del que tenemos enfrente y….del ojo del que tenemos enfrente depende nuestra risa, nuestra desconfianza; y aquí hay que ajustar, adaptar… existe un reconocimiento y a esto lo llamamos afecto, amistad, cariñito familiar; cada uno se comporta, actúa de forma que el otro no se le anule, se le deja su espacio, se respeta… y esto se llama amar……. Surge la amistad… ¿Y cómo se mantiene esta amistad? Y Peter habla aquí del ROSTRO SONRIENTE, a pesar de que se sufra el rostro siempre sonriente…. Los Taichistas tenemos una canción: “vivir amando, amar sufriendo, sufrir callando, callar sirviendo, callar, sonriendo, callar, siempre sonriendo esto es la paz, la paz, la paz etc.” Porque los Taichistas creemos que la oración es PERFUME DE AMOR y nos preguntamos también… de dónde viene la PESTE DEL ODIO. Y aquí hablamos de qué podríamos decir a un niño que pregunta el por qué sobre el episodio histórico de la destrucción de las torres gemelas. Y continuamos diciendo: si la Creación es “perfume de amor” hay que olfatear…y es muy significativo el que podemos hablar de “la existencia de perros guía “que son hasta el final fieles y de la “no existencia de hombres guía” porque ya la Biblia aconseja “maldito el que confía en los hombres porque ningún hombre es digno de confianza…sólo Dios”. Es muy curioso que el ideograma chino que se traduce por amistad esta compuesto por dos lunas y un hombre debajo protegiéndose de la luz para ver mejor. Y aquí Peter da una SOLUCIÓN: LA CREENCIA. Hay que encajar “el yo”, el yo de cada uno con Jesús, es decir, cuajar el pensamiento, sentimiento y movimiento de cada persona, con la VIDA, CAMINO y VERDAD de Jesús a través de la PULSACIÓN, del latido del corazón, de la llamada de Cristo. (y he aquí la diferencia entre aire y gracia)
4.- ¿Por qué creemos? Y leemos el capítulo 42 del Tao...el Tao engendra el 1 ...hasta los 10000 seres etc …Y Peter nos dice...porque necesitamos saber que volvemos al origen (círculo perfecto). Cristo dijo yo soy el alfa y el omega (creador)...si no hay creación no estaríamos aquí. Y la siguiente pregunta sería…

5.- y ¿qué relación hay entre creador y criatura? Y aquí viene lo de “sí señor” “sí señor”, aceptar todo lo que hay, y entonces ¿de dónde viene el no? Y la respuesta se busca en la Biblia y viene de…Eva. …Adán es un hombre y no tiene comunicación ni con su Padre… y Éste le da una mujer ¿olé! Y esta se aburre… y viene la serpiente y le promete el oro y el moro y hace lo propio con Adán…Adán se atraganta y echa la culpa a Eva, ésta a la serpiente, esta al infierno etc…. Pero entre Adán y Eva surge la vergüenza por estar desnudos… y empieza la moral, la ética, las normas creadas por los hombres para cada sociedad. Para superar esto hay que creer…tiene que haber una solución para volver al origen (inocencia) y….Peter propone el saber CUAJAR “el yo” con Jesús…a través de la PULSACIÓN.

1. Jesús es realista cuando dice yo soy la Vida, el Camino, la Verdad
2. La única persona que ha servido es San José con una burra y una gallina, paso a paso... preguntándose ¿quién soy yo?, ¿dónde estoy?, ¿qué sentido tengo yo?
3. Los niños no tiene dilema son inocentes.

Esperanza