martes, abril 10, 2012

Cariñito Familiar en Cantabria

Carlos Sotres nos envía una reseña sobre la convivencia celebrada en Cantabria al estilo de los encuentros del padre Peter Yang


Encuentro-Convivencia del grupo de Tai-Chi-“Cariñito familiar de Cantabria


Foto Retro: Convivencia en Las Caldas de Besaya (Cantabria). Años 1988, 89, 90 ó 91


El pasado sábado día 17 de marzo, nos reunimos, durante unas horas por la mañana en las Escuelas del pueblo de Setién, un representativo grupo de la gente de Cantabria que seguimos, en mayor o menor grado, las enseñanzas de Peter, desde que éste viniera por primera vez por estas tierras hace ya unos 25 años (y algunos de nosotros ya desde antes de esas fechas). Éramos 13 personas, 11 de aquí y dos venidas de Vizcaya. El objetivo de este encuentro era juntarnos unos cuantos de los que practicamos en la zona el Tai-Chi aprendido de Peter -los que estamos en los diversos grupos y algún otro que lo hace por libre- para hacer una mini-convivencia del estilo de las que hacemos siempre con él, siguiendo también su recomendación de "unir los grupos", cosa que él mismo tanto nos ha animado siempre a hacer, especialmente en los últimos tiempos. El programa u orden del día que nos marcamos (y que cumplimos bastante bien) fue -además de encontrarnos y reencontrarnos y charlar- hacer calentamiento, un rato de la tabla del tai-chi, el fresquito-calorcito y, después, una tertulia sobre un tema representativo de la unión de taoísmo y cristianismo, que es la base de nuestra escuela taichiísta.
Ya otras veces en el pasado, durante todos estos años, nos habíamos reunido en alguna ocasión puntual los taichiístas de la zona (para hacer tai-chi, para celebrar el Año chino, para homenajear a la difunta Margarita...), pero esta vez, aparte de vernos y hacer tai-chi, la idea era reproducir, como se ha dicho, el contenido y el estilo de las convivencias con Peter, sobre todo añadiendo (porque en otras ocasiones no lo habíamos hecho) la "tertulia", con el fin de hablar de las bases teóricas que sustentan nuestra práctica, y así aunar teoría y práctica, siguiendo, una vez más, las indicaciones de Peter ("el tai-chi sin tertulia es una payasada y la tertulia sin tai-chi una gilipollez") y también las de Karl Marx ("la teoría sin práctica es estéril y la práctica sin teoría es ciega") y seguramente las de bastantes otros más.
El tema elegido esta primera vez para la tertulia, dentro del objetivo marcado de hablar bajo la perspectiva de la unión de taoísmo y cristianismo, fue la relación entre el "wu wei" (traducido generalmente por "no hacer") taoísta y el "hágase tu voluntad" del Padrenuestro cristiano.
Partimos de que el texto básico del taoísmo es el Tao te King y el texto básico del cristianismo es la Biblia, así que llevamos a la reunión una Biblia y varias versiones del Tao te King, quedando allí explícito que todo lo que habláramos del tema elegido tenía que tener como referencia estos dos libros básicos.
La tertulia empezó intentando ver la relación entre el término “Tao” y su concepto o significado y el término “Dios” y su significado, para así poder luego tratar de poner en relación el concepto del “wu wei” propio del Tao y del taoísmo -y que recorre todo el Tao te King- y el contenido y significado de la petición o deseo “hágase tu voluntad”, dirigido al Padre (Dios) en la oración del Padrenuestro cristiano (que podemos leer en el Evangelio de S. Mateo, cap. 6).
Se dijo que, según el diccionario de la Lengua española, Dios es, para la mayoría de las religiones, el “nombre sagrado con el que se designa al supremo Ser, todopoderoso y creador del universo”, es decir, origen o principio de todo lo que existe (esto es lo que también dice de Él la Biblia).
