lunes, noviembre 30, 2009

Tertulias de Noviembre con el Padre Peter Yang

Caracteres dibjados por Mª Àngels Comellas


PINCELADAS SOBRE EL CAPITULO XXV

Peter, después de haber leído el artículo “al alimon” que hemos escrito sobre la ILUMINACION, nos hace leer y estudiar el capitulo XXV. Como siempre al principio no entiendo nada. Poco a poco, con paciencia y con la ayuda de todos los tertulianos, voy vislumbrando primero y luego comprendiendo en mi corazón.

El capitulo XXV empieza así: “Había una vez un ser nebuloso…” (Antes debo recordar que la primera línea o frase de los capítulos del Tao, representan a todo el capitulo.). Lao Tse, sabia que venia de una madre, para él existía lo natural, pero vislumbraba que “había algo y a este “algo” le llama Tao.

El sol siempre está ahí, pero a veces las nubes no lo dejan ver. Hay que sacar: capas, lastres, odios, rencores, miedos… y de esta forma las nubes que tapan nuestros ojos y nuestro corazón e impiden ver, desaparecen. LO ESENCIAL es invisible a los ojos, se ve con el corazón.


El final de este mismo capitulo acaba de esta forma: La ley del Tao es sí mismo” Si mismo” es mismidad. Mucho hemos hablado sobre la mismidad. Hace 12 años, en las tertulias con Peter ya nos la nombraba, pero ha sido en México donde la hemos comprendido. Mismidad es mitad materia y mitad espíritu.( Recomiendo leer otros escritos de este blog, donde hablamos de la mismidad)
.Al principio no entendemos, las nubes impiden ver, pero chino chano, chano chino al final todo se aclara y es MISMIDAD

Por lo tanto hemos de recorrer un CAMINO para llegar a: “soy como soy”, “estoy como estoy”, soy como estoy” y estoy como soy”
¿Qué es “no yo”?. No lo se, pero sin el “no yo”, no existiría “el yo”.

Realizar es PALABRA HECHA CARNE: “Buena idea realizada, vida maravillada” imitando a la “Familia de don Tranquilo:”(Sagrada familia).
María: PAZ REAL; CONCRETA; UNICA; INTIMA E INFINITA.
San José (Don Tranquilo): TRANQUILIDAD; REAL, CONCRETA, UNICA, INTIMA E INFINITA.
Niño Jesús: OBEDIENCIA; REAL, CONCRETA, UNICA, INTIMA E INFINITA.

Por eso la iluminación no existe, TODO ES LUZ, tenemos los ojos y el corazón con nubes, que no permite que la veamos. Hay que dejar fluir, servir como agua, vivir y caminar de verdad y al final ya comprendemos y vamos aclarando , llegando a lo sobrenatural.

En los evangelios hay muchos ejemplos de personas que “no veían”: San Pablo tuvieron que sacarle las nubes de sus ojos para comprender la Palabra de Dios. Ananias fue el encargado de instruirle por recomendación divina. Son los apóstoles de todos los tiempos que nos instruyen.

También el fariseo Zaqueo, tuvo curiosidad de ver a Jesús y como era muy bajito de estatura y no alcanzaba a verlo, se subió a un árbol. Jesús lo vio encaramado en el árbol, le hizo bajar y le pidió que lo invitara a su casa. A Zaqueo se le fueron las nubes y comprendió. Lo vio claro y le siguió.
Ha de haber determinación. Zaqueo se esforzó en subir al árbol para ver y escuchar la Palabra de Dios. (Lucas 19)
Me llama la atención, que Jesús le nombra por su nombre, como a cada uno de nosotros. Jesús nos invita a que vayamos a comer con El. ES LA EUCARISTIA.
Siguiendo a Jesús, como Zaqueo, nos convertimos en un solo corazón y un mismo espíritu, es decir cariñito familiar autentico.
“Algo nebuloso” es Tao, es cariñito familiar. Está ahí, pero no lo vemos. Lao Tse habla de algo nebuloso y dice: “”Yo le llamo Tao”. Jesús dice: “Yo Soy.”

