Marisa y Edurne nos narran sus experiencias en la Convivencia de este agosto en Arenys de Mar.
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Convivencia Arenys de Mar |
CONVIVENCIA DE ARENYS DE
MAR, AGOSTO DE 2016
Este es mi segundo año en la convivencia de Arenys
de Mar. El día de Año Nuevo me dije a mi misma, quiero volver a Arenys y así ha
sido y realmente lo he disfrutado. El regreso a casa me ha costado un poco,
pero vengo agradecida de los días vividos. De joven me gustaba ir a la montaña,
hacia los Pirineos y caminar, pero ahora que ya soy más veterana, me siento atraída por el
Mediterráneo y para mí no hay mejor plan que una convivencia.
Han sido unos días luminosos y armoniosos en un
pueblo grande con sabor a mar. Todas las mañanas nos levantábamos temprano para
ir a la playa, realizar el calentamiento y luego de premio, baño. Yo que soy de
interior y no estoy acostumbrada a las olas, y nadar solo sé en piscina,
hacerme la muerta era el mejor plan, mecerme empujada por las olas. Era
gracioso ver los corrillos de taichistas conversando en el agua y más cuando
todas a la vez se ponían boca arriba a la deriva.
Al regresar a la casa, antiguo colegio de las
escolapias, rico desayuno, tiempo para la ducha y continuábamos con las
tertulias. Ha sido una sorpresa ver cómo daban de sí las reuniones, Carlos
llevaba las riendas, pero todos participábamos y lo cierto es que las
aportaciones y comentarios tenían densidad. Hubo momentos especialmente
intensos cuando se compartían experiencias personales.
El tiempo dedicado al taichi también dio de sí, y
pudimos hacer la tabla entera, Carlos aprovechó momentos para limpiar la forma
y nos animaba a ser más detallistas. Este año la sorpresa ha sido Paco de
Zurich. Aprovechó sus vacaciones para estar con nosotros y de paso darnos unas
nociones de caligrafía. Fue un pequeño milagro hacer aquellos pequeños trazos y
la verdad es que en la tercera sesión, empecé a mirar mis borrones de otra
manera.
Este año decidí comprarme el pañuelo de cuadros
azules que habitualmente se usa en las fiestas del País Vasco. Te lo pones al
cuello y es una manera sencilla de decir “estoy de fiesta”. El 5 de agosto,
festividad de la Virgen Blanca y santo de las Nieves, Edurnes, Blancas y demás,
me puse mi pañuelito y celebré ese día entrañable, centro de las fiestas patronales de Vitoria, con mis amigos taichistas. Compré unas pastas
en la patisseria Danés de Arenys y Tessa preparó una fiesta sorpresa con
Gin-tonics. Carlos nos amenizó con la guitarra y su repertorio de canciones,
los demás cantamos y bailamos con gusto.
Otro momento estupendo fue la cata de pescado en
el bar del mercado. Carlos descubrió una pescadería de primera y advertido de
que podíamos comprar pescado fresco y que los del bar nos lo prepararían por un
módico precio, nos permitimos tan grata experiencia. Carlos entregado a su
labor de pedagogo nos mostraba los distintos peces y nos explicaba sus
particularidades. Escogió unos boquerones, sardinitas, gambas y cigalas, todas frescas-frescas que luego
saboreamos al pie del mercado con el asesoramiento de Carlos para un correcto
saboreo.
Como siempre en nuestras convivencias, la mayoría
de los participantes son habituales, este año hemos tenido la participación de
la familia mexicana, las comadres Yolandas, además de Juana Celia, Ilda, Sofía
y Licha que dieron mucho color y sabor a la convivencia. Me hizo especialmente
ilusión ver a Sofía, la más joven, totalmente integrada y con proyectos de ir
ahondando en este camino. Yolanda Padilla nos presentó el libro “Vientos del
Este. Presencia de Tradiciones Espirituales de Origen Oriental en México” y
explicó su participación con la redacción de un capítulo titulado “El agua y la
humildad, según Peter Yang, un taoísta cristiano en México”, os lo
recomiendo.
En cada convivencia siempre me llevo la buena
sorpresa de conocer a nuevos taichistas. Ricard y su madre, pusieron ternura y
cariñito familiar al grupo. Tambien Jesús, el profesor de Qi Gong del Rincón, compartió un rato con nosotros su buen hacer.
Respecto al universo particular que viví,
últimamente le estoy dando muchas vueltas al tema de Wu Wei, dejar fluir, no
acción. Creo que estropeo situaciones y me lo pongo difícil por no saber
“dejarlo estar”, o como dice Peter “aguantar”. Así que en esta ocasión para
intentar reparar lo estropeado, pensé que lo mejor era dejarlo en manos del
cielo, y que “así me lo arreglasen”. Al igual que en el mar para salir a la
playa que era un poco empinada, había que aprovechar el empuje de las olas,
pensé que lo mismo debía de hacer respecto a las personas, dejarme llevar por
las olas y aprovechar la energía del empuje, y creo que me fue bien. Gracias
Señor¡
Edurne
Este año he sido más consciente de lo
bien que me sientan las convivencias y como me ayudan a ser yo misma. Cuando me
siento rodeada, arropada, sin juicios, en un ambiente donde se siente el
cariñito (no el cariño matador de los chantajes) puedo intuir como poco a poco
van cayendo esas capas de cebolla que me envuelven, que podría ser mi
personalidad, mi máscara, la parte visible de “mismitades”. La otra parte es la
sombra, el inconsciente lleno de experiencias y de emociones que se han quedado
tapaditas y no puedo o no quiero ver.
Muchas veces cuando entro en contacto con
otras personas y surgen conflictos, si ando en piloto automático suelo
reaccionar dejando escapar a ese “hulk” de la mitad oscura del que nos hablaba
Yolanda. Pero cuando me siento a gusto, sin juicios, sin presiones, puedo ser
más consciente y puede salir de su escondite la niña interior que grita aquello
de ¡soy como soy! Esas cosas que no me gustan de mi misma me resulta más fácil
verlas reflejadas en los demás, y cuando hago juicios en realidad los estoy
haciendo conmigo misma.
De modo que esa mirada compasiva hacia
los defectos de los demás es precisamente la que me sirve para quererme yo. Una
vez que integre mis dos mitades podré amar al mundo entero.
Así que eso es la mismidad: vida feliz,
vida auténtica. Así nos lo decía Peter hace muuuchos años (por lo menos desde
el 98) y ha sido en esta convivencia de Arenys cuando me ha llegado un poquito
más de luz.
Por eso ¡gracias a todos por convivir
conmigo y ayudarme a ser yo misma!
Marisa