Y, según el Tao te King, el Tao es “una cosa… anterior al Cielo y a la Tierra,…que se la puede considerar el origen del mundo” (cap. XXV); es “el origen primero” (cap. XXIV), “padre de todas las cosas” Cap. XXI), “un principio que es la madre del mundo” (cap. LII), etc.
Así que, según estas definiciones, vimos que Tao y Dios parecen referirse básicamente a cosas o conceptos similares, es decir, a aquel Ser primero o primordial del cual procede todo cuanto existe. En el libro de Carmelo Elorduy, “La gnosis taoísta”, dice el autor, en la página 11, que el carácter chino del “Tao puede ser traducido por Dios, Principio, Logos”, aunque “no es el Dios cristiano; más bien es el Dios-cósmico de los filósofos paganos de Grecia, etc.” (leímos este texto). El carácter chino de Tao también se traduce por “Camino”, “Guía”,… y, curiosamente, Jesús también dijo de sí mismo que él era “el Camino, la Verdad y la Vida”.
Partiendo de aquí, vimos, en primer lugar, cómo, según el cap. XXXVII, “El Tao, por su naturaleza, no actúa (“wu wei”), pero no hay nada que no sea hecho por él” y, según el cap. XLVIII, “por el Tao se disminuye día a día…” y así “se llega a la no acción” y “por la no acción, nada se deja de hacer”. “Por eso, el sabio adopta la actitud de no-hacer y practica una enseñanza sin palabras” (cap. II). Así que, en consecuencia, el que sigue al Tao, el que sigue -podríamos decir- la voluntad del Tao (”padre/madre de todas las cosas”), practica el no-hacer.
También, y ya en el ámbito del cristianismo, el que sigue a Cristo, que es el “camino hacia el Padre” (“Nadie va al Padre sino por mí”; Jn. 14, 6) deja que se haga la voluntad del Padre Dios (“Padre nuestro…, hágase tu voluntad”), como Cristo mismo nos enseñó -a través de la oración del Padrenuestro- que debíamos de hacer y como él mismo hizo poco antes de su muerte, cuando, dirigiéndose al Padre, le pidió aquello de “Padre mío, si es posible, aparta de mí este cáliz, pero no obstante, que no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Mt., 26, 42).
Estas bases quedaron más o menos sentadas en la tertulia, aunque, al principio nos costaba bastante escucharnos unos a otros y había, además, no pocas reticencias al abordar el tema desde la perspectiva cristiana, pues alguno de los asistentes no se consideraba cristiano, algún otro decía que el taoísmo le podía ir acercando a un cristianismo que muchas veces se nos había transmitido de mala manera por parte de la Iglesia Católica e incluso hubo alguien que quería entrar en las diferencias entre las distintas religiones o las diferentes confesiones cristianas, cosa que nos hubiera sacado demasiado del tema principal que nos ocupaba. Pasado este momento de inicial guirigay, decidimos imponernos cordura y pasamos a leer algunos capítulos del Tao te King donde se habla del “wu wei”. Llevábamos previamente a la reunión referencias de, al menos, 8 capítulos donde sale la cuestión, pero sólo dio tiempo a leer uno o dos de ellos -además del capítulo I, para tener una base sobre lo que Lao Tse entiende por Tao. La lectura de estos capítulos fue un momento muy agradable, por lo bien que lo leyeron las personas que lo hicieron y por la atmósfera que se creó entre todos los que escuchábamos atentamente la lectura. No hay duda de la fuerza que transmiten las palabras del Tao te King.
