jueves, julio 21, 2011

El Rosario por Catón

Virgen del Rosario de Murillo

museo del Padro





De México me enviaron este artículo que publico en el blog. Rezar el santo Rosario a María es una gran fuerza para toda la humanidad.
Maribel

"El Rosario" por Catón

"La víspera de la Navidad le mandé 50 rosas a una dama"
Luego cuando la tuve cerca, la llené de piropos. Le dije que era amable y admirable, la llamé "Reina", la comparé a una torre, a un trono, a un espejo...
Estoy diciendo que recé mi Rosario en Nochebuena. Dije 50 avemarías, otras tantas rosas para esa hermosa dama que es la Virgen. Y recité la letanía, engarcé de piropos, morosa re lección de las bellezas de la más bella entre todas las mujeres.
Tanto me gusta el Rosario que ni siquiera me siento hipócrita al rezarlo. Hay algo de medieval en él; un antiguo sabor de yoglería. Es como una serenata ante el balcón de una Princesa, sólo que esa Princesa tiene por balcón al cielo, y en la tierra un escabel para apoyar el pie.
Yo soy su enamorado. Digo su nombre al despertar y otra vez lo pronuncio por la noche en el umbral del sueño. En mis moradas tengo su retrato, su varia imagen tan infinitamente femenina. Guadalupe, Socorro, Carmen, Luz, Esperanza, Concepción, Lourdes, Paloma, Nieves, Soledad...
La mas grande oración, nadie lo duda, es la del Padre Nuestro. El propio Jesús nos la enseñó. ¿Puede haber plegaria más alta? Más alta no, pero más bella sí. Por eso los músicos le siguen poniendo música a la preciosa letra que pronunció el arcángel: Ave María, gratia plena...
Otros poemas ha inspirado ese amor; la Salve, tan cara a Ramón Lopez Velarde, y aquella de mil quinientos años: "Bajo tu amparo nos acogemos..." Sub consilium tuum...
Y la leyenda... Aquellos "Milagros de Nuestra Señora" que cantó Berceo, uno tras otro ingenuos cuentos como las cuentas del rosario. Y la antaño-na historia venida de la Francia. La del juglar acusado de haber robado un escarpín de plata de la Virgen.
-Ella me lo regaló.
-¡Ladrón! ¡Sacrílego! ¡A la horca!
Y pide el pobre artista que antes de darle muerte lo dejen bailar frente a la imagen de la Señora, no sabe otra oración más que su danza. Y baila, y la Virgen sonríe y delicadamente mueve el pie para dejar caer el otro escarpín, premio de la adorada a su amador.
En toda mujer hay una Virgen que dura para siempre, y hay una madre aunque no tenga hijos. Yo amo a la Virgen porque es mujer, y amo a las mujeres porque todas son un reflejo de la Virgen, sin excluir a las vírgenes de medianoche a las que con inspirado acento cantó don Daniel Santos. “Bajo su amparo - bajo el amparo de alguna mujer - vamos siempre los hombres por la vida”. Como la Virgen, también a ellas les pedimos que nos cubran con su manto. Perdidos somos sin esa protección al mismo tiempo terrena y celestial.
Ya se pueden reír mis amigos. A sus risas contestaré entonando el recio himno "¡Mexicanos, volad presurosos., del perdón0 de la Virgen en pos!".
Mariano soy por parte de padre y madre. Es de lo poco bueno que hay en mí. Quiero ir atado por la suave cadena de un rosario y pasar por el mundo entre un cortejo de advocaciones presidido por Nuestra Señora del Carmen y por mi señora María de la Luz. Y el día que esta vida se me acabe y me empiece otra, quiero irme de la mano de una mujer que ha sido para mí como una Virgen y llegar de la mano de una Virgen que me ha cuidado siempre con suaves ternuras de mujer.
Así sea.
- Catón

Nota: "Catón". Armando Fuentes Aguirre. Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 10 nietos

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Somos un grupo de señoras que cada mes nos reunimos para rezar el santo Rosario y, como dice Pagola la semana pasada, hay muchos de estas reuniones en torno a Jesús y María.
En este grupo, la iniciadora es Maribel, de esto hace muchos años.
Desde el inicio estoy en el grupo y soy feliz de nuestra amistad.

