martes, enero 08, 2013

Capítulo LXVI del Tao Te King

Imagen de Isabel Moreno




CENACULO 14-12-12
SOBRE EL CAPITULO 66 DEL TAO TE KING

LXVI Colocarse en el último lugar
Si el mar es el señor de los ríos y torrentes, es porque está situado más abajo que ellos.
Por eso es el señor de los ríos.
Por lo tanto: El hombre sabio reina sobre el pueblo, calificándose despectivamente.
Es la cabeza que se pone en el lugar de la cola.
Por ello permanece en lo alto, y el pueblo no tiene que preocuparse de él.
Permaneciendo en lo alto, no recibe el pueblo ningún daño.
El pueblo lo coloca al frente y no se cansa de él.
Porque nunca discute, no hay quien pueda disputar con él.

Una traducción mas libre del capítulo 66: Los grandes ríos son tan poderosos porque fluyen hacia abajo, hacia los mares, recogiendo en sí el agua que baja de sus alrededores. La persona sabia que desea ayudar al pueblo también debe ponerse en una posición más baja que los demás. En este caso, a pesar de ser superior al pueblo, ella no será una carga para la gente y las personas no le harán daño. Las personas le seguirán alegremente y no le darán la espalda. La persona sabia no compite con nadie; por lo tanto, es invencible. Y ella misma, constantemente, progresa más y más, pero las personas no la envidian. La persona sabia no lucha contra nadie; por lo tanto, nadie en el mundo entero puede obligarla a actuar en contra de su propia voluntad.
Este capítulo 66 repite dos constantes del Tao Te King: La imagen del agua como ejemplo de actuación y el valor de la humildad para vivir bien y lograr los objetivos. Aquí a la humildad le da un matiz diferente, al resaltar su importancia para poder ser un buen jefe y tener autoridad. Humildad y modestia dan como resultado el ganarse la reputación y la confianza de los hombres.
Como ha de ser el líder o jefe según el Tao: Ha de ser como el agua. El agua es buena y útil, ya que beneficia a todos sin necesidad de entrar en conflictos con nadie, y llega incluso hasta los lugares que la mayoría menosprecia. Por esa razón está en armonía con el Universo.
Ha de ser humilde, profundo, compasivo y decoroso en el hablar. Hade ser oportuno en sus actos, sabe cuando debe actuar y cuando no, porque tiene un alto sentido de la oportunidad. Evita los conflictos innecesarios, y por eso está libre de reproche
s.
Paulo Coelho en el Manual del Guerrero de la Luz escribe: «El guerrero de la luz a veces actúa como el agua, y fluye entre los obstáculos que encuentra. En ciertos momentos, resistir significa ser destruido; entonces, él se adapta a las circunstancias. Acepta sin protestar que las piedras del camino tracen su rumbo a través de las montañas.
En esto reside la fuerza el agua; jamás puede ser quebrada por un martillo, ni herida por un cuchillo. La más poderosa espada del mundo es incapaz de dejar una cicatriz sobre su superficie.
El agua de un río se adapta al camino más factible, sin olvidar su objetivo: el mar. Frágil en su nacimiento, lentamente va adquiriendo la fuerza de los otros ríos que encuentra. Y a partir de un determinado momento, su poder es total.»
"La humildad es la verdad" DiceSanta Teresa de Avila.
El humilde ve las cosas como son, lo bueno como bueno, lo malo como malo. En la medida en que un hombre es más humilde crece una visión mas correcta de la realidad. .
 Jesús es la humildad encarnada. Siendo Dios, vivió 30 de sus 33 años en vida oculta, ordinaria, tenido por uno de tantos. Lo extraordinario fue la perfección en que vivió lo ordinario. Nos dijo: "Aprended de mi que soy manso y humilde de corazón". .
Los grados de la humildad son:

1 Conocerse. Primer paso: conocer la verdad de uno mismo.
Ya los griegos antiguos ponían como una gran meta el aforismo: "Conócete a ti mismo". La Biblia dice a este respecto que es necesaria la humildad para ser sabios: Donde hay humildad hay sabiduría . Sin humildad no hay conocimiento de sí mismo y, por tanto, falta la sabiduría.

