miércoles, septiembre 12, 2007

Viaje a Tailandia y Japón















Japón





Tailandia

En este mes de vacaciones del blog, he estado en Tailandia y Japón.

Tailandia, país oriental, asiático en vías de expansión, muy bonito, exótico y con muchos templos budistas. Estuvimos en la capital y en la zona norte, llegando al Triangulo de Oro, llamado así, ya que se cultivaba opio. Recorrimos esta zona, a veces en canoa.

Visitamos muchos poblados que todavía viven de forma primitiva, aunque el turismo ya ha hecho sus estragos.

También he disfrutado de los masajes tan bien realizados, sobre todo el “masaje tailandés”, que duró dos horas y lo practicaron masajistas del Templo de la medicina.

Japón, parece un país occidental, aunque no ha perdido su encanto oriental, muy limpio y ordenado. Aparte el aspecto turístico, que es perfecto en Japón, quisiera hacer algunos comentarios sobre los japoneses. Primero que me habría gustado conocerlos mejor y visitar algún centro Zen, pero no fue posible.

Japón es un país de contrastes, con una tradición antigua , unida a una modernización increíble. Contraste entre las personas mayores y los jóvenes, pero los grupos de personas son muy uniformes, dicen que: “Cuando un clavo sobresale, se remacha con un martillo”.Hay que resaltar su educación y sus ceremoniosos saludos, con inclinaciones de cabeza, pero sin tocarse. El pueblo japonés, es el único pueblo que ha sufrido la agresión con la bomba atómica, a la pregunta de si odian a los americanos, la guía contestó, que lo que odian es la guerra. No quieren la victoria con la guerra, pero si quieren la victoria con la tecnología. Un pensamiento oriental dice: La victoria por la espada lleva consigo inevitablemente derramamiento de sangre y la derrota de alguien . La victoria por la calculadora significa ganancia, pero siempre a costa de la pérdida y sufrimiento de otros. Si la victoria es con la cítara, todos salimos ganando”.

La lluvia nos seguía en ambos países, por ser la época de los monzones, pero ha aliviado mucho ya que el calor es sofocante. Tanta agua hace que los verdes de la naturaleza sean preciosos, sus bellos jardines llenos de colorido, sobre todo en Japón que la armonía y el orden con los cuatro elementos es perfecto, llenos de vida, sus estanques con peces de colores y muchas tortugas, animal que dicen es sagrado ya que vive muchísimos años.

También en Japón, la presentación de sus alimentos es un arte, lo presentan en pequeños bolees de cerámica o porcelana, y cada uno de ellos es un jardín de colorido.

Han sido 24 días de viaje, con muchas experiencia y vivencias, ahora volver a la rutina, a la dulce monotonía que es tranquilidad y paz

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Esta mañana he estado con Peter Yang, y se va nueve días a Segovia de convivencia, hace muchos años que asiste por estas fechas. Esperamos que le vaya bien más bien requetebién.

Maribel

7 comentarios:

hilda dijo...

Maribel, bienvenida a casa!.Es verdad lo de la camita. Cuando llevas tiempo de viaje por esos mundos de Dios,y llegas a tu casita piensas eso de !no hay como la cama de uno!.

A mi, Tailandia me gustó mucho. Ví más o menos lo mismo que tú, pero lo que me encantó fue la gente. El respeto que tienen por sus antepasados en las prácticas espirituales y la caridad hacia los monjes budistas. Supongo que habrás visto como salen tempranito con sus escudillas, formando una fila, para que la gente les ponga la comida de ese día.

Los thais tienen un gran sentido de gracia y hospitalidad, asi como de jerarquía social. Respetan mucho a sus mayores haciendo una reverencia a los pies de sus padres y abuelos.

¿Viste las danzas?. Son preciosas ¿verdad?Se basan en el principio de desarrollar el argumento de la obra a través de los gestos y movimientos ejecutados con extrema delicadeza (son muy delicados, igual que los balineses) y con esos trajes y tocados que mueven al son de la música! !Una maravilla!.

Lo que es una pena es la cantidad de prostitución que hay. Lo que pasa es que para ellos es parte de la tradición desde hace milenios. Lo ven como algo normal y el mismo rey se presenta públicamente con su concubina. Durante la guerra de Vietnam se intensificó y después de los soldados vinieron los turistas y ahora el turismo sexual representa importantes ingresos para la economía nacional.

