EL CONSUELO
El consuelo nos ayuda a avanzar
Artículo de Irmtraud Tarr en la revista Cuerpo Mente de enero
Organista por diferentes países del mundo, acaba de dar un concierto en la Catedral de BCB, además es psicoterapeuta por la universidad de Hamburgo, 1987.
Se publica su primer libro en castellano:
El consuelo, el arte de hacer bien al alma (Plataforma Editorial)
Más información: www.irmtraud-tarr.de
Consolar es practicar el arte de ponerse en contacto con la otra persona, de estar a su lado y de poder tocarla; los ordenadores, móviles, máquinas no huelen ni dan calor...En anglosajón la sílaba “traust” da origen a la palabra consuelo, que da lugar a las palabras inglesas”trust”, confiar, y “tree”, árbol. El consuelo es como un árbol, la imagen para mí lo dice todo: es protección, ayuda, apoyo.
ISABEL MORENO: Tengo la experiencia de que durante muchos años los árboles, su belleza y silencio, me acogieron en momentos de desconsuelo; en concreto, tengo un árbol-refugio en BCN, y a él me acerco en determinados momentos a lo largo del año, es un rito íntimo y secreto el estar bajo sus ramas.
Hay una soledad increíble en nuestro tiempo, la sociedad es cada vez más fría, caras depresivas, miradas perdidas, gente ensimismada, ocupada sólo con las obligaciones o consigo misma, colgada del móvil, con los auriculares puestos...Las nuevas tecnologías promueven contactos artificiales, en los que no hay miradas, ni escuchas ni roce con la piel.
ISABEL MORENO: Creo que el contacto esencial es con el alma y ésta se mueve a través de cualquier espacio, por virtual que éste sea. Es sano hacerse a los cambios que propician los tiempos que nos tocó vivir, aunque no por ello hacerse en exceso dependiente. La fuerza del ser es tan grande que llega a través de espacios lejanos.
El sentido del consuelo es unirnos, crear lazos profundos entre nosotros, porque la finalidad como personas es llegar a relacionarse con los demás. Hay que ser valiente para admitir que necesitamos a los demás y que ellos nos necesitan, porque desde el principio nuestra vida está necesitada de consuelo, ese elixir de la vida. Que es dura y necesitamos pruebas de que no estamos solos para afrontarla.
ISABEL MORENO: Sí, es necesario demostrar que nos queremos, aunque seamos bien diferentes y a veces no nos entendamos y resultemos incómodos unos a otros; precisamente de esa dificultad nace un consuelo más certero, que viene de sentir que por encima de todo “estamos todos en un mismo barco” y de alguna forma nos acompañamos. Hay que dejar de lado el orgullo tonto y aprender a pedir lo que necesitas, buscar al otro sin esperar que antes te busque a ti, lo primero es llenar tu corazón, alimentarlo, ir hacia el otro aunque él no venga hacia ti, el resto se da solo.El consuelo es un don femenino, relacionado con la capacidad de empatizar, de sentir con el otro. A veces los hombres creen que deben dar consejo, soluciones prácticas, resolver. El consuelo es otra cosa, es estar ahí, acompañar, que el otro sepa que puede contar contigo, una presencia.
ISABEL MORENO: ¡Y tanto!, el hombre se define por la acción y el consuelo es inmanencia, estar sin mover, para no interrumpir al otro y acogerlo en su dolor. Quien más me consoló en mi vida fue mi madre ya de muy viejecita, sin poder hablar ya, sin ver, sin moverse…estaba allí a mi lado y yo la quería. Y es que el consuelo se lo da uno a sí mismo cuando realmente ama.Pero no funciona si no se escucha, algo muy difícil. Se trata de concentrarse en lo que está diciendo el otro, de permitir silencios, de no buscar qué decir, qué aconsejar., sino de sentir lo que el otro dice, lo que no dice y lo que quiere decir. Hay que dejar de comparar, de traer a colación las propias historias y batallitas.
ISABEL MORENO: Es algo muy arraigado, en lugar de hacerse al otro, a lo que siente, traer el agua a tu molino, hablar de tus cosas que coinciden con las suyas…pero ya estás tú incidiendo ahí. Es como cuando hablas de una película y ya está el otro explicándote otra que le gustó a él, o hablas de un lugar y te explica cuando estuvo allí…y es una superposición, el primero desaparece borrosamente.
Consolar requiere tiempo, regalarlo, porque el simple hecho de estar ahí ya ayuda; lo importante es el calor que se transmite a través de una caricia, una mirada, un asentimiento..., la transmisión de protección y ayuda.
