martes, junio 11, 2013

Encuentro del Grupo de Taichi en Cantabria

Carlos Sotres nos envía una reseña de los encuentros del grupo taichista de Cantabria. 
Picos de Europa desde San Vicente de la Barquera
 Encuentro del grupo de Tai Chi en Cantabria

Desde Cantabria, un saludo a todos los taichiístas.
   Ya hacía tiempo que no mandábamos al blog de Maribel la reseña de los encuentros-convivencia que nuestro grupo de taichiístas seguimos haciendo periódicamente en las mañanas de un sábado de cada mes o cada dos meses, aproximadamente. Ello ha sido debido a que, unas veces por falta de tiempo u otras por falta de organización, no hemos recogido ni escrito el resumen de lo tratado en las tertulias. Pero no hemos dejado de reunirnos, de “taichear”, de “tertuliar” y de “convivenciar”, manteniendo vivo el contacto periódico entre los distintos grupos de Tai Chi de Cantabria.
   En este último encuentro (sábado 25 de mayo) y en el anterior (en abril), leímos y comentamos el capítulo LXVII del Tao Te King:

“Todo el mundo dice que yo soy grande,
  grande sin parecerme a nada.
Sólo porque no me parezco a nada,
puedo ser grande.
Si me pareciese a algo,
tiempo ha que me hubiera vuelto pequeño.
Yo poseo tres tesoros, que conservo en gran estima.
Uno es amor;
el segundo, sobriedad;
el tercero, no atreverme a ser el primero.
El amor permite ser fuerte;
la sobriedad, generoso;
el no atreverse a ser el primero,
permite llegar a ser señor de todos los asuntos.
Hoy en día se es valiente sin amor,
se es generoso sin sobriedad,
se es el primero sin situarse detrás;
esto es la muerte.
Con el amor,
 se vence en el combate,
se es sólido en la defensa.
El cielo le fortalecerá,
Como si el amor fuera para él una muralla.

(Traducción de J. I. Preciado)