El CARIÑITO FAMILIAR (algo nebuloso) se siente en un solo corazón y un mismo Espíritu de Verdad.

Maribel

14 comentarios:

maribel dijo...

Por indicación de Carolina, hemos hecho una corrección. En el escrito de la semana pasada,
en lugar de poner en occidente es de imagen a origen·, hemos corregido:"DE IAMGEN A IMAGINACION"

Os deseo una buena semana

maribel dijo...
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Anónimo dijo...

Maria Elena y José Ramón dijo...

ACCIÓN DE GRACIAS
Las abejas son grandes maestras. Ellas pueden esconder enseñanzas importantes para cada uno de nosotros.
Por ejemplo, si miro el orden de las abejas y el orden de los humanos, lo primero que una puede sentir usando la comparación, es que la humanidad debe estar en tiempo de confusión. Viendo cómo se organizan unas y otros, se ve que el hombre necesita mucha ayuda para que vuelva a entender las cosas esenciales; y que el vivir sea más fácil y verdadero.
Observando a las abejas, puedes comprobar que responden, de forma especializada, al Espíritu de la colmena. No hay espacio para el desorden. Unas son princesas, otras obreras; están los zánganos y la reina. Todas tienen una función concreta, y responden a un orden dado con obediencia eficiente. Por eso el funcionamiento de una colmena puede llegar a ser tan preciso, armonioso y bien conocido.
También, con paciencia, se puede ver cómo las abejas se giran hacia el calor del sol; cómo se vuelven locas con la primavera, y hasta comprobar lo fieles que pueden llegar a ser a la luz. Veo una verdad en su comportamiento, como algo que no puede ser de otra manera. Pero entonces, viéndolas a ellas , y a nosotros, me salen preguntas de angustia que se pueden resumir en por qué el hombre no sabe responder en su vivir como ser humano.
En este punto intento que las abejas me ayuden a entender, y sale:

La necesidad de girarse a lo que está vivo; y que todo lo que no coge esta disposición, se va muriendo.
Pero lo vivo tiene sus leyes; hay que conocerlas –y respetarlas- para que la vibración vital de esta ley de su fruto correspondiente.
Por ejemplo, las abejas saben que con el calor del sol está en las flores. Y con las flores, el polen. Aquí tienen su alimento. Pero no se les ocurre buscarlo en el invierno, ni en la noche, cuando la fuerza del sol está más débil.
Se puede decir que Ellas no hacen trampas, y conocen casi con precisión de reloj sus funciones naturales.
Pero, en cambio, el hombre sí hace trampas, y además, lucha con sus leyes primordiales, creando una profunda herida en el centro del Universo. Entonces, entiendo que el hombre se mueve entre dos realidades que le hacen ir muriendo de su origen: el olvido y la burla de su pertenencia divina.
Siento que a diferencia de la abeja, hemos olvidado cuál es nuestro alimento de vida; y, quizás, lo más desordenado e hiriente para nuestro corazón, es que ya no podemos oír el Espíritu que nos ordena.
Pero yo sé que no está todo perdido. Si el hombre tiene dos realidades que le hacen enfermar, también le ha sido dada dos armas que tienen el poder de reintegrarlo dentro del cosmos: la capacidad de recordar y la acción de gracias.
....
Sé que no está todo perdido...

Elena

Pandora dijo...

muy interesante Helena tu escrito sobre las abejas;es cierto, siempre el ser humano metiendo la patita si nos comparamos con ellas...tan bien organizadas y en sintonía con lo natural, realmente es que nosotros a su lado somos unos "zánganos", nunca mejor dicho.

