Este mes de septiembre Jordi Vidal ha sido el encargado de presentar el capítulo LXXIX en el grupo del Cenáculo-Gnosis
Capítulo 79 del Tao Te King
INDULGENCIA DEL SABIO;
IMPARCIALIDAD DEL UNIVERSO
Aunque la paz se haga entre grandes enemigos,
persiste entre ambos algo de rencor.
¿Cómo es posible que esto sea bueno?
Por ello, el sabio guarda la mitad izquierda de su contrato,
pero no pide cuentas a los hombres.
El hombre Virtuoso solo pide a los demás
que cumplan con sus obligaciones.
El hombre que no tiene virtud pide a los demás
que le paguen sus impuestos.
El Tao del Cielo carece de afectos personales,
pero siempre armoniza con los hombres buenos
Este capítulo va dirigido a aquellos que han tenido una gran resentimiento o disputa, si analizo más, un resentimiento o discusión todos hemos tenido, con mayor o menor medida, pero para llegar a un gran resentimiento, entiendo que o bien nos referimos a grande en el tiempo, es decir que el enfrentamiento no es de unas horas sino más bien de meses o años, cosa que ya no todo el mundo le pasa o bien nos referimos en la intensidad del resentimiento por lo tanto lo considero a corto plazo, entonces para mí esto no es más que un YO.
Un resentimiento lo entiendo cuando durante un cierto tiempo se ha mantenido dos posiciones contrarias y ninguna de las partes acepta su culpa, ni claudica, ni cede, ni nada… hasta que por un motivo u por otro, se llega a un entendimiento, a una salida, a un punto básico en común.
Pero aún queda poso, es de lo que habla este capítulo. Entonces o bien se vuelve a agitar con lo cual vuelves a las andadas y es volver a perderse en este espiral sin salida o bien te acoges a ese convenio de no agresión, por decirlo de alguna manera, de no controversia.
Para que haya cada vez más responsabilidad, seamos más personas, nos viene bien la calma, la tranquilidad que juntamente con aceptar, aprobar y adaptar, soportar y no provocar, no exigir puedes conseguir la estabilidad y la paz.
Ahora bien, como conseguimos esta paz, porque la realidad es que aquel distanciamiento o aquella oposición puede volver a salir, si yo veo blanco veo blanco y si el otro ve negro seguirá viendo negro, es verdad que aunque hemos llegado a un entendimiento, como hacer que dure y no vuelva a mi otra vez las razones que me llevaron a esa discusión.
En este capítulo, nos propone que el sabio aun teniendo en su poder hechos documentados que nos avalan de nuestra verdad no los hace valer a fondo, mientras que el no virtuoso precisamente los hace valer a fondo. Según era tradición en la antigua China cuando se hacía un contrato este se rompía en dos trozos y cada uno se quedaba una parte.
¿Qué hacer?
Pienso que nos indica que debemos evitar nuestro sentimiento, puesto que de alguna manera aún no estamos en condiciones de calma y tranquilidad, entonces lo más correcto es no dejarse influir por mis sentimientos, sean los que sean y fijarse en lo que creemos lleva a lo objetivo y no a lo subjetivo. A lo que creemos que mejor puede ir o mejorar el fin de la cuestión.
La forma humana pasa por evitar aquella persona, de forma que ojos que no ven corazón que no siente, y otra es volverse un estoico, no moverse, no hablar, no comentar aunque esto para mi obliga a tener una gran energía o fuerza.
Desde el punto cristiano, a la creencia que existe un ser superior que está contigo y por lo tanto protegido por Él ya no tienes ningún miedo a caer en ese espiral, dejarlo en su manos y nada más, a nosotros nos toca seguir caminando buscando el UNO.
Jordi Vidal
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A un gran odio ha de corresponderse con amor.
De otro modo, aunque el odio cese, siempre dejará huella.
El virtuoso acude al acuerdo,
el rencoroso al exceso de acción.
El Tao del cielo no tiene preferencias,
se mantiene siempre al lado de quien obra bien.
Solucionar un conflicto entre partes adversas es inadecuado si la solución da lugar a otros conflictos. Por eso el Hombre Justo siempre escoge la parte izquierda del tallo de bambú, acepta la culpabilidad o la deuda, y así desarma a su adversario. El hombre virtuoso busca el acuerdo mutuo, el que no lo es procura cargar la falta sobre los demás valiéndose de la ley. El Camino es imparcial, pero favorece al que es de buena fe. El odio no puede solucionar ningún conflicto; solamente la virtud imparcial del Camino es la esencia del Universo.
El hombre que posee la virtud, observa las condiciones del contrato.
El hombre que no posee la virtud, solo observa las condiciones que le son favorables.
El proceder del cielo no mira a las personas, pero siempre ayuda al hombre bueno.
Reflexiones enviadas por Joaquín Nogueras