2 Aceptarse. Una vez se ha conseguido un conocimiento propio más o menos profundo viene el segundo escalón de la humildad: aceptar la propia realidad. Resulta difícil porque la soberbia se rebela cuando la realidad es fea o defectuosa.

Aceptarse no es lo mismo que resignarse. Si se acepta con humildad un defecto, error, limitación, o pecado, se sabe contra qué luchar y se hace posible la victoria. Ya no se camina a ciegas sino que se conoce al enemigo. Pero si no se acepta la realidad, ocurre como en el caso del enfermo que no quiere reconocer su enfermedad: no podrá curarse. Pero si se sabe que hay cura, se puede cooperar con los médicos para mejorar. Hay defectos que podemos superar y hay límites naturales que debemos saber aceptar. .

3 Olvido de sí. El orgullo y la soberbia llevan a que el pensamiento y la imaginación giren en torno al propio yo. Muy pocos llegan a este nivel. La mayoría de la gente vive pensando en si mismo, "dándole vuelta" a sus problemas.

El olvido de sí no es lo mismo que indiferencia ante los problemas. Se trata más bien de superar el pensar demasiado en uno mismo.  En la medida en que se consigue el olvido de sí, se consigue también la paz y alegría. Es lógico que sea así, pues la mayoría de las preocupaciones provienen de conceder demasiada importancia a los problemas, tanto cuando son reales como cuando son imaginarios.

4 -Darse. Este es el grado más alto de la humildad, porque más que superar cosas malas se trata de vivir la caridad, es decir, vivir de amor. Si se han ido subiendo los escalones anteriores, ha mejorado el conocimiento propio, la aceptación de la realidad y la superación del yo como eje de todos los pensamientos e imaginaciones. Si se mata el egoísmo se puede vivir el amor, porque o el amor mata al egoísmo o el egoísmo mata al amor.


En la reunión del cenáculo,  del 3 de junio de 2009 se trato el tema del agua en el Tao Te King.

Joaquin Nogueras

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Hola failia! ¿Que tal habéis pasado las fiestas? El tiempo pasa rápido, lo importante es tener los ojos de la fe muy abiertos para saber discernir lo esencial de la vida, para que esto esencial nos condusca a lo que perdura para siempre. Jesús se reveló en Belen, pero la verdad es que se sigue revlando cada día, esta "Teofania" es cada día...Pidámosle que su luz nos ilumine y que este 2013 sea descubrirle en lo escondido de nuestros hermanos, dando por supuesto que Él viene sacramentalmente cada día en la eucaristia.
Que paséis una buena semana.
Un abrazo
Francisca

Anónimo dijo...

EL BAUTISMO DE JESÚS
13 de Enero 201
3ª LECTURA: Lc 3, 15-16.21-22
En aquel tiempo, el pueblo estaba a la espera, andaban todos pensando en sus corazones acerca de Juan, si no sería él el Cristo; respondió Juan a todos, diciendo: Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, y no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias. El os bautizará en Espíritu Santo y fuego.
Sucedió que cuando todo el pueblo estaba bautizándose, bautizado también Jesús y puesto en oración, se abrió el cielo, y bajó sobre él el Espíritu Santo en forma corporal, como una paloma; y vino una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco.»
COMENTARIO: ¿Qué dice el texto? Este texto, es de una profundidad enorme. El Padre presenta y ofrece al Mundo a su Hijo como Salvador. Y…¿Cómo lo salvará? El mismo texto nos lo dice; desde abajo y desde dentro, sumergiéndose en el agua, en un contexto de humillación, como un pecador más…Al sumergirse se abren los cielos y se oye la voz del Padre; “Tu eres mi Hijo amado; en ti me complazco, y bajó sobre él el Espíritu santo” Sumergirse en el agua es como sumergirse en nuestra propia humanidad, asumiendo todas las consecuencias y limitaciones de nuestra vida. Para ello ha vivido 30 años en una vida “OCULTA”, para enseñarnos un nuevo estilo de vivir, y para que mirándole a Él, aprendiéramos que en lo oculto a la vista de los hombres, es donde uno se hace sabio a los ojos de Dios. Porque los hombres miran la apariencia, Dios mira el corazón. Y es desde el corazón que la vida va cobrando sentido, y desde el amor, paciencia y buen humor se va tejiendo nuestra vida espiritual, que va creciendo con los pequeños detalles cotidianos.
¿Qué me dice a mi el texto? Fijos los ojos en Jesús, contemplándole en oración, aprendemos de él que el secreto de la vida está en vivir conscientes que la armonía y la paz de las familias depende de nuestras actitudes. saber tomar una postura humilde ante la vida nos abre mucho a la gracia. Nos puede ayudar una anécdota real que yo he vivido…Me contaba una madre de familia, que hasta que no se encontró con una crisis de casi no poder comer, ni dar de comer a sus hijos, no se dio cuenta del valor del amor y comprensión que ha encontrado en su familia que le ha ayudado y le está ayudando… Jesús, al sumergirse en nuestra propia humanidad, al abajarse a nuestra miseria, nos enseña que cada uno de nosotros si queremos salvar situaciones empezando por nuestra propia familia, tendremos que imitarle, a sumergirnos en los problemas reales que a diario nos salen al encuentro…Sólo por este camino se abre el cielo, y nos hace sentir como hijos amados, hijos que conectados al amor de Jesús saben ser salvación en la vida cotidiana.
¿Qué le digo yo a él? Gracias Jesús, por enseñarnos que sólo desde el abajamiento podremos amar como Tú amas. Enséñanos a orar, a contemplarte en el Bautismo, para que como Tú sepamos rescatar a nuestros hermanos de la vida absurda y sin sentido que tantas veces por ignorancia están metidos. Gracias, porque en el marco de una vida tejida de la más sencilla sencillez, sale la gran sabiduría, que no es más que reconstruir las relaciones con los pequeños detalles de cada día. ¿No eso el gran tesoro? Saber dialogar sin tensiones, saber estar al lado del que nos necesita… Jesús, que aprendamos de Ti, el camino de la humildad, para que entre la paz en nuestra vida.