De todas formas creo que la grandeza del ser no redica en lo que hace, como las abejas, sino en el hecho de saberse hijo de Dios, de llegar a ser consciente de esto, pues somos seres espirituales, ellas no, ningún animal lo es. Esta gran responsabilidad nuestra conlleva muchos quebraderos de cabeza...que las abejas se evitan, ellas no piensan, no viven la dualidad del sí y el no, ellas son abejas y punto, cumplen su función, y para ello no han de ser libres; nosotros partimos de la libertad de elección, por eso podemos equivocarnos, errar, pero ésa es nuestra forma de crecimiento, y no sólo la nuestra, sino la de toda la Humanidad, crecemos desde el error, así aprendemos.
Lo que Dios nos entregó es una maravilla, no me extraña que alguno se engañe creyéndose un semidios o que el ego se nos coma tantas veces..., jejeje, porque el ser humano es de una grandeza indescriptible, y apuesto lo que quieras a que en este momento hay miles de seres realizando hazañas extraordinarias, apoyándose en cualidades humanas que giran en torno al amor, de lo que las abejas, ni ningún otro ser vivo tienen ni idea.

Es tan grande el Tesoro que Dios nos dejó en las manos, que no me extraña que tardemos en darnos cuenta de su valía, toda una vida.

Fuerte abrazo y felicidades por tu aportación.

Isabel Moreno

Josef-ana dijo...

Ahora que empiezan las naranjas. Voy a hacer una analogía por transposición: Una naranja-una persona, un arbol de naranjas-una comunidad de personas, un prado de naranjos-una sociedad,una comarca naranjera-una civilización (prefiero esto que decir una nación, evito los nacionalismos en torno a la naranja).
Hemos de ser cada uno lo más sabroso posible, pues la fama de la comarca depende del grado de calidad a que se llegue, y también de cantidad, pues ha de tener que llegar a conocerse a distancia entre otras civilizaciones (la naranja).
Cuantas veces como excepción a la regla nos sorprende una pieza de fruta a la que hallamos un sabor extraordinariamente delicioso?, ocurre entre toda la fruta tanto natural como de cultivo.
Hay una maduracion en la cual lo apropiado a un paladar es totalmente concordante, simplemente puede haber sucedido que la fruta se compró, se colocó en una encimera y como al tacto estaba un poco dura, pasaron los dias y el olvido la cubrió, y justo cuando estaba a punto de pasarse, completamente madura, uno va y se acuerda de ella y de sus hermanas, y menudo festín ese día, bueno, esto pasó con los kiwis del otro día, pero estábamos con las naranjas.
Quería compararme con una naranja y quería decir que su yo debe ser lo más rico, sabroso posible, porque de ello depende el sabor de quien la disfrute comiendo.
Y cuando se compran naranjas, estas ya no poseen yo, pero mantienen las cualidades que adquirieron a través de su yo cuando estaban en el arbol.
Cuando noto el sabor de naranja en un helado, en un caramelo, ese es el Yo grande (universal). Y cuando hacen comprimidos de vitamina C con naranjas, ese el el No Yo, la utilidad
¿Que os parece mi tesis?

Anónimo dijo...

¡Muy buenos los tres comentarios!

Las abejas, el hombre y la naranja.

Felicito a las personas que nos deleitan con sus filosofías.

¡Gracias por este blog!

A.Z

Josef-ana dijo...

En un rinconcito de la biblioteca virtual del hospital donde se supone que tengo el puesto de trabajo, ahora tras la vuelta de las vacaciones, recapitulo.
Qué grande se me hace el capítulo XXV del TTQ, lejano también, y lo agradezco, hay un alejamiento contínuo y necesario.
Siempre se necesita la trascendencia, y eso también depende del TAO mismo.
Es una suerte y una alegría poder estar aquí, poder hablar de ello sin apenas nada que poder decir sobre ello.
Deja una estela de cariñito familiar, y cada astro sigue su trayectoria.
Como decía Elena en su comentario, volver a ocupar el lugar en el cosmos sin trampa. Esto ayuda a recuperarlo, aunque en visión de conjunto en sí, nada cambia, somos nosotros los que estamos demandando lo que necesitamos.
Y es eso mismo, exteriorizar la esencia, el dulce orden de las cosas, el más interior, el que puede, sin imponerse, a todas las desviaciones. No perderlo nunca de vista
Un beso a toda la familia

Anónimo dijo...