Las tribus del Norte son muy típicas porque han conservado sus costumbres ya que el turismo es una manera de ganarse la vida. Antes era el opio.

Lo que merece la pena, también, es dar un paseo por la selva en elefante, así como ver las demostraciones que hacen de sus habilidades. Pero, al margen de templos ( que son preciosos), elefantes, tribus etc. merece la pena ir, simplemente, por el trato de la gente, esa amabilidad casi congénita. Sentarse en un puestecito callejero a tomar una sopita picante basta para comprobarlo.

Guau! Me iria ahora mismo otra vez!

Anónimo dijo...

Hilda, todo lo que explicas lo acabo de vivir. Es verdad que los thais respetan mucho a sus antepasados y a sus mayores, una de las guias, una muchacha muy joven, decia que yo le recordaba a su abuela, que por lo visto es bastante joven, y se desvivia por atenderme.

Queremos imitar a oriente, mas la juventud no nos respeta, somos "carcas" dicen algunos.

Respetan mucho a sus reyes, tienen veneración por el monarca actual. Otra guia dijo, que no tenian nada que reprocharle, que era fiel a su esposa. Les encanta resaltar la afición que tiene por la agricultura y la ganaderia, en los jardines de palacio hay un huerto y animales domesticos cuidados por el rey.

En Ciang Rai (no se si está bien puesto), una camioneta del hotel nos llevó, a mi marido y a mí, a oir Misa del domingo, en un colegio de niñas. Fué precioso, al llegar estaban rezando el Rosario y los rezos sonaban como mantras que me llegaban al corazón. La misa muy bonita por lo presente que estaba el sacerdote tailandes y la iglesia bastante grande estaba llena y habia personas sentadas fuera de ella.

Tailandia ha quedado un poco eclipsada por Japón, ya que no esperaba el acogimiento de sus gentes, de sus guias que hablaban un perfecto castellano y de la educación, respeto y honradez de la mayoria.

Me alegro mucho, Hilda de tus comentarios y de de haber hecho que reviviera mi viaje a Tailandia

Anónimo dijo...

¡¡Bienvenida Maribel, y a todos que habeis estado de vacaciones!! Este año no ha sido posible que me moviera de mi ciudad, otra vez será.

Doy tambien la bienvenida a Hilda que veo que es alumna de Peter Yang, sus comentarios nos favoreceran para los que no le conocemos personalmente.

Saludos para todos
Carmen

hilda dijo...

Maribel: lo que explicas de las guías me hace recordar la que tuvimos nosotros. Se llamaba Mai y se desvivía por todos. Compraba chucherías y hacía concursos con preguntas de lo que había explicado. !Era encantadora!.

Yo estuve en monasterios budistas hablando con los monjes y presencié sus oraciones. Supongo que la misa sería muy bonita. Tendría ese gustito especial de los mantras. La verdad es que tienen una manera de rezar que llega al corazón. Que sean católicos o budistas es lo de menos. Es la forma, esos sonidos tan profundos que te llegan a lo más hondo.

Japón no lo conozco. Ahora, por motivos familiares, no puedo irme muy lejos, pero espero poder ir algún día. De Asia conozco India-Nepal, China, Indonesia (islas Célebes y Bali) Jordania y Turquia.

Has tocado mi punto débil: los viajes.

La primera impresión de la India nunca se olvida: calles llenas de gente, mujeres con sus saris de llamativos colores, vacas tumbadas en la carretera, monos, gente aseándose en fuentes o grifos a ras de suelo, coches pitando, rickshaws por todos lados... un caos!. Pero un caos que engancha. La ciudad vieja de Delhi con sus olores, ruido y colorido. El templo sikh en el que impresiona la religiosidad de sus fieles que bajan las escaleras besando cada peldaño y que dan comida a todos sus fieles o cualquiera que vaya. El templo hinduista Birla a cuya salida hay encantadores de serpientes y vendedores de flores y ofrendas.

La gente es encantadora, siempre con esa sonrisa dulce, dispuestos a que les hagas una foto o simplemente a hablar contigo. Los niños te cogen de la mano. Siempre llevaba un montón de niños cogidos de la mano. Bueno, aquí y en todos lados. Debo tener un imán que los atrae.