A continuación, y como ya se había indicado en la convocatoria de la reunión que se iba a hacer, (decir cada uno su idea y hablar de su experiencia personal con respecto al tema), pasamos a dejar un poco aparcadas la teoría y las palabras de otros sobre el asunto y a explicar la idea y la vivencia que cada uno tenía del concepto del “wu wei”. Mezclado entre todo lo que está escrito sobre esta cuestión y lo que le hemos oído a Peter sobre ello, por una parte, y lo que cada uno entendía personalmente, por otra, hubo varias intervenciones para dar la visión particular sobre el tema. Se habló de que estábamos de acuerdo en que “wu wei” para las personas supone “no intervención”, “no interferencia en el curso natural de las cosas”, levantar la pata, posar la pata, pero no meter la pata” (en palabras de Peter), “hacer lo que a uno le toca”, “aceptar lo que nos ha tocado vivir y apechugar con ello, sin deseo ni capricho (aquí se mencionó el título de una película reciente, “El árbol de la vida”, que trata de la aceptación de una desgracia personal para seguir viviendo)”. Y de que, comportándonos así, es como seremos “fieles al Tao (a lo Natural), haciendo como él (´no haciendo nada y no dejando nada sin hacer´): siguiendo lo natural, lo que nos viene, lo que nos toca, como hace una flor, que florece cuando le llega la hora, y no se preocupa de hacerlo antes o después, sino cuando le toca, cuando le llega su hora. Aquí se introdujo la cuña de que todos los seres siguen el curso de la Naturaleza y hacen lo que ella les “manda”, sin intervenir en su curso, pero los seres humanos, al tener libertad de elegir, tenemos también capacidad de comprometernos (por ejemplo, con una familia, con un proyecto, etc.) y que entonces tenemos que cumplir con ese compromiso y aquí ya no es tan sencillo comportarse como una flor; en esto se dijo que uno se puede comprometer, pero no obligado, sino desde su propia vivencia, desde su libertad, y que, una vez comprometido de esta manera con algo, hay que asumir ese compromiso y seguir con él, aceptando lo que venga.
También se dijo que, muchas veces, en nuestra vida cotidiana, hablamos demasiado para tapar el hueco de no poder “estar sin hacer nada” y no escuchamos a “lo natural” (los monos, en vez de “charlar”, se quitan los piojos), y de que esto de hablar demasiado se da con bastante frecuencia en la enseñanza, donde, muchas veces, es mejor educar sin hablar tanto, enseñar a los alumnos -a tener una actitud adecuada- más a través de nuestra actitud que de nuestras palabras (aquí se mencionó que había un buen libro sobre esta cuestión, titulado algo así como “Educar con la boca cerrada”). Y otra persona expresó que ella ya había llegado últimamente a la conclusión de que esta “actitud” ante la vida debía reflejarse igualmente incluso a la hora de hacer la tabla del tai-chi, que no es una mera tabla de gimnasia, sino algo más, algo que debe trascender y extenderse a todos los ámbitos de la vida cotidiana (cosa -se recordó- en la que Peter siempre ha insistido mucho: que es más importante la “postura” que la “forma” a la hora de hacer los movimientos del tai-chi).
Y -se dijo también- puesto que todo es uno (Tao), aunque las manifestaciones sean diferentes, es mejor volverse hacia el Tao (hacia el Uno) y hacer como él: “no hacer” nada que no sea necesario y que no “te toque”, “no intervenir interfiriendo el curso natural de las cosas”, pero sí realizar lo que te toque (“aceptar, aprobar, adaptar, conformarse y realizar”, que cantamos en la canción). Porque si hay acción (interesada), también hay reacción y contradicción.
La charla se nos quedó un poco corta, pues ya se nos echó encima la hora y había algunos que tenían obligaciones y cosas que hacer y tenían prisa.
Todos acabamos contentos con el encuentro y, al final, quedamos en repetir estas mini-convivencias cada dos meses, más o menos: nos citamos para vernos de nuevo allá por el mes de mayo y entonces haremos un balance de esta primera convivencia y decidiremos cómo queremos continuar haciendo otras.
Queremos haceros partícipes, a todos los taichiístas, de esta experiencia nuestra y por eso mandamos este resumen al blog de Maribel -que ella tan gentilmente pone a nuestra disposición y que nos sirve para mantener un contacto entre todos nosotros-, donde todos podemos leerlo.
Un saludo desde Santander-Cantabria.

