miércoles, marzo 19, 2014

Peter Yang y la línea

Hoy tenemos unas interesantes reflexiones de Andres Guerrero sobre el Peter.


Peter Yang y la línea
Hoy no quiero estar lejos de la casa y el árbol.
Hoy quisiera estrechar mi ciudad sumergida
—boca de los corales, alma de las esponjas,
dureza de las piedras que se encuentran a veces,
ojos de las estrellas de mar y los peces—.

Hoy te quiero cantar más allá,
más allá de donde ha de llegar
la canción.
Peter ya no está entre nosotros, pero descansa en Paz, descansa en la Luz.
Hoy me he levantado al amanecer con esta canción de Silvio Rodríguez sonando inmisericorde en mi cabeza: repitiéndose sin parar y a la vez mis manos deseaban correr hacia el ordenador donde plasmar lo que hace días corre por mis neuronas desde mi corazón.
Me viene a la cabeza estos días aquel cuento que Peter nos contaba sobre el hijo de un poderoso, que no aprendía de ninguna manera y el padre andaba tan desesperado que mandó poner carteles pidiendo algún maestro que consiguiera enseñar algo a su hijo. Un maestro se presentó y presentó sus papeles, ofreciéndose para enseñarle al hijo algo, por lo menos un signo. Y así empezaron a la mañana siguiente. El maestro trazó con un palo en el suelo una línea horizontal y pronunció el sonido del carácter: “Yi” (recuerdo perfectamente a Peter pronunciando ese sonido mientras alargaba la “i” como se hace con los niños). El pobre tonto miraba al maestro sin comprender. El maestro repitió una y otra vez el signo en el suelo y cada vez pronunciaba el mismo sonido. Y así durante una semana. A base de repetir, consiguió que cada vez que hacía el trazo, el chico pronunciara a duras penas el sonido “yi”. El padre estaba nervioso por saber cómo iban los progresos de su hijo, así que mandó llamar al maestro y le avisó que en tres días tendría que darle cuenta de su trabajo. El maestro insistió en repetirle al hijo el trazo y el sonido. Cada vez, el chico repetía ya sin temor el sonido al ver el trazo en el suelo. Así que, cuando llegó el día, el padre acudió al patio, se sentó en el sillón y esperó a que su hijo le mostrara sus progresos. El maestro dio cuenta de lo que había aprendido y el padre, cogiendo un palo, hizo una raya horizontal en el suelo y le preguntó al hijo: “¿Qué es esto?” El chico permaneció mudo, incapaz de abrir la boca ni de pronunciar ni un solo sonido como respuesta. Tras varios intentos, el chico siguió con la misma estupefacción. Total que el padre se enfadó muchísimo y, dando un golpe en la mesa con el puño, mandó despedir al maestro. Y el maestro, dirigiéndose al muchacho le preguntó: “¿Pero es que no sabes qué signo es ese que ha hecho tu padre? Pero si es el que hemos estado practicando todos estos días…” Y el muchacho, casi haciendo pucheros, contestó: “Lo siento, maestro, pero el trazo no era el mismo, era más largo”.
Recuerdo perfectamente a Peter acabar de contar el cuento y mirarnos a cada uno directamente a los ojos, como diciendo: “¿Y tú, qué?”. Ciertamente pasaba horas y horas repitiéndonos lo mismo, haciéndonos las mismas preguntas, contándonos las mismas historias y los mismos cuentos y cada vez que nos preguntaba la respuesta no salía de nuestros labios.
No pretendo ahora hacerme el listillo, sabiendo que Peter no me va a llevar la contraria, pero me gustaría utilizar este cuentecillo para expresar mis sentimientos con respecto a todo lo que ahora nos rodea y a las circunstancias en las que nos movemos en estos momentos.

Cómo voy a cambiarle el color a una ola.
Qué se puede querer si todo es horizonte.
Qué le voy a enseñar a la suma del viento.
Qué le puedo objetar a una noche estrellada
con mi vela amarilla y mi proa emparchada.

Hoy te quiero cantar más allá,
más allá de donde ha de llegar
la canción.