Hola família! Esta vez os escribo desde Baecelona, he venido para la operación de una hermana de comunidad, la operación ha ido muy bién y ya nos marchamos el viernes.
Volviendo a la liturgia, estamos a la segunda semana de Adviento, la gran esperanza de Adviento es creer que Dios nos ama y que cada día podemos celebrar Navidad por su venida en la eucaristía.
Que este Adviento sea para todos de mucha fe y oración, para que nuestra Sociedad con su propaganda no nos oculte el verdadero sentido de la Navidad.
Un abrazo a todos. Francisca


3ª LECTURA: Lc 3,1-6
En el año quince del imperio de Tiberio César, siendo Poncio Pilato procurador de Judea; Herodes tetrarca de Galilea; Filipo, su hermano, tetrarca de Iturea y de Traconítida, y Lisanias tetrarca de Abilene; en el pontificado de Anás y Caifás, fue dirigida la Palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y se fue por toda la región del Jordán proclamando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías: Voz del que clama en el desierto; Preparad el camino del Señor: enderezad sus sendas; todo barranco será rellenado, todo monte y colina será rebajado, lo tortuoso se hará recto y las asperezas serán caminos llanos. Y todos verán la salvación de Dios.

COMENTARIO: S. Lucas después de hacer una descripción de los gobernantes políticos y religiosos que en aquella época gobernaban, oprimiendo y maltratando al pueblo. “Fue dirigida la Palabra de Dios a Juan en el desierto”
Esta Palabra escuchada, asimilada y vivida por Juan Bautista, será la alternativa para la liberación de muchas personas.
Tanto en aquella época, como en la nuestra, se anhela un Mesías liberador. Vivir el adviento, es abrir el corazón a la esperanza, es el Mesías que se mete en nuestra historia vulgar y cruel, para que desde ahí se inaugure la salvación.
“Preparad el camino del Señor; todo barranco será rellenado, todo monte y colina será rebajado, lo tortuoso se hará recto y las asperezas serán caminos llanos” Adviento tiempo de conversión, conversión que tiene que empezar en el corazón. Los montes rebajados son las grandezas orgullosas, que para convertirlas en servicio a los demás, será necesario pasar por el fuego de la oración. El Espíritu actúa en nuestros desiertos interiores y su fuego trasforma nuestros egoísmos, como nuestros barrancos de desánimo o de falta de esperanza ante los problemas de la vida. Éstos serán rellenados por la gracia… Lo tortuoso, se hará recto y las asperezas serán caminos llanos... El fondo, para superar tantos momentos de flojedad, de oscuridad, de impaciencia, de disgusto y amargura, es la plegaria, el diálogo con Dios…Él es el que sostiene nuestra vida, es la fuente donde surge el agua que calma nuestra sed. Cuantas veces nos sentimos tentados en nuestra perseverancia de orar sin cesar... Y es que las asperezas que dificultan la relación y hacen la vida infeliz, sólo se vencen orando. No es fácil coger la vida espiritual en serio, pero vale la pena, ya que está en juego la felicidad y el bienestar de las familias.
“Todos verán la salvación de Dios” A pesar de la presión que ofrece el mundo, ahí está el adviento; algo nuevo llega, y muchos lo verán si nosotros somos testigos como Juan Bautista. Somos servidores de la Palabra, y esta Palabra si la oramos con fe, puede llegar a muchos. ¿Te animas en este adviento a orar unos momentos cada día?
ORACIÓN: Te pedimos la capacidad Señor, de entrar en tu intimidad y como niños, poder gozar de tu amor.

Anónimo dijo...

