Continuamos con las experiencias de las convivencias en Altura del pasado mes de junio. En esta ocasión, es Edurne quien se anima a escribirnos
Hola
de nuevo. En esta ocasión quisiera contaros mi paso por nuestra casita de Altura
durante el mes de junio. Como sabéis la casa ha estado abierta durante 100 días
y yo he ido a cubrir los días que me correspondían de estancia, del 1 al 11 de
junio. Ha sido una convivencia muy intensa y creo que he venido fortalecida.
Lo
primero que hice al llegar a Altura es
marcharme a Valencia junto a Pilar. Oscar, un amigo y compañero de trabajo hizo
la ruta del Cid en bici. Pasó por nuestra casa dos días antes que yo bajase,
Pilar se encargó de acogerle y darle un poco de vinito biológico, pero quedamos
en Valencia para poder vernos. Pasamos un día muy alegre en Valencia, Pilar
descansando de las labores y yo haciendo compañía a Oscar, que realizaba parte
de la ruta en solitario. Caminando por la ruta verde hacia Altura a tomar el
autobús para Valencia, me di cuenta que íbamos muy justas, así que le eché unos ruegos a la Virgen y “por
los pelos” nos subimos al autobús. Aprovechamos para ponernos al día.
Todos
los días nos levantamos temprano para dirigirnos al Establo de la Tranquilidad
y hacer el F/C y luego alrededor del kaki el calentamiento. Manuela estaba con
nosotras desde el primer día, luego fueron llegando Marisa y María José. El
equipo se hizo fluidamente, llevamos el orden del día, además Pilar cocinaba,
yo ayudaba y el tiempo de trabajo lo dedicamos al jardín. Daniel nos trajo las
compras y apoyaba en la medida de sus posibilidades. Estábamos decididas a
acabar con los dondiegos, esta planta tiene una flor muy bonita pero se
extiende como una plaga, sus raíces se apoyan en los muros en incluso los
rebasan por debajo. Era una labor muy ardua porque tienen raíces profundas y en
algunos casos de gran tamaño. Para nuestro consuelo llegamos a una conclusión,
aparentemente hay muchas plantas individuales, aquí y allá, pero ocultos bajo
tierra se extienden por un sistema de raíces que se van propagando y forman una
UNICA RAÍZ, una imagen muy próxima para comprender la Unidad y la
multiplicidad. A la tarde dedicábamos tiempo al F/C, al tai-chi contemplando la
naturaleza, a veces acompañados de
saltamontes y salamanquesas. El último día durante el calentamiento un insecto
palo movía sus antenitas y parecía observarnos complacido. Marisa propuso que
rezásemos el Rosario en el porche de la casa, ¡qué gran idea!, en el ambiente
sosegado de la tarde, con las golondrinas volando delante de la casa, rezábamos
el Rosario y leíamos las lecturas con mucho gusto.
El
domingo fuimos a Misa a Segorbe y allí nos juntamos con la familia Ibañez-Tang,
saludando con alegría a todos nos dio tiempo de tomar una horchata juntos.
Ellos se fueron a Sagunto y nosotras a comer al restaurante chino y
tranquilamente caminando regresamos a nuestra casa. Un domingo perfecto.
Otro
momento especial fue el de la cena con el padre José. Nos juntamos en el
comedor de grande. Mª José tuvo la buena idea de hacer un cuadro con los
tablones y fue realmente agradable la cena. El padre no tenía ninguna prisa y
se le veía disfrutar con un público entregado (creyentes) compartiendo su fe
con nosotros. Pilar le preguntó abiertamente si veía bien la unión entre
cristianismo y taoísmo y nos dijo que lo entendía. Nos reconfortó sentirnos
comprendidos.
Otro
momento destacado fue el día en que teníamos que regar usando el agua de la
acequia y nos llegó el rumor de que algún vecino quería regar a la misma hora.
Tras levantar trampillas y poner y quitar las losas de piedra, vimos que
llegaba poco agua. Así que Pilar y servidora decidimos investigar caminando
acequia arriba. Cuando el camino se puso intrincado nos descalzamos y metimos en la acequia, con tal de conseguir
ver qué pasaba con el agua. No encontramos respuestas pero nos divertimos,
aunque poca agua entró en casa. Por suerte la semana siguiente vino agua
suficiente para regar y poder meter la máquina y hacer los caballones alrededor
de los olivos. Incluso nos entró agua cuando no nos correspondía.
La
verdad es que han sido unos días muy intensos de convivencia, a la noche caía
rendida en la cama. También ha supuesto una convivencia muy cercana, agradable
pero también con su dificultad. Creo que todos hemos puesto lo mejor para
convivir y como la casa es muy sencilla y hay mucha labor, no ha quedado más
remedio que ponernos de acuerdo constantemente. La noche poblada de estrellas
se convertía en un regalo maravilloso.
Escuchamos
las cintas de Peter y lo que se me ha quedado han sido estas frases, algunas muy conocidas “En el círculo vicioso
hay mucha confusión, unos dicen que sí y otros que no: mi sí y mi no yo lo sé,
tu si y tú no !!!a mi qué¡¡¡” “¿Cómo podemos salir del círculo vicioso?
Necesitamos punto fijo” “No hay que buscarlo, hay que agarrar solamente” ¿A qué
tenemos que agarrarnos? Mi respuesta es: a la FE.
Regreso
a casa contenta de haber vivido estas experiencias y de probar el verano antes
de que llegue al País Vasco.
Edurne