Saludos afectuosos

M.P

Anónimo dijo...

Mt 13, 44-52
La vejez trae consigo limitaciones importantes que todos conocemos. Los sentidos se entorpecen; comienza a fallar la memoria; se pierde la vitalidad de otros tiempos. Es lo propio de la edad avanzada. Pero hay también otros signos, que pueden aparecer a cualquier edad y que siempre revelan un proceso de envejecimiento espiritual.
Así sucede cuando la persona va recortando poco a poco el horizonte de su existencia y se contenta con «ir tirando». Nada nuevo aparece ya en su vida. Siempre los mismos hábitos, los mismos esquemas y costumbres. Ningún objetivo nuevo, ningún ideal. Sólo la rutina de siempre.
En el fondo, la persona se ha cerrado, tal vez, a toda llamada nueva que pueda transformar su existencia. No escucha esa voz interior que desde dentro, nos invita siempre a una vida más elevada, más generosa, más noble y más creativa.
El individuo corre entonces el riesgo de encerrarse en su propio egoísmo. La vida se reduce a buscar siempre las propias ventajas, lo que sirve al propio interés. No cuentan los demás. Cerrado en su pequeño mundo, el individuo ya no vive los acontecimientos que sacuden a la Humanidad, ni se conmueve ante las personas que sufren junto a él.
Pero, cuando el amor se apaga, se apaga también la vida. La persona no se comunica de verdad con nadie. No acierta a amar gratuitamente. La vida sigue, pero el individuo, envuelto en su mediocridad, ya no vibra con nada. Pronto percibirá en su corazón algo difícil de definir, pero que no está lejos del aburrimiento, la decepción, la soledad o el resentimiento.
No es fácil reaccionar y romper esa trayectoria decadente. La persona necesita encontrarse con algo que toque lo más hondo de su ser e infunda una luz y un sentido nuevo a su existencia. Algo que despierte en ella la dignidad y el deseo de una vida diferente. Algo que genere un estilo de vivir más generoso, más sano y más gozoso.
Para muchos, Dios es hoy una palabra gastada, un concepto vacío, algo así como un personaje cada vez más nebuloso y lejano. Por eso, puede sorprender que, en la pequeña «parábola del tesoro encontrado en el campo», Jesús presente el encuentro con Dios como una experiencia gozosa, capaz de transformar a la persona trastocando su vida entera.
Sin embargo, es así. El encuentro con Dios es siempre creador y transformador. No es posible la experiencia de Dios sin vivir, al mismo tiempo, la experiencia de una luz que ilumina todo de manera diferente, una alegría que abre horizontes nuevos a la vida, una fuerza honda que permite enfrentarse a la vida con confianza. Naturalmente, también en la vida del creyente hay momentos malos, de oscuridad y vacío, pero quien se ha encontrado de verdad con Dios ya no lo olvida.

J.A Pagola

Pandora dijo...

Sé de vosotras por Maribel, creo que son los martes cuando os reunís a rezarlo, os felicito por hacerlo en común, una suerte, y por vuestra ancha, profunda y Mariana amistad.
Maribel es un tesoro a guardar...y compartir.

Os abraza
Isabel Moreno

Anónimo dijo...

¡Muchas gracias Isabel! Tú tan amable y amorosa.
Desde San Feliu, cuando te aviso, te unes con nosotras y todas, aunque fisicamente lejos,estamos unidas en un solo corazón. ES LA COMUNION DE LOS SANTOS

Tu amiga internauta y servidora
Maribel