En Jaipur te encuentras vacas, cabras, monos, elefantes, perros, dromedarios, cerdos, gente por todos lados, palacios, motos, coches, pitidos, tiendas de especias, calzado, té... !Tiene un encanto especial! La mezcla de olores es impresionante. La gente te ayuda en todo, siempre con una sonrisa de dientes perfectos y con una mirada... que te penetra!.

Cuando paseas por las calles de la India, te das cuenta de la cantidad de oficios que se han perdido aquí.

Las familias se paran para que les hagas una foto, te saludan -Namaste- juntando las manos y te dan su correo electrónico para que se la mandes.

!Y que decir de los santones! Los hay de todos los colores, vestidos de rojo, amarillo, naranja, con barbas más o menos largas.

Varanasi es única. Al amanecer acuden a la Ganga (Diosa y madre) a lavar los pecados en el río. Es la madre protectora de todo lo que fluye. La llegada al Ganges es indescriptible, olor a incienso y flores, cientos de peregrinos vestidos de naranja, cantando. Tienen que bañarse en cinco sitios diferentes. El hindú tiene que seguir un ritual cada mañana: pronunciar un mantra sagrado, meterse en el agua tres veces seguidas, tomar agua con la mano y devolverla al río. Se oye a la gente contenta al bañarse, entonando cánticos, mirando al sol. Los colores de la luz al amanecer son fascinantes. Rosados, naranjas, amarillos de los edificios se combinan con los colores vivos de los saris y de los distintos anaranjados de los peregrinos.

En cuanto a las cremaciones, me sorprendí yo misma de lo natural que lo ví. Me parece mucho más macabro cualquier entierro de los nuestros. Los cuerpos los envuelven en una tela roja o blanca según sea hombre o mujer. A la ceremonia acuden los varones. En el silencio de la noche, se oye el crujir de las maderas quemándose, las plegarias de los familiares y la respiración contenida de los que nos quedamos mudos ante el espectáculo.

Antes del anochecer, tiene lugar la Puja, los monjes cantan y bailan con antorchas en las manos. Los niños llevan bandejas de flores con velitas para echarlas en el río ! Es un momento muy entrañable!.

Calcuta me impresionó bastante. Ví gente muriéndose en la calle. En un templo, cercano a la sede de la Madre Teresa, un sacrificio de cabras. Un mercado de flores que ibas pisando todo el rato flores mojadas que me daban mala sensación. En fin! no se si es porque era el final del viaje o que, pero lo pasé mal.

Es el viaje de los cinco sentidos, para dejarse llevar por las emociones. Un viaje en el que te despiertas en los mejores hoteles del mundo, antiguos palacios de marajás, oasis de paz y tranquilidad y al cruzar la puerta, te encuentras con una pobreza tan dura que parece irreal. Con un tráfico en el que no hay semáfaros o no se respetan. Es la ley del más fuerte: el camión o autobus se echa encima del coche, éste encima del rickshaw y éste a su vez encima del pobre peatón, todo ello con las vacas por medio.

Nepal es parecido a la India. Nada más aterrizar ya sorprende ya que el avión se tira prácticamente en picado para salvar la altura de sus inponentes montañas.

En sus templos, los fieles pasan tocando los enormes rollos de oraciones o tocan una campana cada vez que hacen una ofrenda.

Es un país para sentir: olor a incienso, a flores de las ofrendas, canciones, plegarias, color de los saris y una espiritualidad presente en el aire que se respira.

Tanto la India como Nepal son paises para sentir. Hay que dejarse llevar por las sensaciones, por la espiritualidad, por las sonrisas y las miradas.

Carmen, tienes razón. Voy al Rincón del Silencio a hacer Taichi y a las Tertulias de Peter Yang.

Besos a todos.

hilda dijo...

Siguiendo con lo de los viajes, me gustaría hablaros de Bali, la Isla de los Dioses.

A Bali se llega expectante y se regresa hechizado, enamorado.

Es el Edén, un reducto de paz, de vegetación frondosa, de terrazas de arrozales, de mil templos y de gentes sonrientes.

Desde el primer momento, la isla ofrece una luz especial, donde los colores son más vivos.