Carlos Sotres

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Carlos Sotres, es en esa sala de la residencia convento de las mercedarias de las Caldas del Basaya donde asistí por primera vez a una convivencia, de fin de semana por todos los santos del año 88. Ahí entre el fervor popular me sumé a saludar dando la mano a ese cura chino que no conocía y que hablaban de él de forma enigmática. El contacto al dar la mano era de que como si la mano desapareciera, la suya, al contacto con la mía, y no hubiera donde apoyar, donde contactar, donde "frenar" de dar y por tanto dónde recibir. Sutileza, levedad.
Comento a este escrito porque se dice que hay que hacer honor a la verdad, y Carlos Sotres para mí fué el iniciador al taichí, y además muy bien iniciador,( y de paso mencionar a Pilar Moradillo, mi amiga íntima y casual durante una larga temporada y que me llevó y yo me dejé, al taichí) trasmitió, no sé si sabiéndolo o no, la misma sutileza que Peter en esta práctica.
Además, también hay que decir que la enseñanza de Peter era cada vez mas y mas profunda.
Además supo llevar al grupo sin mencionar durante años tanto la palabra espíritu, como la palabra espiritualidad, porque sabía, evidentemente, que en occidente es confundida con espiritismo y con la teosofía moderna.
Supo, como digo, tras varios años, encontrar el lugar hecho en la mentalidad del grupo, poder decir la aserción "unión taoismo y cristianismo", sin encontrar sombra de rechazo o extrañeza, sino entrega desinteresada de algo que se palpaba en el ambiente.
Eso es su carisma, su magnetismo, su "savoir faire", sus artes prestidigitadoras; todo cualidades personales.
Está claro, en mí pasó, que reencendió la llama para anhelar esa faceta tan dormida de la espiritualidad en el ámbito religioso.
Solo qué, a esa faceta le tenía previsto desde siempre dar nombres y apellidos propios, ser el padre, por decirlo de alguna manera de una espiritualidad renovada, y no perder con ello de vista sus raices chinas, dar salida a una unión de factores que juntos amalgamaran algo con qué poder identificarse ideológicamente y psíquicamente dos civilizaciones,por llamar de alguna manera a occidente.
Carlos, espero que esto te suene bien, es importante sembrar los cimientos sobre lo que poder continuar después.
Saludos desde Cantabria
Ana Calvo

Anónimo dijo...