ISABEL MORENO: El consuelo te traspasa a través de la voz, su calidez, los matices, el tono, su ritmo, las pausas…las palabras. No es esencial la presencia física ni el tacto; además, siempre en la distancia puedes imaginar; lo importante es el corazón que SIENTE AMOR.
Tendemos a querer sacar al otro cuanto antes de su dolor, nos cuesta soportar el sufrimiento, pero el consuelo se basa justamente en respetar el dolor del otro, en ofrecerle la posibilidad de sentirlo. Hay que respetar el dolor de cada uno.
ISABEL MORENO: Sí, estar y nada más; con mi hermana Paloma, que perdió a su hija en un accidente, es esto lo que practico: no aconsejo, casi no digo, sólo estoy a su lado, y ella ha captado los beneficios de ese consuelo a la escucha, porque las dos nos sentimos unidas sin necesidad de haber hecho nada realmente importante juntas.
Sólo se puede ayudar desde fuera, la empatía precisa de cierta distancia, no se trata de dejarse la piel, se tiende una mano hacia el fondo del pozo, no se arroja uno a él.
ISABEL MORENO: Exacto, no ser benevolente ni sentimental (capítulo V del Tao) pero sí cercano.
A veces nadie puede consolarnos, pero si tienes una buena relación contigo mismo sacas fuerza y consuelo. Cada uno debe de saber buscar sus propias fuentes de consuelo, pero hay unas generales a todos, que Bernardo de Chaval, uno de los grandes místicos medievales, recomendaba: el baño, el llanto y la oración, por ese orden. La sensación del agua en contacto con la piel puede ser como una caricia.
ISABEL MORENO: En el desconsuelo es donde más consuelo puedes sentir, parece una contradicción, pero es cuando tienes sed que el agua te sacia, o es cuando la tierra está seca que el agua la riega realmente. De igual forma te sacias a ti misma cuando llegas al límite, ahí tu ser se abre y crece.
No entiendo el reparo que se le tiene al llanto, es la forma más natural de autorregularse emocionalmente, siempre sin pasarse; las mujeres tenemos en él un tesoro que el hombre se pierde…o eso parece.
Al final, la experiencia fundamental del consuelo es llegar a sentir que no estamos solos con nuestro dolor, que formamos parte de algo más vasto y profundo, y que poseemos la fuerza interior para seguir avanzando. Todos necesitamos consuelo en la vida cotidiana que llevamos.
ISABEL MORENO: Sí, pero la clave está en saber dónde buscarlo y en autoabastecerse.
Isabel Moreno (Barcelona) http://bellezadepandora.blogspot.com/
____________________________________________________________________EL CONSUELO por Andrés Guerrero (
http://labrisaquesparcelasemilla.blogspot.com/ y
http://elhilodeseda.blogspot.com/ )
“Consoladora de los afligidos” reza la Letanía de Nuestra Señora y eso hace que el consuelo sea un acto de imitación de lo divino y también que tenga un marcado carácter femenino.
Cuando Isabel nos propuso este tema para que diéramos nuestra opinión “al alimón” nos pareció más adecuado basarnos en el texto que nos había servido de acicate. Así lo hizo Isabel y con amplitud, generosidad y carácter como siempre. Pasado un tiempo de su lectura, he preferido sobre su lectura y no sobre su texto plantear una breve reflexión desde un punto de vista cristiano y especialmente taoísta.
En principio, si el consuelo es algo, como propongo al principio, que imita a lo divino, jamás podrá ser fruto de la artificiosidad o de lo artificial. Justo al contrario, será lo natural lo espontáneo lo que dirija el consuelo, ese acto de disposición de la propia persona hacia cualquiera que lo necesite, de disposición al prójimo más próximo, al más necesitado. Todo cuanto sea artificial no gozará del carácter del consuelo, ya que no tiene la capacidad de llegar al fondo del corazón, a la frontera del dolor, al límite del sufrimiento, al punto donde la tristeza y la esperanza se debaten en equilibrio inestable, para apuntalar el optimismo, el gozo de vivir, el sentimiento de que todo está bien, de que somos gorriones en manos de Dios que nos ama y que vela por nosotros desde el principio de los tiempos.
Creo que el consuelo no nos sirve –al contrario de lo que afirma el autor del texto- para unirnos ni crear lazos, sino para devolvernos el sentimiento –perdido en el diario convivir- de que estamos en la misma barca, de que el mundo nos necesita a los dos, a los tres, a todos para cumplir su misión, su propósito. Si el consuelo nos sirviera de unión, sería pues una unión interesada, ya que mediante su uso llegamos a algo que nos proponíamos. Yo creo que el consuelo natural y verdadero libera a la persona, la hace libre de sus emociones, de sus tristezas, de sus sentimientos, de sus pérdidas y la devuelve libre de nuevo a la vida real, sin pagar el peaje de sentirse más vinculada a quien se prestó a consolarla. Creo que el consuelo es gratuito, desinteresado, no lucrativo porque, si el consuelo buscara la unión, su propio interés desharía el vacío –y por tanto la utilidad- de su acción.
