Guillermo nos comenta sus experiencias durante la convivencia de semana santa en Altura
Convivencia de Semana Santa 2015
Este
resumen se refiere únicamente al periodo comprendido entre el jueves 2
al sábado 4 de abril por la mañana ya que no pude estar durante toda la
convivencia de Semana Santa en Flor de melocotón.
Llegamos
a Altura tras un agradable viaje desde Almería y después de comer una
paella valenciana en el recomendable Ca Xoret en Meliana; durante el
camino conversamos sobre la vida como celebración permanente, y la
relevancia del cariñito familiar, que lo es todo. La convicción con la
que se expresa Alejo, y la originalidad de la enseñanza de Peter Yang,
nos hizo llegar bien predispuestos a la reunión que el grupito inicial
estaba manteniendo en el patio de la casa, donde se repartió, por fin,
el glosario de términos del libro Chi kung cristiano, una buena idea del
pasado verano que ya está realizada.
El
tema de la Convivencia era el Capítulo IV del Tao Te Ching, un asunto
que se trato sí, aunque como allí estaban -como se dijo- practicantes
"patas negra”, con años de experiencia (juntábamos entre todos varios
siglos), y miles de kilómetros a cuestas (procedíamos de Andalucía,
Aragón, Cantabria, Castilla-León, Cataluña, Comunidad Valenciana,
Madrid, Pais Vasco, o incluso Alemania, Suiza o Dubai, y claro, China),
se trataron otras cuestiones que a modo de síntesis expongo:
• Trascender la forma.
• Algo sobre la herencia yacente de Peter, ya que aún no está adjudicada.
• El siempre « un poco más », que es como se debe traducir la palabra Chi (que sigue con un guión a Tai) significa polo o extremo.
• La verticalidad y la importancia de profundizar, abajarse, enraizarse, en lugar de elevarse.
• Las
mejoras en la finca de flor de melocotón (se ha aislado el techo de una
parte y construido encima un mirador, con la sencillez del « ni riqueza
ni pobreza »).
• Cómo estamos alineados.
• La cosecha de vid y olivo de este año, el embotellado del vino.
• La gracia de agradecer.
• La
imagen de que cada uno va construyendo una casita en su interior y que
cada una de ellas, juntas, en el grupito, semeja una aldea.
• La importancia de abrir -el centro- del corazón.
• La diferencia entre «víctima» y «superviviente».
• El descubrimiento de que « no sabemos lo que sabemos ».
• La « Resucitación » de Jesús, en lugar de « Resurrección ».
Me
fui tan contento como estará Peter viéndonos. Cada vez me gusta más la
finca, su entorno natural, la propia casa se ha impregnado de un muy
particular espíritu zen chino. También cada vez me resulta más natural
la convivencia. Y sobre todo me gusta ver los rostros de cada uno de los
del grupo ¡Hay algo!
Quiero resaltar
dos hechos que me resultaron significativos, uno fue al llegar:
advertimos que había muchas naranjas y mandarinas tiradas debajo de los
frutales de alrededor, daba pena ver todos estos frutos desaprovechados
(se debía a un exceso de oferta que no hacía rentable su
comercialización y también a las lluvias acaecidas). Para mí significa
que no basta con dar frutos, si no sirven a los demás, no tienen valor.
Y,
otro, al salir, estábamos haciendo tai chi en el pinar y antes de un
divertido final (¡ya que alcanzamos el número 83!) llegó un funambulista
que tensó frente a nosotros una larga cuerda entre dos árboles para
practicar, en la cuerda puso un seguro por si se caía. También nosotros
trabajamos el equilibrio, y contamos con una seguro, se llama
« autoseguridad », está junto a la tranquilidad, estabilidad, claridad y
verdad. Todo esto los sabemos por una experiencia única, la que da la
práctica, tal y como nos la ha transmitido Peter Yang,
del fresquito-calorcito y tai chi « cada día ».
Guillermo Lago
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NOTA PARA DIFUNDIR DE MANUEL CORTÉS
Hola a tods que participaron en la convivencia de la semana santa. Quisiera aprovechar la ocasion para saludaros y agradeceros por toda el carinito familiar que recipi de cada uno.
ResponderEliminarMe resulta tambien que las convivencias cada vez mas natural, creo que tambien subyace la realidad que ahora , Peter no fisicamente esta aqui, el Espiritu
que el ha transmitido-del carinito familiar- vuelve mas y mas en una realidad visible.
Saludos cordiales desde Alemania
Manuela
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMe ha gustado lo que ha escrito Guillermo. Es una manera de vivir la convivencia sin haber asistido.
ResponderEliminarTambién veo que hay alguna iniciativa como la de los jubilados y sobretodo mucho cariñito familiar.
Un abrazo desde Barcelona
He subido unas fotos ( que me ha enviado Edurne) de la convivencia de Altura
ResponderEliminarEspero os gusten
El primer amor es el lugar donde surgió la llamada al encuentro.
ResponderEliminarEsto es así porque como dice la "doctrina de la no dualidad",
el nacimiento no es venir a este mundo, sino que es tomar consciencia de la individualidad de la persona,
Las fuerzas protectoras de la naturaleza, La Maya hindú, acogen a un ser que ha tenido el nacimiento, y lo conservan y lo desarrollan.
La llamada del Ser, permanece detrás de esa persona que se ha convertido con la ayuda de su entorno, en un individuo de la sociedad,
La llamada se mantiene dentro de las preguntas que uno mismo conoce pero que no se formula con plena consciencia y voluntad.
Esas preguntas sólo las escuchamos de boca de un maestro,
maestro es exterior y también y, interior.
Cuando la resonancia de esas preguntas llega a todas las "células" del ser,
el proceso se expande hacia la conexión íntima con ese "ser" que está en todo.
Ahí la Creación empieza a cumplir su función de acompañar al "camino de el retorno",
La Creación mostrará sus más exultantes creaciones, no sólo en belleza, también en sabiduría, ahí, Ella, la gran obra del Creador, adoptará los Nombres del Creador, manifestando en cada momento y a la vez en simultaneidad su Grandeza.
Y el Hombre es el copartícipe de Dios en esta gran obra, es el referente cósmico del Creador, el Mantenedor, el Propiciador.
El Amor es la manifestación de Dios.
No tener miedo del Amor. Es de Dios. Cantarle al amor, cantar al deseo del Amor, al deseo del Amado, al deseo de ser uno mismo/a tan amado/a como esperamos siempre que sea correspondido el amor de ese "primer amor".