Jesús resucitado siguió apareciéndose a sus compañeros. Creo que fueron esos cuarenta dias. Pueden pasar muchas cosas porque Él, abarca todo, es el sustento de todo y Jesús en vida había llegado a saber eso. La faceta del mito hecho religión también es algo que funciona sobre eso; Jesús fué Él aún en vida, en el sentido en que la consciencia y conocimiento allí le llevaron. Me hago un mar de lágrimas queriendo escribir sobre esto, porque en realidad solo son palabras y yo misma en el cuerpo he de transformar la impotencia mirando hacia dentro, hacia esa oscuridad que todo lo abarca, para darme cuenta al observarla, que tampoco esa oscuridad soy yo; y entonces ya, ver a distancia, ya mas y mas lejos, dentro de mí aún, el mundo y la vida que le habita, y todavía persiste la tendencia a identificarlo como un cosmos, y dentro, mirando, el cosmos tampoco existe, se hace pequeño, pierde significado. Estoy siguiendo nirando dentro, con los ojos abiertos y sabiendo de este cuerpo, y no sabiendo de nadie más, porque los cuerpos también se hacen insignificantes, y sigue persistiendo en el recuerdo la imagen de una persona con el nombre de Peter, que un día muy largo pensé, creí saber que era eso otro que el cuerpo no es. La pérdida de ese error en que yo me encontraba desestructuró toda mi mente hasta sus raices más profundas, resquebrajó la mente, y con ello para mí se perdieron todas las mentes de todos los hombres; mi gran incapacidad es la de no poder decir nada sobre mí, la de no poder tener de verdad un algo en donde quedar prendido esto que no sé lo que es.
Por más que Peter intente concordar, aunar, yo sé que este cuerpo no responde (esta individualidad mia), antes cualquier frase suya tenía una profundidad insondable, y ahora lo insondable soy yo, y sin saberla, yo no se conoce a si mismo. Es porque ha aparecido un agujero en el corazón, y este órgano es capaz de ver, (sin saberlo) la profundidad del mismo, cuando a través de Él ve a los demás seres humanos, y solo ve cuerpos, porque en esa profundidad del corazón solo hay eso que no tiene un igual, y aún así el deseo ardiente de la mente de poder ver ese algo me obliga a hacer todo esto que sé que para nadie tiene sentido, pero que para mi lo es todo, porque la carencia es total.
Quiero también decir que la apreciación de este sentimiento es mayor a medida que profundizo en las palabras de un hombre de la India fallecido hace años, cuyo nombre ya he dicho varias veces, y que además es materia de mi misma, quiero decir que solo tiene importancia para mí. Y por eso que he sido desconectada desde fuera por Peter, yo me sigo sintiendo en la necesidad de explicar mi necesidad. Lo mismo que iba al taichi por necesidad, cuento estas cosas también por necesidad, porque en realidad, para mi no ha habido absolutamente ningún cambio desde entonces, todo lo que pueda parecer es solo apariencia. Y aprovecho esta situación en que se me ha colocado sin pretender haber movido un solo hilo, para compartir esta vivencia, ya que ese compartir, sigo diciendo, es lo único que queda.
Sé que hablamos "idiomas" diferentes, pero la palabra utilizada es la misma. Comprender que la necesidad de esa palabra también es la misma. Con vosotros no hay nada, aquí tampoco, en realidad estoy viendo el proceso de extinción sin tener el coraje de afrontar la Realidad de la que tanto hablo; a cada momento volviendo a Ella para permanecer con dificultad, pero no hay más, solo la entrega total, que ya es sin palabras y que es lo que deseo poder anhelar.
Aquí ya no puedo decir más.
Diría un cordializar, pero cordializar desde dentro del corazón, allá donde el corazón pierde su forma y su color y hay una aterciopelada embriaguez, yo diría oscura embriaguez aterciopelada.
Que vivais profundamente y sin miedos es lo que también deseo para mis hijos.
Ana Calvo

Anónimo dijo...