Cierto y muy cierto que el consuelo es un don femenino, por eso se le atribuye a la Virgen María, la única con la capacidad suficiente para hacer de una debilidad la máxima expresión de divinidad. Curiosamente en el taoísmo no se habla para nada de consuelo, ya que se supone que el sabio taoísta, el seguidor del Tao, el caminante no necesita el consuelo sino la claridad de ver a su alrededor cuanto pasa y el ciclo de las cosas; el caminante sólo necesita adaptarse a las circunstancias vitales que le han tocado en la seguridad de que cuanto más adaptado esté, mejor servirá el propósito del Camino y por ello más capacidad tendrá para preservarlo de quien lo quiera manipular. Sin embargo, en el taoísmo sí que se habla del principio femenino, de la femineidad que es el origen de todo, de la madre misteriosa, del valle que todo lo recibe… y eso es darle carta de naturaleza al consuelo. Es reconocer lo femenino en el consuelo. Lo que pasa es que el taoísmo busca lo real y consolar a alguien –como dice más adelante el texto- buscando que cambie rápidamente, que deje de llorar o que no nos exaspere con sus acciones no es lo natural, no es lo femenino, no es lo verdadero. Es simple y pura manipulación con que salvar nuestro compromiso con los cercanos, allegados o lejanos, a los que no les damos la oportunidad ni de valorar sus pérdidas.
Creo que el consuelo sólo puede venir de arriba, nadie puede consolarnos verdaderamente. Sin embargo, cualquiera puede inducirnos a ver la vida de otro modo y por ello a ver la esperanza que brilla más allá de las apariencias, más allá del dolor, más allá de la muerte. Repito: cualquiera puede hacerlo. No necesita apenas nada. Sólo querer. Sólo creer. Sólo estar.____________________________________________________________________
EL CONSUELOPor Maribel Bayona (
http://rincondelacalma.blogspot.com/ )
Creo que mis compañeros y amigos ya han dicho todo o casi todo sobre el consuelo. Dos cosas han escrito Isabel y Andrés que para mí es lo esencial: “
El consuelo se lo da a si mismo cuando realmente ama”, nos escribe Isabel y Andrés nos habla de la letanía a la Virgencita: “
Consoladora de los afligidos”.
Tenemos en nuestro cuerpo todos los resortes para consolarnos, para que, cuando ocurren cosas o desgracias, podamos volver al equilibrio y a la armonía. Mucho se ha escrito sobre las endorfinas, las dopaminas y las feromonas y todas estas hormonas están en nuestro cuerpo, solo tenemos que estimularlas.
Jesús provoca un nuevo impacto y lo empieza con las gentes sencillas que quieren realizar sus enseñanzas, Él nos dice “
Venid a mí cansados y agobiados que yo os aliviaré, aprended de mí que soy humilde y manso de corazón”. El se acerca a los que sufren para aliviarles el sufrimiento y nos dio a su Madre como Madre de todos nosotros para consolarnos. En aquellos tiempos fue una novedad que no todos comprendieron y… tampoco hoy lo comprenden.
LA ORACIÓN ES LA MEJOR MEDICINA PARA EL CONSUELO.
No podemos estar en todos los frentes, nuestro cuerpo físico no puede volar hacia el que sufre, pero sí vuela la energía de amor que se expande como ondas circulares hacia los lugares más recónditos de la creación. y.. junto CON LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS, llega hasta el “Más Allá”
Los taichistas sabemos que con la práctica del chikung, podemos consolarnos y consolar: “
Degustar los disgustos con mucho gusto”.
Es verdad que consolar es tarea femenina, el amor de la madre, es la energía de Amor de Dios en la tierra, pero… el hombre, creo yo, también puede alcanzar la forma de amar y consolar como lo hace una mujer. El capitulo XXVIII del Tao Te King dice:
“
El que conoce el principio masculino
Y se mantiene conforme a lo femenino
Es como el profundo cauce del mundo
Donde confluye todo bajo el cielo…
Ser feliz por la oración de tu fe. Aprende tu fe. Y vivirás en la paz, porque la fe salva, y las obras de esta fe curan y te dan una vida digna. Los frutos de la oración son gracias que nos da El Señor y nos permiten vivir con un corazón en paz.