Estoy sentada en los bancos de hierro que cierran el círculo alrededor de los troncos donde Peter depositó su “biblioteca” todos estos años, mientras nos daba la plática al aroma de estos árboles del Montseny.
Todos partieron hace rato y el rumor de los álamos de la piscina me acompaña como si él fuera cada uno de vosotros.
Vivo este presente, mis pies notan la tierra y mi cuerpo se mece en una danza lenta como si se tratara de pasos de tai-chí, mientras en mi mente se dibujan escenas pasajeras de esos días pasados aquí: la meditación silenciosa en la capilla, los gritos alegres del calentamiento, lo rico de desayunos y comidas, las tertulias en círculo, las voces, los ritmos…las siestas, los caminos por el bosque, los ratos de tai-chí a lo largo del día…sus pasos lentos…el Rosario, la Misa…la gente, sucesos…
Todo se sucede lentamente, dejando que los hechos lleguen y pasen, guardando en el corazón el regalo de esta convivencia tan especial, sin la presencia de Peter, donde cada uno fue responsable de hacer vibrar el espíritu del Tai-chí cristiano y todos a la vez nos fuimos encontrando “chino chano” dentro de un ambiente familiar muy agradable, directo y cercano.
En las tertulias comentamos el trabajo último del grupo de Granada CARIÑITO FAMILIAR: hablamos de los tres tesoros, del saboreo del momento a través del gusto y olfato, del aquí y ahora y ahorra, de la sabiduría en la vejez, del consuelo al enfermo, de los diez silencios de San José, del cuidado de la salud personal…de que no hay enfermedades sino enfermos, gente que no camina con su corazón en Dios…y hablamos también del simpático “pirata olfativo”, ése que roba el perfume de amor para regalarlo luego y que además olfatea lo desagradable, limpiando ambientes e incluso haciendo a un desgraciado agradecido.
La última tarde trabajamos en uno de los capítulos del libro de Peter, libro que consideremos indispensable volver a releer a placer, gustosamente, pues contiene mucho tesoro escondido a modo de señales de ruta para pasar este invierno.
Me levanto del banco verde de hierro y lentamente me alejo sabiendo que tardaré un año en volver, giro la cabeza, respiro hondo para retener el momento, ese vacío, esa delicia…pero noto que justamente mi respiración suelta lo ya vivido, es pasado…y que mis pies me llevan en un PRESENTE CONTINUO… pues todo es eternidad.
Isabel Moreno
-------------------------------------------------------------------------------------------------
Como muy bien dice Isabel, la convivencia la denominamos: AQUÍ AHORA Y AHORRAAAAA O ESTAR PRESENTE.
Durante 3 días, 10 personas del grupo de Peter, hemos estado realizando una convivencia calcada a cuando está el padre. Por la mañana empezaba a las 7,30 en la capilla con el F-C y durante el día seguíamos la orden con disciplina y responsabilidad.
Asistimos a La Misa a las 8 de la tarde celebrada por dos sacerdotes que formaban parte de un grupo que coincidió con nosotros. Todos juntos con verdadero cariñito.
Después de cenar paseábamos, aprovechando para contemplar las estrellas. Joaquín mostró al grupo La vía Láctea que podía observarse en el cielo.
Mi impresión de la convivencia es que vivir el presente, sintiendo los latidos del corazón, sentir la Presencia de Jesús cuando llama a la puerta, es lo único real, lo verdadero que da paz y felicidad.
Maribel Bayona