Enseguida, llama la atención los altares y las ofrendas, en forma de cestitos, que las balinesas confeccionan y colocan en las aceras, delante de las casas o de las tiendas. Cada casa tiene su templo y en cada pueblo hay al menos tres y es que para los balineses es imprescindible mantener la armonía entre los dioses: Brama (el creador), Wisnu (el conservador) y Siwa (el destructor).

Los balineses han sabido conservar sus costumbres ancestrales. La religión es una mezcla de antiguo hinduismo, culto a sus antepasados y animismo primitivo. En cada lugar hay al menos un templo, donde las mujeres depositan, tres veces al día, las ofrendas que realizan con dulces y flores. La familia se acicala cuidadosamente con sus trajes típicos y van en procesión con sus ofrendas hasta el templo de su comunidad.

Avanzan por los caminos, al son de su música gamelán, para depositar sus cestas llenas de flores, frutas y figuritas de arroz. La religión es sinónimo de felicidad y convierten todas sus celebraciones (incluso la muerte) en una fiesta en la que participan todos.

Y te das cuenta de que son elegantes, delicados, sensuales, de una insólita belleza. Sorprende esa delicadeza y sensibilidad tan poco común en occidente. Recuerdo cuando desayunábamos en el Hotel, en un comedor abierto al jardin, donde todo era perfecto, la música del xilofón, que tan primorosamente tocaban dos músicos con sus trajes típicos, los camareros tambien con sus saris,amables, delicados, de figura menuda y estilizada y los huéspedes poniendose "moraos" en el buffet, rojos del sol, sudorosos y sebosos,(sobretodo los holandeses, alemanes) !era un contraste bestial!. Yo me quedaba observando aquel espectáculo y pensaba que lejos estábamos de la sensibilidad de aquella gente.

Volvamos a los altares. Se hacen tan familiares, que al regreso, se echan de menos. Esas ofrendas, las orquideas que con tanta gracia depositanen el agua o prenden en el pelo, los detalles confeccionados con hojas de palma, que te ofrecen como obsequio, las sonrisas y el salamat tinggal (bienvenido), las miradas oscuras y profundas, pero extrañamente familiares...

Y es entonces, cuando el verde empieza a apoderarse de uno hasta que llegas a los arrozales. Entonces, se corta la respiración y los ojos se llenan de un verde tan vivo que ya nunca podrás olvidar. Son escaleras esmeraldas que Dios ha puesto alli, desde el cielo.

Los balineses creen que los dioses están en las montañas y los demonios en el fondo del mar. La cremación propicia la liberación del alma para que llegue cuanto antes a su nueva vida. Para desorientarla y que no vuelva a casa, giran la pira funeraria, la sacuden y asi puede seguir su camino hacia los dioses.

Las danzas combinan precisos movimientos de ojos, hombros, dedos y cuello siguiendo estrictas fórmulas seculares. En la danza del mono, Ekak ,decenas de hombres se mueven con los sones de la música gamelán mientras emiten una serie de sonidos imitando a los monos. La Barong Rangda es la lucha entre el bien y el mal. Es muy espectacular y colorista. No os explico toda la trama para no cansaros. Todas las danzas se acompañan de una sinfonia de gongs, xilofons, timbales que se apodera del ambiente y crea una atmósfera irreal.

Bueno, lo dejo aquí. Solo deciros que Bali es ese paraiso al que mucha gente va sin saber muy bien a donde va (muchos recien casados), pero al que TODOS quieren volver.

Anónimo dijo...

¡¡¡Que viajes se pegan ustedes!!!

Yo también he estado en India, fueron dos meses recorriendo el país, en plan mochila claro, pero las experiencia fueron muy grandes.

Un saludo para todos ustedes

Roberto, desde Mexico

Anónimo dijo...

eSTOS VIAJES TRAEN NUEVOS AIRES AL BLOG, ¡BIEN POR HILDA Y TODO CUANTO NOS HACE VIVIR SIN MOVERNOS DE CASA!.
¡QUÉ CALLADITO TE LO TENÍAS EN EL RINCÓN, RUBIA!; AHORA COMPRENDO LA ANCHURA DE TU SONRISA Y ESA RISA ABIERTA, PORQUE AHÍ GUARDABAS ALGO DE LA MAGIA DE TUS VIAJES.
UN ABRAZO
ISABEL MORENO