Es evidente que lo que el maestro pretendía no era que el muchacho se fijara en la longitud de la raya, sino en lo que la raya significaba y lo que suponía esa raya en la práctica y en la vida. Y creo que puedo explicarlo.
Esa raya es un trazo simple, que representa –unido a su sonido “yi”- el signo del UNO, que nosotros los occidentales haríamos en vertical, de arriba abajo. Tras el fallecimiento de Peter, Edurne me contestó un correo electrónico diciéndome que de lo último que le había oído hablar a Peter era del UNO. ¿Será casualidad?
Y me pregunto para mí: ¿Acaso esa línea no es la representación de nuestro camino, de nuestra vida, de nuestro tao? Creo que Peter a lo largo de estos años en que lo conocimos y convivimos con él, no hizo más que trazos en el suelo, trazos en la cabeza de cada uno, en las mentes de todos para que supiéramos reconocer nuestro camino, nuestra línea, nuestra vida y para que supiéramos qué hacer con ella, para que supiéramos darle una utilidad más allá de la pura supervivencia. Y trazaba la línea en nuestra cabezas y cada uno respondía, en su tono y en su cadencia: “yiiiii” o algo parecido.
Y cuando parecía que repetíamos con cierto gracejo el sonido al ver ese trazo horizontal, nos enseñó que tras esa línea había también el UNO, como origen y aglutinador de todo lo que nuestra mente se empeña en dividir y clasificar. Y ese UNO se escondía tras las líneas indescifrables en principio del Tao Te King. Y nos enseñó a limpiar los trazos, a soplar y aventar las palabras para llegar al trazo que nos había enseñado: “yi”. Solo hay UNO y estamos en ÉL. Y tras el esfuerzo, trazaba el signo en el suelo con el palo y nuestras caras se iluminaban al pronunciar el sonido primigenio: “yi”.
Y con el paso del tiempo recuerdo que un día apareció diciendo que la vida era un punto y todos nos descolocamos y empezamos a removernos en los asientos, porque ¿No era una línea? ¿Cómo es que ahora cambiaba? Y en lugar de “Yi” pronunciábamos “No”. Pero él supo tranquilizarnos. Recuperando lo poco que algunos sabíamos de geometría, pintó un punto en el suelo y nos propuso: “¿Cuántas líneas pueden pasar por un punto en el espacio? Y algunos respondimos –recordando lo aprendido en la escuela-: “Infinitos”. Y él se dedicó a pintar nuevamente trazos horizontales, que todos coreábamos con la alegría de quien reconoce lo que ya es suyo: “Yi”, “yi”, “Yi”… Era el mismo trazo, la línea de nuestra vida, la línea del Uno que nos unificaba, que nos comprendía y nos englobaba. Y lo del punto, como que pasaba a un segundo plano.
Pero él insistió en que el punto era esencial: era nuestro presente, nuestro punto fijo, nuestro punto muerto, el “qi” que establecía los pasos entre el wu qi y el tai chi. Ese punto era la esencia de que estábamos allí porque nuestras existencias habían confluido en ese momento, en ese instante, en ese estar y tenían sentido dentro del uno, y tenían sentido en nuestras vidas. Y nos obstinábamos en hacer chocar nuestras vidas en lugar de acoplarlas para que rodaran juntas, para que se desarrollaran juntas, para que convivieran juntas en ese punto del espacio y del tiempo.
Hoy no quiero estar lejos de la casa y el árbol.
Cada rizo del suelo es un sueño contado,
algo como un recuerdo, una imagen, un beso
y en la espalda del día se queda ese algo.
Hoy no quiero estar lejos de la casa y el árbol.