Os voy a contar una parábola: Había un joven inocente, puro y bueno, pero era insensato en su ingenuidad, pensaba siempre en la naturaleza, en sentir el viento rozarle su rostro y en perseguir estrellas. En la Ciudad donde vivía había un templo, allí se repartían vestidos blancos como jamás ningún producto químico los podría dejar, pero este joven vivía feliz entre sus propios sentimientos, con sus sueños y los deseos de su realidad. Vinieron los taladores de árboles, vino también la tormenta y la sequía, y él protegía la naturaleza, él luchaba por un mundo en paz: era bueno, pero no tenía el vestido que entregaban en el templo; porque estaba preocupado pidiendo al Señor que se acabaran las guerras, la manipulación de conciencias, y cantaba bellas canciones para que todos se lo pidieran al Señor. Él, no podía hacer más de lo que hacía y lo que no podía hacer se lo pedía al Señor: “¡Señor, Señor!”

Vino una gran desolación en la tierra; nadie podía ya fiarse de nadie, porque se había infiltrado en las conciencias el que cada uno era un dios, un sacerdote, ¡el no va más!

Llegó el día de la partida para nuestro joven; a causa de tanta lucha por salvar la humanidad, se puso triste y enfermó y confiaba, ¡como no! En su Señor.
Se fue…

Y, ¡locura la del joven! ¡¡Estaba desnudo!! Su alma no tenía el vestido de la Eucaristía, ni había sido limpiada por la gracia que uno recibe en la confesión.

Pero… pero… ¡Pero él era católico! ¡Él había sido bautizado! Y había luchado para proteger la naturaleza; se había desgastado en proclamar que existía un Señor que nos había dejado todo lo que vemos, todo lo que no vemos y que era Dueño y Señor de Cielos y Tierra; que era bueno y sabio, que en Él se debía confiar siempre y pedirle cuentas de todo lo que pasaba bajo las estrellas, que Él también había creado.

Sucedió que junto a él murió un anciano, que en su juventud también fue joven y durante un tiempo vivió jugando con el viento y soñando cazar estrellas para ponerlas en el altar de sus riquezas, pero un día, un día un árbol de los que talaban los malos, le cayó encima y se quedó sin movimiento sus huesos y no pudo luchar más por la humanidad. Tuvo que encerrarse en si mismo y sufrir su triste destino, y también pidió ayuda al Señor, y como no podía moverse, el mismo Señor fue a verlo cuando él fue llevado al templo, y el Señor lo vistió de blanco, y antes lo lavó, y la Virgen Santísima peinó sus cabellos, y con el peine de oro, sació su afán de protagonismo en la vida, siendo sólo y solamente su hijo: hijo de María e hijo de Dios. Y cada día, la Virgen Santísima, al rezar él el Santo Rosario, iba a peinarlo y él sentía las púas de oro rozar su cabeza y deslizarse por sus cabellos sin nudos, por sus sentimientos de perdón y reconciliación con Dios y sus hermanos. ¡Ese tenía puesto el vestido blanco! Quien tenga entendimiento, aprenda a usar de los sacramentos y a dejarse amar por su Madre, la Madre de Dios Hijo, que es el Señor de vivos. ¡Tu Dios!



P. Jesús

Josef-ana dijo...

Una de las cosas que estoy empezando a descubrir es algo a lo cual tenía velada la visión desde la infancia.
Cuando por la forma que adquiere el aprendizaje de esta cultura actual, en parte trasmitido y en parte adquirido como un hábito psicológico. Unas predominancias, a lo puntual recién descubierto, a lo que parece que acaba de despuntar en un medio amorfo, a una sensación se sequía y de hastío. Entre todo esto, digo, descubro, extraigo, algo que para mi entendimiento estaba vedado, velado, y esto que digo es la visión pura de ver a un hombre expresarse de esta manera, visión para la cual he de retirar lo que me impide verlo así, y que es un tipo de prejuicio, antiguo, sobre la religión, esa herencia que es dificilmente aislable de los demás elementos y que crece como una bola de nieve.
Que alguien te explique con palabras de hombre, no de mujer, ese sentimiento profundo, para mi es toda una revelación, y es el quid de lo cotidiano, del cariñito familiar

Ana Lucía dijo...

