martes, octubre 23, 2012

Misa de Aniversario de Peter



MISA DE ANIVERSARIO DE PETER


Este año la celebración del cumpleaños de Peter se inició el día 20 en la plaza Villa de Madrid, donde un grupo de taichista de varios puntos de España realizamos taichi delante de casa de Peter Yang. Fue una sorpresa para él, que desde su balcón nos observó a todos.

A las 12, muchos acompañamos a Peter a celebrar Misa en la capilla de Santa Llucia, lugar más antiguo de la Catedral. La celebración continuó con una comida.

El domingo 21, la Misa se celebró en el Rincón del Silencio. El padre Enric Segui asistió y como es habitual en muchas ocasiones concelebró la Misa con Peter. De nuevo fuimos a comer juntos.

Por ultimo, el 22, día de su cumpleaños, un grupito de personas fuimos al Rincón a felicitarle. Pauli hizo un exquisito pastel de cumpleaños y brindamos con cava, mientras le cantábamos el cumpleaños feliz.

Maribel

A continuación Isabel Moreno nos relata una pequeña crónica

Como cada año por estas fechas el Rincón se llenó para asistir juntos a la Celebración alrededor del padre, también esta vez contamos con la asistencia del padre Seguí, que como siempre también nos deleitó e hizo reír con su forma desenfadada y certera de comentar, pues Peter le pidió que explicara qué entiende por Perfume de Amor.

Nos dijo que Jesús siempre habla en parábolas porque nos habla de lo inexplicable que cada cual debía descubrir por sí mismo abriendo más y más su corazón al amor. Nos introdujo el tema comentado que en uno de sus viajes un hombre en un mercado le dio un perfume muy especial con la recomendación de que lo abriera de tarde en tarde porque al expandirse tenía mucho efecto. Todo esto para situarnos en la certeza de que el Perfume de Amor es un descubrimiento personal y algo que nos llega en el momento más inesperado, sobre todo sin buscarlo y que en ese instante hay que saborearlo y dejar expandir el alma en él, en ese instante que llega cuando tomamos conciencia de La Presencia que en todo hay.

Como supondréis salimos de la Celebración perfumados y además agradecidos por ese Perfume de Amor que Peter nos ha transmitido y que tantas veces nos ha regalado.



Isabel Moreno





3 comentarios:

hilda dijo...

FELIZ CUMPLEAÑOS, Maribel, que cumplas muchos, muchos más, con mucha salud para poder seguir con este blog en donde cada uno cuenta sus experiencias que todos leemos con gran interés.
Un abrazo y hasta la próxima

Anónimo dijo...

DOMINGO XXX
28 de Octubre 2012

3ª LECTURA: Mc 10,46-52
En aquel tiempo, Jesús salía de Jericó acompañado de sus discípulos y de una gran muchedumbre, el hijo de Timeo (Bartimeo), un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino. Al enterarse de que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar: ¡Jesús hijo de David, ten compasión de mí! Muchos le increpaban para que se callara. Pero él gritaba mucho más: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!» Jesús se detuvo y dijo: «Llamadle.» Llaman al ciego, diciéndole: «¡Animo, levántate! Y él, arrojando su manto, dio un brinco y vino donde Jesús.
Jesús, dirigiéndose a él, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? El ciego le dijo: «Rabbuní, ¡que vea! Jesús le dijo: «Vete, tu fe te ha salvado.» Y al instante, recobró la vista y le seguía por el camino.

COMENTARIO: ¿Qué dice el texto? Da a entender la fuerza de la oración, la oración con fe todo lo puede. Todo va de la fe del ciego directamente a la misericordia de Jesús, y de la misericordia al levantamiento y la salud del ciego. “Cuando oyó que era Jesús comenzó a gritar: ¡Hijo de David ten compasión de mí! Muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba todavía más fuerte. Es la oración del pobre, acompañada de la angustia interior de vivir en tinieblas. Por eso el ciego aparece como un marginado, cuya única riqueza es orar, insistentemente, sin temer al ridículo, por eso cuando Jesús le llama, él acude y “arrojando su manto, dio un brinco y vino donde Jesús”
¿Qué me dice a mí el texto? Podemos entender que Jesús da a la persona lo que realmente necesita, encuentra siempre el atajo para llegar al otro, escuchar su necesidad para curarle la herida...Sería bueno que hiciéramos un poco de silencio, entráramos en nuestro interior y nos preguntáramos: ¿Qué necesidad tengo yo en estos momentos? ¿De qué me gustaría ser curado? ¿Cuál es mi ceguera? la fe del ciego es luminosa, cree que Jesús tiene poder para curarle, le suplica y ora con fuerza…Ante la súplica y la oración, Jesús se hace presente: “Ánimo levántate” ¿Escuchas también tu la voz del Señor cuando oras y suplicas? Al final el ciego irá siguiendo a Jesús, y el seguimiento consiste en un camino de servicio a todos. Así nos da a entender que la última dimensión de los hombres no es el rencor, la incomunicación, o el egoísmo que oprime, sino la humildad y la entrega a todos
¿Qué le digo yo a él? Señor, reconocemos que en nuestras actitudes de convivencia, muchas veces somos ciegos y pobres, pero que terrible si nos creemos buenos…Te pedimos Señor, que nos hagas ver nuestra ceguera interior envuelta muchas veces de apariencia, ¿no lo vemos por los frutos? cuantas veces vuestra vida no da el fruto que debería dar… Nos dice S. Pablo: Toda actitud de ira, cólera, gritos, maledicencia y toda clase de maldad, desaparezca de entre vosotros. Sed más bien, buenos, entrañables perdonándoos mutuamente. (Ef, 5,31) Como necesitamos escuchar la Palabra de Dios, no seamos necios pensando que podemos curarnos interiormente sin el Amor de Dios y su misericordia. Todos somos iguales; pobres y ciegos, necesitamos de la gracia para dar los frutos que necesitan los que conviven con nosotros. Te damos gracias Señor por tu Palabra que nos da la Vida.

Saludos Francisca


Anónimo dijo...

Medio mundo adorando al otro medio.
No ya tanto, mas bien no, geograficamente, sino por afinidades en su complementación.
¿Que otra cosa si nó hacemos cuando conocemos gentes nuevas? Desear adorarlas para llegar a esa incasdencencia que como en nuestro planeta, está cubierta de capas de tiempo y mineral. El aire se queda en la atmósfera, y hay que ser como su equivalente, no ya en el espacio, sino en la materia del cosmos y poder sostener cualquier levedad. Poder estar en el centro de ese nucleo incandescente sin ser tocado por él.