Corría hacia el año 1660, la grave y contagiosa epidemia de la peste, la cual había invadido toda Europa causando una gran mortandad en todas las ciudades y ahora entrando desde Francia e Italia se acercaba a Barcelona.
Muy preocupados y horrorizados ante tamaña desgracia que se aproximaba, la corporación municipal de la ciudad se reunió en el “consejo de Ciento” para discurrir la manera de cómo atajar esta gravísima calamidad.
Después de mucho cavilar, llegaron a la conclusión de que solo Dios podría ayudarles y acordaron entonces, salir en procesión por las calles con la Stma Virgen Inmaculada a fin de pedir su intercesión a favor de los Barceloneses.
La ferviente oración hizo su efecto en el cielo y la Mare de Deu impidió que la peste cruzara las murallas de la ciudad. Entonces el “consejo de Ciento” en agradecimiento acordó nombrar a la Inmaculada protectora y guardiana de Barcelona y le entregaron las llaves de la Ciudad, las cuales cuelgan todavía de sus manos, como puede verse en la imagen que se venera den la Catedral de Barcelona (entrando a mano derecha).
Pues bien, hacia el año 1700 y pico, San Vicente Ferrer quiso entrar en la ciudad para predicar la Palabra de Dios. En aquella época Barcelona estaba talmente amurallada (lo que actualmente es el barrio gótico) y disponía de varios pórticos para entrar. San Vicente llamo `por uno de ellos y, al momento quedó estático con la cabeza mirando hacia arriba mirando algo fijamente. Un bello ángel se le apareció y el santo, al preguntarle quién era, contestó:
SOY EL ANGEL DE BARCELONA Y PROTEJO LA CIUDAD DE LA INMACULADA.
Para recordar este hecho maravilloso, que se recoge en el Libro de la Historia de la Ciudad, a ese portón se le dio el nombre de “Portal del Ángel” y actualmente conserva ese bendito nombre. La Avenida del Portal del Ángel es una de las avenidas más céntricas y concurridas de Barcelona, que va desde la Plaza Cataluña hasta la Catedral.
Todos los años desde hace siglos, en la festividad de la Inmaculada Concepción, el señor Arzobispo junto con muchos fieles, reza oraciones ante esa venerada imagen y se le suplica siga guardando la ciudad y la proteja y la defienda del maligno enemigo.
Maribel