Joaquin Nogueras nos resume la reunión del Cenáculo de diciembre realizada en casa de Isabel Moreno
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Imagen de Isabel Moreno |
Capítulo XLIX LOS
CORAZONES DEL PUEBLO
El
Sabio no tiene ni opiniones ni sentimientos decididos,
Sino
que considera las opiniones del pueblo como las suyas propias.
A
los buenos los declaro buenos,
A
los malos también los declaro malos.
Esto
es lo bueno de la virtud.
En
los honestos yo creo,
En
los mentirosos también creo;
Ésa
es la fe de la virtud.
El
Sabio habita en el mundo pacífica, armoniosamente.
El
pueblo del mundo es llevado a una comunidad de corazón,
Y
el Sabio los considera como a sus propios hijos.
Pensamos
que este capítulo es difícil de comentar y nos falta el consejo que pedíamos a
Peter cuando ocurría esto. El sabio
taoísta no juzga, escucha tanto al mentiroso como al que dice la verdad. No es
juez, no decide quién es bueno y quien es malo, confía en todos. Es llevar la
no acción (Wu Wei) al máximo, llevar la no acción a las opiniones, sentimientos
y pensamientos, el ejemplo lo tenemos en la manera de pensar y actuar de los
niños.
Esta no acción de los pensamientos lo
manifestamos en la canción de la salud:
“No pienso mal”. También en la canción de los propósitos decimos: “No pensar,
no hablar, no preguntar, No excitarse.” Jesús en el Evangelio nos dice: “No
juzguéis y no seréis juzgados”.(Mt 7,1). También dice: “No juzguéis por las
apariencias”. (Jn 7,24). El catecismo dice que podemos pecar de pensamiento,
de palabra, de acción y de omisión.
Peter añadía pecados de opinión. “Toda
cosa buena es maestría y toda cosa mala es una lección.”
El
Tao de San José en el capitulo XLIX nos dice: “En medio del bullicio San José
sonríe; su corazón tranquilo rebosa paz y armonía.”
J Nogueras