Hoy te quiero cantar más allá,
más allá de donde ha de llegar
la canción
—mi canción—.
Y ahora ese punto del espacio en el que nos encontramos todos los que a él acudíamos ha desaparecido de nuestros ojos. Me vienen a la cabeza esas líneas que Isabel nos escribía en correo electrónico y que decían: “Gracias, Peter, por haber sido instrumento para conocerme y conoceros”.
Y nos parece que alguien se acerca para examinarnos y preguntarnos qué es eso del trazo horizontal, qué tiene que ver con nuestras vidas, con nuestro aprendizaje, qué representa para nosotros.
Y es cierto, Peter no está, pero sabemos todo cuanto nos ha dejado. Somos capaces de “saborear” cosas que nunca antes habíamos paladeado (esos “disgustos con mucho gusto” que tanto atraparon a Joaquín). Somos capaces de encontrar el trazo horizontal en nosotros, en nuestro camino, en nuestras vidas. Somos capaces de distinguir ese trazo entre los trazos de otras vidas, de otros signos, de todo lo que ocurre a nuestro alrededor y lo reconocemos como el UNO y repetimos: “Yi”.
Y ahora nos toca “cruzar la línea”, esa raya que de pequeños servía para el desafío: “Anda, atrévete a pasar la raya y…” Y esa raya es la de cada día, la de cada bloqueo que tenemos, la de cada circunstancia que nos amarga, la de cada torpeza en que nos abismamos. Y sabemos que Peter no tenía problemas para saltar esas rayas, cuantas veces fuera necesario, hasta el final. Y él está al otro lado de otra raya. Y a nosotros nos quedan muchas rayas que saltar hasta alcanzar la meta, el otro lado. Y no tenemos excusa, porque alguien vendrá y trazará esa línea y podremos hacernos los tontos y mostrar nuestra estupefacción o podemos reconocer lo que sabemos, lo que Peter nos enseñó. Y recuerdo aquí otro correo en el que Carlos Mera me dice: “He recordado esas largas tardes de tertulias y taichí bajo los pinos, con ese sentimiento atemporal de sentirte bien, de formar parte del todo, de sentirte aquí y ahora”. Y me siento impulsado a proclamar que tenemos muchas cosas que mostrar, que compartir.
Tenemos esa felicidad que Peter compartía con nosotros en la convivencias especialmente y en la vida diaria también. Tenemos esa paz que nos dejaba con sus palabras y con sus enseñanzas. Tenemos esa experiencia de tantos “palos” trazados en el suelo (y algunos otros que nos quedaban grabados en el alma). Tenemos todos los recursos que él nos dejó y nos enseñó. Tenemos vida por hacer y por vivir y por compartir.
Recuerdo también cuando Peter llegó un día diciendo que alguien había calificado al Rincón del Silencio como “refugio de psicópatas”, aunque por su tono lo hacía extensivo a todos cuantos nos dedicábamos al taichí. Y no le dio más importancia. Ahora puedo decir que se equivocaba quien eso dijo, porque una de las características psiquiátricas de los psicópatas es que no tienen conciencia: no la necesitan para vivir, porque no socializan.
No somos psicópatas, aunque alguna que otra manía tenemos, eso sí. Hemos pasado estos años impulsados por la defensa que Peter hacía de la individualidad y hemos puesto por encima de todas las cosas nuestras manías, nuestras “neuras”, nuestras personalidades y nuestros caracteres. Pero no somos psicópatas, sino que somos perfectamente capaces de convivir, de empatizar, se socializar, de reír y de llorar con los demás, de colaborar, de participar, de luchar con los demás.
Es cierto que esas líneas, que se cruzan y que son nuestras vidas, a veces necesitarían un aceite que no tenemos para que no saltaran chispas. Es cierto que hay una química que a veces funciona y a veces no. Es cierto que tenemos la maldita manía de ver las cosas de forma diferente de los otros. Es cierto… pero nadie nos obliga a hacerlo, nadie nos obliga a poner palos en las ruedas de los demás, a llevarnos el gato al agua, a quedarnos con la perra gorda.
En estos días pasados he experimentado algo maravilloso y tiene mucho que ver con esto que os he contado a lo largo de estas líneas: hemos recibido llamadas y correos de amigos y taichistas a los que hacía tiempo no veíamos, pero que nos llamaban para saber cómo estábamos, cómo andaban de agitados nuestros sentimientos por lo de Peter, si nos íbamos a ver, expresándonos sus sentimientos, su cariño, su cercanía y todo lo que bullía en sus corazones. Y todo eso que nos han dado ha hecho que nuestros corazones también bullan al unísono.
Alguien vendrá y trazará ese signo en el suelo y estoy convencido de que todos y cada uno de nosotros, en su tono y en su tempo, podremos decir con armonía y equilibrio: “Yiiiiiiiiiii”, mientras le sonreímos al Maestro que nos mira intentando que no se le note la satisfacción del trabajo realizado.
Lo sé: Podemos.
Estoy seguro: Podemos.
Vosotros también lo sabéis: Podemos.
Andrés Guerrero Serrano
Zaragoza, marzo de 2014
http://20lecciones.blogspot.com.es
http://labrisaquesparcelasemilla.blogspot.com.es
http://elhilodeseda.blogspot.com.es



15 comentarios:

Alejo dijo...