Jesús resucitado siguió apareciéndose a sus compañeros. Creo que fueron esos cuarenta dias. Pueden pasar muchas cosas porque Él, abarca todo, es el sustento de todo y Jesús en vida había llegado a saber eso. La faceta del mito hecho religión también es algo que funciona sobre eso; Jesús fué Él aún en vida, en el sentido en que la consciencia y conocimiento allí le llevaron. Me hago un mar de lágrimas queriendo escribir sobre esto, porque en realidad solo son palabras y yo misma en el cuerpo he de transformar la impotencia mirando hacia dentro, hacia esa oscuridad que todo lo abarca, para darme cuenta al observarla, que tampoco esa oscuridad soy yo; y entonces ya, ver a distancia, ya mas y mas lejos, dentro de mí aún, el mundo y la vida que le habita, y todavía persiste la tendencia a identificarlo como un cosmos, y dentro, mirando, el cosmos tampoco existe, se hace pequeño, pierde significado. Estoy siguiendo nirando dentro, con los ojos abiertos y sabiendo de este cuerpo, y no sabiendo de nadie más, porque los cuerpos también se hacen insignificantes, y sigue persistiendo en el recuerdo la imagen de una persona con el nombre de Peter, que un día muy largo pensé, creí saber que era eso otro que el cuerpo no es. La pérdida de ese error en que yo me encontraba desestructuró toda mi mente hasta sus raices más profundas, resquebrajó la mente, y con ello para mí se perdieron todas las mentes de todos los hombres; mi gran incapacidad es la de no poder decir nada sobre mí, la de no poder tener de verdad un algo en donde quedar prendido esto que no sé lo que es.
Por más que Peter intente concordar, aunar, yo sé que este cuerpo no responde (esta individualidad mia), antes cualquier frase suya tenía una profundidad insondable, y ahora lo insondable soy yo, y sin saberla, yo no se conoce a si mismo. Es porque ha aparecido un agujero en el corazón, y este órgano es capaz de ver, (sin saberlo) la profundidad del mismo, cuando a través de Él ve a los demás seres humanos, y solo ve cuerpos, porque en esa profundidad del corazón solo hay eso que no tiene un igual, y aún así el deseo ardiente de la mente de poder ver ese algo me obliga a hacer todo esto que sé que para nadie tiene sentido, pero que para mi lo es todo, porque la carencia es total.
Quiero también decir que la apreciación de este sentimiento es mayor a medida que profundizo en las palabras de un hombre de la India fallecido hace años, cuyo nombre ya he dicho varias veces, y que además es materia de mi misma, quiero decir que solo tiene importancia para mí. Y por eso que he sido desconectada desde fuera por Peter, yo me sigo sintiendo en la necesidad de explicar mi necesidad. Lo mismo que iba al taichi por necesidad, cuento estas cosas también por necesidad, porque en realidad, para mi no ha habido absolutamente ningún cambio desde entonces, todo lo que pueda parecer es solo apariencia. Y aprovecho esta situación en que se me ha colocado sin pretender haber movido un solo hilo, para compartir esta vivencia, ya que ese compartir, sigo diciendo, es lo único que queda.
Sé que hablamos "idiomas" diferentes, pero la palabra utilizada es la misma. Comprender que la necesidad de esa palabra también es la misma. Con vosotros no hay nada, aquí tampoco, en realidad estoy viendo el proceso de extinción sin tener el coraje de afrontar la Realidad de la que tanto hablo; a cada momento volviendo a Ella para permanecer con dificultad, pero no hay más, solo la entrega total, que ya es sin palabras y que es lo que deseo poder anhelar.
Aquí ya no puedo decir más.
Diría un cordializar, pero cordializar desde dentro del corazón, allá donde el corazón pierde su forma y su color y hay una aterciopelada embriaguez, yo diría oscura embriaguez aterciopelada.
Que vivais profundamente y sin miedos es lo que también deseo para mis hijos.
Ana Calvo

Anónimo dijo...

perdonar estas repeticiones

Anónimo dijo...

180ª HOJA DE RUTA
LA BELLEZA DE LA RESURRECCIÓN

Muy queridos amigos:
¡Feliz y gozosa Pascua de Resurrección!
Pascua es el misterio de la Alegría.
La alegría de vivir, hoy, aquí, la PASCUA FLORIDA.
Es celebrar el PASO de Jesús a la VIDA PLENA.
¡Cristo ha resucitado! ¡El Viviente! ¡El Señor glorioso!
En Él también nosotros hemos triunfado de nuestras fragilidades.
Es un vivir nuevo. Nuestra vida ha cambiado.

El Resucitado es el corazón del mundo.
Pascua es una excelente oportunidad para:
llenar el corazón de GOZO, el alma de LUZ, la casa de FLORES.
La Resurrección de Jesús es motivo de inmensa alegría.
Una alegría que nada ni nadie nos podrá quitar.
Un palpitar gozoso vibra en nuestro interior.
Y se viste de fiesta nuestro obrar, nuestro diario hacer, nuestras jornadas.
Todo sigue igual; pero ya todo es distinto. Nos acompaña el Resucitado.

Un gran abrazo pascual de vuestro entrañable amigo, h. Enrique


LA BELLEZA DE LA RESURRECCIÓN


El Resucitado está en medio de nuestras pobres cosas y nos acompaña.
Su VIDA nos vitaliza para todo lo bueno, lo bello, lo limpio,
lo estimulante que florece en nuestro interior.
Con Jesús Resucitado ningún ser humano está solo. Nadie vive olvidado.
El Resucitado hace arder los corazones.
Como sus primeros discípulos, queremos vivir tan honda experiencia.
Al ver a Jesús, cambió todo en sus vidas.
¡Vive esa misma experiencia! ¡Es don del Espíritu!