   Leímos, como siempre, las distintas versiones o traducciones del texto chino que teníamos allí, en la tertulia, apreciando y saboreando el impacto que causa en nuestras conciencias el simple hecho de escuchar el texto leído, con esa fuerza que emana de él. Porque el texto de este capítulo es un texto muy contundente, sobre todo en lo que se refiere a la alusión a los tres tesoros y a la importancia de apreciarlos y de atenerse a ellos para vivir una vida plena.
   El primer tesoro del que habla es, dependiendo de las traducciones, el “amor” o la “compasión”, o también la “misericordia”, según dijo Peter en alguna ocasión que era la mejor traducción del carácter chino correspondiente. Aquí comentamos que se suele decir que Dios es misericordioso y que esta expresión a veces nos suena o nos ha sonado un tanto extraña, pero que la palabra “misericordia” quiere decir “llevar la miseria al corazón” o “cordializar la miseria”, en palabras de Peter. De la palabra “amor”, hicimos también el paralelismo con lo que dice S. Juan en su 1ª Epístola de que “…quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor… y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él…”. Añadiremos aquí que, en alguna parte del Evangelio también dice Jesús aquello de “Misericordia quiero, que no sacrificio”. Y sabemos que el mandamiento principal dijo Jesús que era “Amarás al Señor tu Dios y a tu prójimo como a ti mismo”. Así que coinciden el Tao te King y el Evangelio en que el primero y principal tesoro que tenemos es el “amor”.
   Del segundo tesoro, la sobriedad (la “mesura” o la “moderación”, según otras traducciones), no comentamos mucho, por falta de tiempo, pero lo ligamos al “nunca demasiado” de que habla Peter.
   Nos detuvimos más en el comentario del tercer tesoro, el de “no atreverse a ser el primero”, que coincide con la “humildad” (como lo traduce también otra versión del texto). Sobre la humildad ya hablamos aquí como tema principal en otra reunión anterior, a propósito de otro capítulo del Tao Te King (el II), donde también lo relacionamos con “la humildad del guerrero” de la que habla D. Juan, el personaje de  Carlos Castaneda. Comentamos ahora la repetición del paralelismo con las palabras del Evangelio “Los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos”, o “El que se humilla será ensalzado y el que se ensalza será humillado”, o “Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón”, y resaltamos que la “humildad” es un tema que recorre todo el Evangelio, desde el nacimiento humilde de Jesús en un pesebre y su vida en casa de sus padres hasta su pasión y muerte que aceptó humildemente, porque así estaba dispuesto para él por la voluntad de su Padre.
   Precisamente, para nuestra próxima reunión, el azar (pues solemos elegir el capítulo a tratar abriendo una página al azar) quiso que el capítulo del Tao Te King a tratar fuera otro -el XXIV- que trata fundamentalmente de la humildad (“Quien se pone de puntillas no se mantiene en pie. Quien se exhibe no destaca…”).
   Como vemos y ya hemos visto muchas veces, están muy claras las coincidencias y los paralelismos entre lo que nos dice el Tao Te King (taoísmo) y lo que nos dice el Evangelio (cristianismo). Lo cual nos sirve y nos reafirma en nuestra línea de trabajo -la línea de Peter que nosotros seguimos- de unir taoísmo y cristianismo. A nosotros nos toca ahora poner en práctica estas palabras que se nos dicen en ambos libros.
   Repetimos nuestro saludo a todos los que seguís el blog y también un afectuoso saludo a Peter, que esperamos y deseamos que siga recuperándose totalmente, como parece por las noticias que nos llegan de él.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Algo sobre "poderes".
Los hay de todos los variados tipos en los que la naturaleza se pueda manifestar, y no cabe duda de que son eso, manifestaciones. Un poder en un determinado sentido puede llevar a poder realizar naves espaciales, o a poder modificar cierto tipo de corrientes de pensamiento, o también como no, a transformar el funcionamiento y por tanto la salud de un organismo. Darse cuenta de la existencia de estas cosas ya es algo, claro que es importante, para nuestra vida. Ahora bien, si nos colocamos en el plano que hay detrás de todo eso.. Vamos a ver, para poder verlo con los sentidos y con la mente es porque toma cuerpo material o mental. E insisto, es necesario, o mas bien, la vida está en ello, va con ello. Pero no deja de ser más de lo mismo.
Cuando empecé el taichí, fué eso lo qué notaron mis sentidos, como algo bastante extraordinario, en cierto modo tenía un aspecto novedoso en su forma. Cuando pasó el tiempo me sentía eufórica, cuando pasó más tiempo podía llevar mi vida adelante (sin esa penuria crónica, heredada, ancestral diría yo, que continuamente se hacía patente), como impulsada. Cuando mi propia vida afloró en ese impulso volví a ver la llanura de la más absoluta simplicidad, no en ese impulso vital autoproclamado y autovivido, sino en la carencia de él, lo cual me llevaba a mundos nuevos por descubrir, a mundos indescriptibles, que no indescifrables. Estaban ahí siempre, nadie los trajo, nadie los creó, nadie me abrió los ojos, y nadie me acompañó en ellos más que el estereotipo de un Jesús muy muy transformado, un Jesús no reconocible en nada de lo que el mundo dice de Él, un Jesús que tiene un cordón umbilical fínísimo y resplandeciente con este mundo (metafórico), pero en nada en absoluto tiene una similitud con nada conocido y en cambio está siempre en todo dónde los sentidos y el "poder" se manifiestan, pero no es los sentidos, no es el poder, es que no tiene nada que ver con ello, no guarda un cierto tipo de relación a la cual uno mismo se pueda adherir para retenerle. Ese es el quid, que al querer retenerlo, apropiárlo en alguna de sus cualidades, no se puede porque Jesús es la intrgralidad. Para llegar a Él se necesita ese camino estrecho que pasa por el agujero de una aguja de coser, lo que los hindues llaman el cero netafísico, pero Jesús está en ese más allá del cero, que por ser cero el cero, no tiene nada que poder llevarse más allá de él, pero que esa realidad más allá de él es la existencia pura sin existencia empírica (que es esta última de la que hablamos cuando nos referimos a la existencia en general) ¿Qué hombre en la tierra con toda su buena voluntad puede llegar a eso sin una vuelta mental de 360º?, lo cual quiere decir "Krac" a la mente, dejarla sin aire y sin recursos, cosa que está fuera de la posibilidad de toda humanidad, y esto, es lo que se dice de que el hombre, como hombre verdadero, mo viene de una humanidad muy bien entendida, sino que viene, y esto referido a todo hombre como especie, que su origen no es animal, humano, sino suprahumano. Y este es el punto de origen de toda tradición auténtica que toda civilización haya tenido, esta consideración de conocer que el propio origen es suprahumano; este saber no es un saber específico de un lugar y de un tiempo, sino que es el saber común que todo hombre tiene en si mismo, y que se manifiesta en Sagradas escrituras cuando las ha habido y en el conocimiento heredado.
Bueno. todo esto viene a querer decir que en la tradición, las individualidades no existen; pueden existir nombres, grandes nombres, nombres con funciones impresionantemente valiosas, pero solo nombres, y que para que detrás del nombre haya algo más, la individualidad ya está entonces desaparecida, y no es un mero silogismo, es una realidad, es la Realidad
Buenos dias queridos amigos del blog
Ana Calvo

Anónimo dijo...

una aclaración : individualidad desaparecida no se traduce o no es sinónimo de desaparición corporal y mental, sino de que el ser que cada uno es sea consciente y haya realizado y conocido qué es y en que consiste ese proceso. Pero esto empieza a ser cuestión que no tiene nada que ver con el poder o poderes
A.C.

La Nariz Roja dijo...

Estoy interesado en saber dodne poder aprender tai chi en Cantabria,gracias

soy de Torrelavega y dispongo de local de asociación por si alguien podria estar interesado en intentar sacar grupo para clases regulares,gracias

Os dejo mi correo carnivaleart@gmail.com