Enhorabuena Andrés! Eso es escribir al dictado del corazón. Alejo

Pandora dijo...

Sí, Alejo, es eso.

Gracias, Andrés, no dejes de hacerlo.

Un beso
Isabel

Anónimo dijo...

Hola, Isabel!!
Hola, Alejo!!

Muchas gracias por vuestras palabras.
Un abrazo cariñoso a los dos.
Andrés

hilda dijo...

Andrés, me ha parecido muy interesante todo lo que has escrito.

Sin duda, es algo maravilloso que todos hayamos experimentado esa agitación en nuestros corazones y que lo hayamos podido transmitir.

Mientras hay comunicación uno puede expresar sus sentimientos y su cariño, ese cariñito familiar del que hablaba Peter.
Por eso creo que es importante que no se pierda. Este blog es un medio que espero dure mucho. El Rincón es otro, las convivencias...en fin, tantos otros..
El caso es que sigamos y como bien dices, PODEMOS

Aprovecho para deciros que voy a colgar unas fotos de la misa por Peter en Burgos y de las convivencias de Segovia

Anónimo dijo...

Si Hilde, estoy totalmente de acuerdo contigo. Mientras hay comunicacion hay convivencia.
Andres, de verdad no tengo palabras para tu escrito.
Tiene la esencia --el jing-del toda la ensenanza de Peter.
Tambien conmigo sus ultimas palabras estaban." Yo siguo el Uno" mientras el me ha preguntado algo muy personal.
Saludos a Esther y espero que veros en vez en cuando.
Saludos a todos que leen el Blog
Yo siguo
Tschüss auf ein Baldes
Manuela

Anónimo dijo...

Andrés, es muy tierno.
Pero yo soy una guerrera, luchadora, nunca me rindo, solo estando Él mantengo la guardia bajada
Reconocimentos
Ana

Anónimo dijo...

Hola, Hilda,
Hola, Manuela,
Hola, Ana:

Gracias por vuestras palabras. Me parecen muy generosas hacia lo que escribí. Me alegro de que os haya gustado.
Un abrazo cariñoso a las tres
Andrés

Anónimo dijo...

Hola, tras ver en la hoja dominical el fallecimiento de Peter, pues me pregunte porque no fui a verlo hace unas semanas cuando sentí que debía hacerlo. Superando cualquier complejo de culpabilidad y viendo vuestras fotos recientes me alegro de haberlo visto en junio del 2013 por última vez gordito y en su linea, a su aire, se fue pidiendo un taxi y yo me quede contemplandolo. Hoy pasando por Pza Catalunya me acordaba de aquello suyo, ermitaño en Pza. Catalunya....ji,ji...Peter sabéis que olfateaba mucho!!!. Como acertaba!!!. Bueno, donde esta Peter?..

Anónimo dijo...

Hola, tras ver en la hoja dominical el fallecimiento de Peter, pues me pregunte porque no fui a verlo hace unas semanas cuando sentí que debía hacerlo. Superando cualquier complejo de culpabilidad y viendo vuestras fotos recientes me alegro de haberlo visto en junio del 2013 por última vez gordito y en su linea, a su aire, se fue pidiendo un taxi y yo me quede contemplandolo. Hoy pasando por Pza Catalunya me acordaba de aquello suyo, ermitaño en Pza. Catalunya....ji,ji...Peter sabéis que olfateaba mucho!!!. Como acertaba!!!. Bueno, donde esta Peter?..

Anónimo dijo...

En cada corazon bueno de nosotros y el esta mirando desde el cielo, ademas tu puedes comunicarte con el como el hacia siempre con Jesus, su Mama ....
Yo no me siento triste, me siento agradecido de todo
Manuela

Anónimo dijo...