hilda dijo...

Joaquín, muy buen comentario. Claro y conciso. Ahora, como dice Edurne, hay que ponerlo en práctica y ya se verá. Eso es lo dificil porque entender, endendemos todos, creo pero practicar....ahí vienen las dudas de si" será efectivo", " parece que no funciona " etc etc.
Un abrazo y sigue publicando

Anónimo dijo...

Antes de hacer el Camino de Santiago, esto mismo de que se habla, ya estaba ahí. Creía que ya me había adentrado mínimamente en Oriente, y que lo de Occidente lo venía intuyendo desde siempre. Ha surgido también algo que estaba subyugado en mi a la semicultura moderna de la transición española, y que posteriormente intuí al leer a algún poeta de la generación del 27, es el amor a la tierra, sin corresponderse del todo a lo que hasta entonces entendía por pátria. De niña aprendí el "cara al sol" como algo natural en lo social, y creo que como gran parte de las personas de esta época, lo tenía enterrado. Es el mito que late, y antes o después hay que buscarle explicación.
Con esto quiero decir que este "dominio" (con el significado que Guénon da a esta palabra), que abarca el término "tierra" de la triada extremo-oriental (tan bien explicada por Guénon en "La Gran Triada)), hace la función de sostener, y eso es precisamente lo que encontré al hacer el Camino hasta Fisterra, y más cuanto más al Oeste me acercaba.
Empezarón, por así decir, a brotar siglos y siglos enterrados, y lo que veía era unirse el Oriente que ya conocía, de extrema sutileza, finura y luz, con un poderoso, monumental, descomunal punta del iceberg de un Occidente que ya en adelante no tendría una razón mas primordial de ser que la de autoverse a través de la cristalina y pura luz de lo incomparable en desmesura, profundidad y autenticidad, primordialidad trascendental del legado oriental.
Esto no se acaba, es una verdad que ya es real, siempre lo ha sido, siempre lo será.
Por eso desde entonces, surge la reflexión espontánea de "eso autoenterrado", pero en cualquier dominio de lo que abarca todo el tema al completo. Y es que cuando estaba virgen de estos temas, es cuando recibí instrucción, por así decir, a través de P. Yang (y sin ser consciente de ello hasta más tarde), de "pasarme" al bando oriental de forma automatizada en todo lo que la mente iba a intervenir, y presisamente esa es la parte sectaria y esclavizante de su enseñanza, era precisamente a cambio de eso como él daba lo suyo, que fué auténtico hasta que traicionó a sus propias raices taoistas
Ana