Aquí dos comentarios a pié de página referentes al TAO extremo-oriental, hechos en el libro de René Guènon "La Gran Triada"

"Por eso es por lo que, según la «perspectiva» de la manifestación, el Principio aparece como el
«techo del Cielo» (Tien-ki), así como lo hemos dicho precedentemente. — Es bastante curioso observar
que los misioneros cristianos, cuando quieren traducir «Dios» en chino, lo hacen siempre, ya sea
por Tien, ya sea por Chang-ti, el «Soberano de arriba», que es, bajo otra denominación, la misma cosa
que el Cielo; esto parece indicar, probablemente sin que tengan claramente consciencia de ello, que,
para ellos, el punto de vista «teológico» mismo, en el sentido más propio y más completo de esta palabra,
no va realmente hasta el Principio; por lo demás, en eso se equivocan sin duda, pero en todo caso,
con ello muestran las limitaciones efectivas de su propia mentalidad y su incapacidad de distinguir
los diferentes sentidos que la palabra «Dios» puede tener en las lenguas occidentales, a falta de términos
más precisos como los que existen en las tradiciones orientales. — En relación con Chang-ti, citaremos
este texto: «Cielo y Soberano, es todo uno: se dice Cielo cuando se habla de su ser; se dice Soberano
cuando se habla de su gobierno. Puesto que su ser es inmenso, se le llama Espléndido Cielo;
puesto que la sede de su gobierno está arriba, se le llama Sublime Soberano» (Comentario de Tcheouli)", del Cap. XIX.

"Tao-te-king, cap. XXV. — Precisaremos de pasada que este texto bastaría por sí solo para refutar
la opinión de aquellos orientalistas que, tomándolo todo en un sentido «material» y confundiendo
el símbolo con la cosa simbolizada, se imaginan que el Cielo y la Tierra de la tradición extremo oriental
no son otra cosa que el cielo y la tierra visibles", del Cap. XVII.

Anónimo dijo...

ESTAD SIEMPRE DESPIERTOS

Los discursos apocalípticos recogidos en los evangelios reflejan los miedos y la incertidumbre de aquellas primeras comunidades cristianas, frágiles y vulnerables, que vivían en medio del vasto Imperio romano, entre conflictos y persecuciones, con un futuro incierto, sin saber cuándo llegaría Jesús, su amado Señor.
También las exhortaciones de esos discursos representan, en buena parte, las exhortaciones que se hacían unos a otros aquellos cristianos recordando el mensaje de Jesús. Esa llamada a vivir despiertos cuidando la oración y la confianza son un rasgo original y característico de su Evangelio y de su oración.
Por eso, las palabras que escuchamos hoy, después de muchos siglos, no están dirigidas a otros destinatarios. Son llamadas que hemos de escuchar los que vivimos ahora en la Iglesia de Jesús en medio de las dificultades e incertidumbres de estos tiempos.
La Iglesia actual marcha a veces como una anciana "encorvada" por el peso de los siglos, las luchas y trabajos del pasado. "Con la cabeza baja", consciente de sus errores y pecados, sin poder mostrar con orgullo la gloria y el poder de otros tiempos.
Es el momento de escuchar la llamada que Jesús nos hace a todos.
«Levantaos» , animaos unos a otros. «Alzad la cabeza» con confianza. No miréis al futuro solo desde vuestros cálculos y previsiones. « Se acerca vuestra liberación». Un día ya no viviréis encorvados, oprimidos ni tentados por el desaliento. Jesucristo es vuestro Liberador.
Pero hay maneras de vivir que impiden a muchos caminar con la cabeza levantada confiando en esa liberación definitiva. Por eso, «tened cuidado de que no se os embote la mente». No os acostumbréis a vivir con un corazón insensible y endurecido, buscando llenar vuestra vida de bienestar y placer, de espaldas al Padre del Cielo y a sus hijos que sufren en la tierra. Ese estilo de vida os hará cada vez menos humanos.
«Estad siempre despiertos». Despertad la fe en vuestras comunidades. Estad más atentos a mi Evangelio. Cuidad mejor mi presencia en medio de vosotros. No seáis comunidades dormidas. Vivid «pidiendo fuerza». ¿Cómo seguiremos los pasos de Jesús si el Padre no nos sostiene? ¿Cómo podremos « mantenernos en pie ante el Hijo del Hombre»?

