Siempre que mencionamos a Dios, lo hacemos hablando de sus grandes obras. Ahora últimamente se habla del Dios de las pequeñas cosas. Cuando la realidad es que Dios está en todo lo creado.
Podemos llegar a Dios de miles de formas diferentes, pero la tradición oriental nos anima a hacerlo por medio de la respiración. Una forma de respiración es nuestro
fresquito-calorcito.
Sería absurdo pensar o creer que nuestra práctica diaria, paciente, tranquila, repetida y confiada solo nos llevará a procesos alquímicos interiores. No hay proceso que no tenga relación con Dios, por ello, nuestro fresquito-calorcito no es más que un modo de conectar con Él.
Es un modo tremendamente taoísta por la sencilla razón de que detrás de la práctica subyace el wu wei, es decir, la no acción. Sólo la observación nos va despejando el camino. Es como cuando, paseando por el bosque, sólo ves lo grueso, lo grande, lo que te cerca. Si te paras y miras a lo que te rodea, si afinas la vista, vas viendo más cosas: insectos, animales, plantas, hojas, humus… Y si aún afinas más, puedes escuchar lo que no ves, percibir lo que no es visible ni audible, sentir con tu piel el aliento de la naturaleza, palpar lo que la naturaleza genera.
Con el fresquito-calorcito pasa lo mismo: es pararse a sentir, pararse a escuchar, pararse a percibir. Pero no lo que hay fuera, sino lo que hay dentro de nuestro ser. Es dejar de mirar las voces de la mente, para escuchar los susurros de nuestro cuerpo; es seguir a nuestro corazón para llegar al silencio, es sentir para SENTIR esa conexión con lo que subyace. No es una conversación, es un monólogo en el que sólo podemos escuchar fielmente cuando callamos nosotros.
Fresquito-calorcito es oración, lo afirmo sin dudarlo. Pero es que además es la posibilidad de usar lo más básico, lo menos apreciado, lo que pasa más desapercibido para conectar con lo único que merece la pena, con lo que nos sostiene y da firmeza, con lo que nos alienta, más allá de aliento.
Respirar como nosotros lo hacemos es orar, es seguro. Nos lleva adonde nunca soñamos, es claro. Hay otras formas de oración, pero todas participan de ésta: sin aire no hay vida, sin vida no hay oración; sin oración no hay fe y sin fe no tiene sentido nuestra vida.
Andrés Guerrero Serrano
http://labrisaquesparcelasemilla.blogspot.com
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El aire es para el cuerpo lo que Dios para el alma, indisoluble y esencial, su alimento. Para quien se siente dentro de Dios, o Dios dentro de él, respirar y orar no tienen diferencia alguna, pues ¿cómo separar lo que te constituye como persona? Alma y cuerpo son una unidad, que sólo la muerte separa.
Dios es Presencia amorosa dentro del ser... ¿cómo separarlo de su respiración?
Dios es y respirar es existir, ¿qué diferencia puede haber?
Quien aviva la vida es Dios, si esa vida se mantiene por la respiración... ¿qué diferencia entre orar y respirar?
Hablamos pues de una forma de oración muy especial y totalmente natural, nada mental, ya que...
Orar es ser consciente de que tu respiración es el hilo de unión con Dios.
Pero para vivir esto con naturalidad hay que estar centrado, sólo si tu mente lo está tomará conciencia de la Belleza divina y respirará orando, sin diferencia alguna. Si la mente está convulsa, “fuera de casa”, alborotada, no habrá esa conciencia de unidad entre tú y el TODO, no se unificará la respiración con la oración.
Pero cuando la mente está en su paz, calmada y atenta, entonces:
- Inspira: apertura al cielo, desde el plexo, los pulmones, llena el tándem del prana, del elixir del aire
-Espira, asentir, confirmar, entregar, reafirmar, nutrirte y fortalecerte.
Las bases que nutren esta experiencia son:
a/
Alabanza
Todo participa de la Presencia, todo está vivo, todo respira, y estás agradecido, descansas en esa paz. Hay una oración sin palabras, una alabanza.
b/
Agradecimiento
Mientras paseas o caminas ves el mundo, o quieto en casa, sientes la vida; mientras respiras, oras, no hay diferencia, y es entonces cuando agradeces estar vivo, ser hijo de Dios, pues comprendes que formas parte de un todo universal, que somos Uno, y lo agradeces.
c/
Gozo
Esta certeza te produce un gozo íntimo y personal, afable y distendido, complacido. Todo está bien, existo. Gozas.
La mente permanece en calma, tomada por tu respiración, devota, en oración.
Isabel Moreno
http://bellezadepandora.blogspot.com

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ARTE DE ORAR Y RESPIRAR ( una experiencia)
En occidente nos han enseñado que en este planeta tenemos 4 elementos: tierra, fuego, agua y aire; sin embargo los chinos señalan que son 5 los elementos y estos son: metal, madera, tierra, agua y fuego y todos juntos forman EL AIRE.
Al iniciar el fresquito-calorcito comprendí que al respirar absorbía estos elementos tan necesarios para la salud. Respirando con paciencia y con arte, “el espíritu de la vacuna” sanaba mi cuerpo.
Con la repetición del fresquito-calorcito, día a día y sin tregua, vislumbré y sentí el corazón primitivo. (Tema del que he escrito y hablado varias veces.)
Jesús con la ternura y amor de san José, su padre en la tierra, se INSPIRÓ en el padrenuestro y es esta oración sin duda la más importante, es decir, la oración por excelencia.
Rezar el Padrenuestro respirando y haciendo hincapié en los verbos es para mí una verdadera unión con Dios.
Orar es ofrecer las pequeñas cosas, tal como nos enseña Santa Teresita del Niño Jesús con su “Infancia espiritual” y es en la convivencia donde podemos realizarlo, puesto que es Jesús quien nos lo dice en su evangelio: “He venido a servir, sin querer ser servido”
“El peregrino ruso”, libro que he leído mas de una vez, me educó en la oración del corazón y con la repetición al respirar pausada y consciente, ha sido una gran ayuda para seguir con el fresquito-calorcito.
Realizando el fresquito-calorcito… llegando a josefinado, consigo ponerme tan dentro de “mi casa” (corazón primitivo) que lo que ocurre en el mundo no me afecta. Poco a poco voy sacando basura, mentira, apegos y pellejos y así logro entrar en el corazón y sentir sus latidos, la llamada de Jesús para que le deje entrar y oír su voz que me dice ¡¡Sígueme!!
Orar y respirar es en sí dar las gracias por la vida y aprender a vivir con gracia.
Maribel Bayona
http://rincondelacalma.blogspot.com