¡Vive “ALGO” que transforma tu vida!
¡Vive la NOVEDAD de la VIDA NUEVA de JESÚS en ti!
¡Es el ESPÍRITU del JESÚS RESUCITADO que te habita!
¡Déjate atrapar, fascinar, seducir, enamorar por el Maestro, el Rabonni.
Él sale a tu encuentro en la mañana del DOMINGO.

¡Vive la belleza de la mañana de Resurrección!
¡No tengas miedo! ¡Tus miedos paralizan y bloquean!
¡El Resucitado está contigo, te acompaña!
¡Regala PAZ, GOZO, ALEGRÍA!
¡Se nos invita a “ser pascuales”!

Anónimo dijo...

RECORRIDO HACIA LA FE

Estando ausente Tomás, los discípulos de Jesús han tenido una experiencia inaudita. En cuanto lo ven llegar, se lo comunican llenos de alegría: "Hemos visto al Señor". Tomás los escucha con escepticismo. ¿Por qué les va creer algo tan absurdo? ¿Cómo pueden decir que han visto a Jesús lleno de vida, si ha muerto crucificado? En todo caso, será otro.
Los discípulos le dicen que les ha mostrado las heridas de sus manos y su costado. Tomás no puede aceptar el testimonio de nadie. Necesita comprobarlo personalmente: "Si no veo en sus manos la señal de sus clavos... y no meto la mano en su costado, no lo creo". Solo creerá en su propia experiencia.
Este discípulo que se resiste a creer de manera ingenua, nos va a enseñar el recorrido que hemos de hacer para llegar a la fe en Cristo resucitado los que ni siquiera hemos visto el rostro de Jesús, ni hemos escuchado sus palabras, ni hemos sentido sus abrazos.
A los ocho días, se presenta de nuevo Jesús a sus discípulos. Inmediatamente, se dirige a Tomás. No critica su planteamiento. Sus dudas no tienen nada de ilegítimo o escandaloso. Su resistencia a creer revela su honestidad. Jesús le entiende y viene a su encuentro mostrándole sus heridas.
Jesús se ofrece a satisfacer sus exigencias: "Trae tu dedo, aquí tienes mis manos. Trae tu mano, aquí tienes mi costado". Esas heridas, antes que "pruebas" para verificar algo, ¿no son "signos" de su amor entregado hasta la muerte? Por eso, Jesús le invita a profundizar más allá de sus dudas: "No seas incrédulo, sino creyente".
Tomás renuncia a verificar nada. Ya no siente necesidad de pruebas. Solo experimenta la presencia del Maestro que lo ama, lo atrae y le invita a confiar. Tomás, el discípulo que ha hecho un recorrido más largo y laborioso que nadie hasta encontrarse con Jesús, llega más lejos que nadie en la hondura de su fe: "Señor mío y Dios mío". Nadie ha confesado así a Jesús.
No hemos de asustarnos al sentir que brotan en nosotros dudas e interrogantes. Las dudas, vividas de manera sana, nos salvan de una fe superficial que se contenta con repetir fórmulas, sin crecer en confianza y amor. Las dudas nos estimulan a ir hasta el final en nuestra confianza en el Misterio de Dios encarnado en Jesús.
La fe cristiana crece en nosotros cuando nos sentimos amados y atraídos por ese Dios cuyo Rostro podemos vislumbrar en el relato que los evangelios nos hacen de Jesús. Entonces, su llamada a confiar tiene en nosotros más fuerza que nuestras propias dudas. "Dichosos los que crean sin haber visto".

José Antonio Pagola
Red evangelizadora BUENAS NOTICIAS
Contagia tu confianza en el Dios encarnado en Jesús. Pásalo. 15 de abril de 2012
2 Pascua (B)
Juan 20, 19-31

hilda dijo...

Que jovencito que está Peter en esta foto!!!
He leido vuestro comentario. El reunirse para recordar viejos tiempos siguiendo las enseñanzas de Peter siempre está bien
Saludos a todos