José Antonio Pagola
Lucas 21, 25-28.34-36

Maria Elena y José Ramón dijo...

Trapecista mío.

Entrada ensimismada; poemita hondo de Pedro Salinas. Es la parte final del acto IV del "Inocente":

Tras de tanto buscarlo en lo profundo
me lo encontré en el cenit: mi inocente.
Cuerpo voltario, ingrávido
juglar, interminable juglaría
de su ser, por el aire, trapecista (...)

Ya di con mi inocente, no en la sombra.
A sus giros me vuelvo, como a guías
de afanes indecisos:
volatines que él traza por el aire
modelos pueden ser, que yo lo siga.
Y sus funambulismos, gracia pura,
invención sin misterio, allá en su cima
al llegar al nivel de las palabras,
se me vuelven a mí sabiduría.
con cada esguince de su leve cuerpo
alguna frase de su luz me dicta.
al escribirlas yo son ya penumbras,
luces mal traducidas.
La altura no se entiende. Inevitable
es, entre todas, esta lejanía,
vertical de lo bajo y de lo alto,
del sol y de la nieve que él inspira.
Así los dos, los fieles separados:
ni yo le llamo ni a subir me invita.
Dejarles allí, en su aire, no es el mío.
Nunca iniciar la burda tentativa
de volver a ser uno, de juntarnos.
Sueltos vivir, fatalmente perdidos,
sin, nunca más, perdernos ya de vista.
Sea nuestra unidad, tan alejados,
la obediencia a la ley que nos desliga.
Vislumbro salvación: es el respeto
al inocente mío, al trapecista;
guardar, guardar, acordes, la distancia
que al hombre le distingue de su sueño.
Al hombre, mientras viva.

Ana Lucía dijo...

Uno no se valora por como es, o lo que tiene, o lo que representa, o lo que creee conocer.
Uno se valora en lo que ha aprendido a desprenderse de lo superfiacial de su propia persona, y entonces darse cuenta, tan solo un poco, tan solo un instante, de lo que representa el ser humano aún sin haberse aplicado el revestimiento de la época, del lugar.
Son momentos atroces dentro de la propia intimidad en que nada que surja de fuera es válido, y habiendo aprendido esto en la carne, aplicarlo, autoaplicárselo haciendo valer la supremacía del intelecto-corazón de uno mismo para con uno mismo.
Es el servicio más auténtico que uno, la persona, puede prestar a un ser, primero al ser de la persona.
No hay mayor gusto que probar, aunque solo sea momentáneamente, la ausencia de autoengaño.
En esto quien más sufre tiene la ventaja de contar con múltiples oportunidades, bien entendido que el sufrimiento no actua de facilitador, sino de oportunista.
El culmen del sufrimiento es saber que te devuelve a un estado neutral, donde poder retomar de nuevo, sin nuevos autoengaños añadidos.
Es saber que los deseos personales son insignificantes, y poderte dar la grandeza de barrer la propia casa con menos esfuerzo.
Me gustaría encontrar una palabra equivalente del cariñito familiar, yo soy occidental, y por ejemplo cuando los pastores ingenuos e inicentes responden a la llamada de los ángeles, ¿eso cómo lo podríamos llamar?, cariñito familiar?, y es una llamada del espíritu, posiblemente sea la llamada del espíritu del valle, de la hembra misteriosa.
Si es familiar se cabe y se siente bien, y uno tiene que hacer como los pastores, ir a adorar, la esencia de la Navidad es la adoración, y la esencia de la vida es mostrar la nueva nueva a quien el mundo ha apartado y descartado