Andres, tengo o siento la neccesidad contar mi experiencia un dia despues del fallecimiente de Peter. Tiene que ver con el Uno o la linea, no quiero mentalizarla ese "vista", pero estaba real en el cielo.
Creo que Peter le gustaria no guardar ese signo del cielo solo a mi mismo:
Empiezo asi: Muy tarde por la noche ( por lo menos para los Alemanes) llego la noticia de Tessa que Peter nos ha ido, estaba como una tristeza ha llegado que quedado toda la noche en mi cabeza. En fin, no he dormido bien esa noche siempre ha venido las mismas Palabras, mezclado con " Porque no has cuidado mas tiempo a Peter"...
Por la manana he despierto y he ido al ventana para mirar al Rio de MAIN ( un rio bonito al norte de Baviera que entra al final en el Rio Rhein) Al mismo tiempo he mirado al cielo y esaban dos rayos o lineas, un gordo horizontal y una vertikal totalmente presente en el cielo y en la mitad algo como una figura, abajo con piernas reclinados , como Jesus - la imagen- en la cruz. He mirado , y mirado y decia . Jesus en la cruz, si Manuela es Jesus , tambien pensaba en Peter y en los signos del cielo que tienen importancia para Taoistas. Me salia mas tarde los memorias de una visita de Peter en la residencia. Tambien Peter ha mirado en el cielo y con su dedo decia a mi" MIra" y en el mismo tiempo--tu no creees nada!!! Un Palo como entre muchos Palos---y quisiera terminar del todo: Al final cuando estaba mirando ese cruz ha apericido una linea hacia arriba a abajo. No quiero mentalizar ese acontecimiento, solo compartir con vosotros. Ahora he dadola, normalmente yo soy una persona que guarda mucho en mi interior, pero yo siento ahora que Peter tambien lo quiere.
Tschüss Manuela

Anónimo dijo...

Muy querida Manuela:
Es natural, cuando desaparece un ser querido, pensar en lo que pudimos hacer y no hicimos. Es natural. Pero ese tiempo ya pasó y estoy seguro de que hiciste todo cuanto pudiste. Además, no ignoras que las personas que están cercanas a la muerte tienen una sensibilidad especial y saben lo que haces y cómo lo haces para su beneficio. En fin, ese sentimiento de insatisfacción es natural y desaparece con el primer pensamiento positivo que tengas.

Por otra parte, sobre si crees o no crees en nada, como te dijo Peter, puedo decir algo en tu favor: porque te conozco y porque leo cada vez que escribes en tu "casi perfecto" español. Estoy seguro de que sigues a tu corazón y sé que tu corazón no te engaña.

Haz lo que tengas que hacer, cree en lo que tengas que creer o en lo que quieras creer. Tu corazón no te engaña.
Es peor creer en algo sin que tu corazón lo abrace totalmente: es una medio mentira que solo creará desesperación y ansiedad.

Cree lo que quieras, porque es seguro que lo que creas con el corazón te hará bien y te ayudará en tu camino.

Estoy seguro. No lo dudes.

Un fuerte y cariñoso abrazo
Andrés

Anónimo dijo...

Gracias Andres por tus Palabras, es cierto asi. Tengo que decir mas acerca de todo: Ese sentimiento de Inutilidad o Incapacidad no ha durado mucho tiempo. Despues , muy pronto cuando he visto ese Apariencia en el cielo, me ha calmado.
Andres , me confundes un poco cuando tu dices " Cree lo que quieras" En Alemania , especialmente en Baviera es algo como "me da igual".
Si, tienes razon seguir el corazon es lo mas tierno y sincero que hay--nunca equivocas.
Manuela

Anónimo dijo...

Querida Manuela:

"Cree lo que quieras" no significa "me da igual".

Desde mi punto de vista, la claridad y el camino del corazón es accesible desde cualquier creencia y desde cualquier religión.

Demasiadas barbaridades se han hecho "en nombre de Dios" como para ir señalando a los demás cuál es la religión "única y verdadera".

"Cree lo que quieras" quiere decir que es tu corazón tu guía y el que te dirá si lo que crees te da tranquilidad de conciencia o, por el contrario, te desestabiliza y te conduce a la desesperación.

Si sigues tu corazón, puedes creer lo que quieras que siempre estarás en el buen camino.

Me comprometo a explicarlo mejor en una entrada futura. Te explicaré lo que significa para mí "el camino del corazón", tal y como lo he aprendido de mi experiencia con Peter.

Un fuerte y cariñoso abrazo

Anónimo dijo...

Andres gracias por responderme, durante el dia ayer entendi como tu me has ahora explicado el significacion!!Claro, como algunas veces no he leeido bien el espaniol"mi casi perfecto espaniol" a veces me engano...ha, ha , ha..Andres, me alegro a tu proxima articulo...tu sabes bien explicarte a traves de los palabras..ese me gusta tambien..sigua a tu corazon
Viva la Pepa camaradas y un bien fin de semana
Manuela