Edurne nos comenta las pasadas convivencias de enero en Donostia, y nos envía dos fantásticas imágenes
CONVIVENCIA TAI CHI CRISTIANO: VILLA PUIO, DONOSTIA (ENERO 2018)
Este año nos hemos vuelto a encontrar en Villa
Puio, en la undécima edición para convivir y compartir nuestra experiencia,
para ahondar. Ha sido la familia cántabra y vasca el núcleo, y la guinda ha
venido de Zaragoza y Cataluña.
El viernes llegamos cuando se iniciaba una
tormenta de agua y tuvimos que ir a rescatar a Montse que se había refugiado
tras un árbol y no era capaz de dar un paso en medio del temporal. Tuvimos la
visita fugaz de Víctor de Zaragoza que vino con su hija Lucía a saludarnos.
Estaba en Sanse por motivos laborales y al enterarse de nuestro encuentro, allá
se animó y a nosotros nos hizo mucha ilusión. Como la casa de espiritualidad
está en un alto, el viento sopló con gusto por la noche, pero al día siguiente
la climatología mejoró y pudimos hacer el calentamiento y el taichi de la tarde
al aire libre. El sacerdote que venía a celebrar cada día nos daba el parte
meteorológico, allá siempre 2 grados menos que en el centro de la ciudad.
Las hermanas
nos han recibido con mucha cordialidad, nos tratan como de casa. Yo
quise celebrar mis bodas de plata en el taichi en esta convivencia. Justamente
en la primera semana de enero se cumplían 25 años que conocí a Peter en una convivencia
organizada por Luisa en el Monasterio de Angosto (Alava).
Nuestras convivencias cada vez son más redonditas,
se convive mejor y el cariñito familiar fluye alegre. El tema de la convivencia
estaba sacado del capítulo LII “en la debilidad radica la fuerza”. Había quien
no le gustaba la palabra debilidad pero sí fragilidad. Miramos en la RAE y nos
reímos con una de las acepciones de fragilidad. “Dicho
de una persona que cae fácilmente en algún pecado, especialmente contra la castidad.” Debilidad tiene contrario, dureza, pero
fragilidad no. Nacho nos dijo que se han inventado la palabra antifragilidad.
Nos explicó que el diamante es lo más duro, pero a la vez es frágil y fácil de
romperse. Peter nos decía que lo duro se rompe, en cambio la flexibilidad, el
bambú, puede superar situaciones adversas sin romperse. Nacho también nos habló
de un concepto del que se está hablando bastante, resiliencia. Tiene una
acepción puramente física, es la capacidad de un material de regresar al estado
inicial tras cesar la circunstancia que lo ha perturbado. También se considera
como la capacidad de superación y adaptación a una nueva situación vital de las
personas, en este caso no se vuelva nunca al punto anterior.
¿Cuándo me siento débil? Cuando reconozco mis
incapacidades, mis oscuridades, mis mal
hechos, mal hablares, etc. eso que no me gusta de mí mismo. Pero ese sacar a la
luz lo que está oculto es lo que da fortaleza, porque el asumir es integrar en
la vida, es dejar de repetir acciones inconscientes. En su libro “Chi Kung
cristiano” en la página 219, (para practicar el wu wei porque acción nos lleva
a reacción y si seguimos a violencia” Peter dice “enseñar paciencia y esta
comienza por la madre. Así el débil es el fuerte, el que aguanta”. Jesús ya nos
lo dijo, “vosotros solos no podéis nada”. Ya sabemos que aceptar es el primer
paso, Nacho nos dijo que es el más difícil y que para animarse se dique que con
eso ya está el 75% cumplido. Soltar, sacudir, dejarlo pasar como las nubes
(entre nube y nube un trozo de cielo para gozar). ¡Con lo fácil que es! ¿Por
qué nos cuesta tanto? ¿Por qué somos tan cabezones? Txema nos dijo que lo que
le mueve es la curiosidad, como un niño va indagando y nos dimos cuenta que esa
capacidad de jugar, de disfrutar, de ser espontáneo con experiencia es lo que
nos lleva a la madre. Jesús nos dijo “si no os volvéis como niños no entraréis
en el reino de los cielos”. Dijimos que vamos tomando conciencia de ese niño
que demanda atención y cariño, en la medida que vamos quitando coraza. Cristina
nos recordó la respiración de un bebé, con todo el cuerpo, la sonrisa interior
que es tan curativa. Carolina mencionó esa respiración en la que nos sentimos
respirados. Cap. LII “Quien conoce al hijo y se queda con la madre está libre
de peligros durante toda su vida”. No perder ese hilo que nos une a la madre, a
lo natural, otra vez el dejarse hacer, el acto humano, solo moverse por
necesidad. “Mantén cerradas las puertas y no tendrás penas hasta el final de
tus días”. El lunes se leyó el Evangelio de Jesús cuando en la barca llega a
tierra de los gerasenos y encuentra un endemoniado encadenado al lado del
cementerio. Jesús pregunta “¿Cómo te llamas? “Legión”. Tener cerradas las
puertas, significa tener la determinación para no pensar, no hablar, no dudar y
no excitarse. Creo que por fin he entendido lo que significa “Soy como soy,
estoy como estoy, estoy como soy, soy como estoy”. Para mí es en cada momento
decidirse por “todo está bien en este
momento”. Lo relativo y lo absoluto se encuentran en ese momento, punto
crucial.

Tuvimos la visita sorpresa de Gonzalo que apareció
el domingo a la tarde mientras hacíamos el taichi. Nos alegramos mucho de
verle, compartimos la tertulia y nos contó que hace de monitor para un grupo en
la ONCE, con personas con grandes deficiencias en la visión.
También hablamos de que en el corazón han
encontrado un número importante de neuronas, lo que le da a este órgano la
capacidad de cordializar y armonizar las experiencias humanas. Entonces me vino
la imagen del equilibrista con los brazos abiertos, es otra cruz, y me di cuenta que en el punto crucial
está el corazón.
¡Muchas
gracias querida familia¡