Guillermo Lago nos envía un resumen de la convivencia de otoño en Flor de Melocotón. Que la disfrutéis!!!
Ponerse de acuerdo (en cinco días)
- Viernes
28 octubre.
Aunque llegamos tarde, coincidimos con algunos
compañeros del intenso viaje a China en la cena de celebración de la
Confirmación de Mateo, hablamos de la Odisea de Ulises.
Al entrar en la casa de Flor de Melocotón siempre tengo
la sensación de que nos recibe Peter.
Wilma ha puesto nuestros nombres en la puerta de cada
una de las habitaciones, hacemos las camas y al poco nos acostamos. El silencio
del campo.
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Sábado 29 octubre.
Antes del amanecer, es un placer estar en el establo
de la tranquilidad, fresquito y calorcito. Todo resulta familiar
en torno al orden del día. Las convivencias en Flor tienen desde el principio
un aroma rotundamente zen, en mi caso lo redescubro preparando la mesa para el
desayuno y después lavando los platos. No son unas vacaciones en hotel con baño
en el que te atienden, aquí es vivir y convivir de verdad, servir sin fingir,
entregarte a la realidad.
El lema elegido para la convivencia -ponerse de acuerdo-
responde a una frase repetida por Peter: "Pónganse de acuerdo". Sobre
su significado y sentido van a girar las tertulias, los comentarios, las
sobremesas, los paseos: ponernos de acuerdo.
En principio, como cristianos ponerse de acuerdo evoca
la frase de Jesús: “Además os digo, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo
sobre cualquier cosa que pidan aquí en la tierra, les será hecho por mi Padre
que está en los cielos. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre
allí estoy yo en medio de ellos” (Mt 19:20). En el Tao Te ching estar de
acuerdo solo se concibe con el Tao, con lo natural, tal vez la frase que más se
aproxima es la de que “solo el que sabe lo que es suficiente, tendrá siempre lo
suficiente” (TTK 46). En ambos casos se requiere confianza, fe.
Es interesante abordar un tema concreto, lo hicimos en
las precedentes convivencias que hemos realizado en otoño ("Ni yo ni no
yo", "Viento del Este"). Permite adentrarnos en esa forma/fondo
taoísta de Peter en las tertulias, una especie de "argumentación en
práctica", en la que las ideas e imágenes están en evolución, como si la
conversación fuera en sí un movimiento de tai chi.
Empezamos la tabla en el pinar, allí donde un día
desaparecí. Ritmo pausado pero no muy lento: a trece movimientos por hora.
Por la tarde retomamos la tertulia. Menos mal que no
aparecen "peterianos" diciendo continuamente Peter dijo ésto o
aquéllo, sentando cátedra de su buena memoria. Hemos sido testigos de cómo, de
convivencia en convivencia, él mismo iba cambiando las respuestas a las mismas
preguntas; no es lo mismo lo que dijo del fuelle un día de lo que dijo otro o
incluso, sin hacer presunciones, lo que nos diría ahora; un ejemplo es cómo
cambió la expresión aquella de "disfrutar los disgustos con mucho
gusto" al final. Cuando alguien dice "Peter dijo" dan ganas de
preguntarle ¿y tú, qué dices?
Convenimos que lo primero que hay que hacer es ponerse
de acuerdo consigo mismo, no "nos" podemos poner de acuerdo si uno no
está en paz con uno mismo. Es más, casi apuntamos que si uno se pone de acuerdo
con sí mismo, ya todo está resuelto. De manera que pongánse de acuerdo es
conozcanse a sí mismos que es algo que sin duda el propio Peter descubríó al
final de su vida terrenal.
Se ha hecho tarde y la lectura del Evangelio la hacemos
después de cenar, lo lee Juanito.
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Domingo 30 de octubre.
Cuando suena la campana al final de las respis me sale
un "qué agusto". Ana regala un precioso mantel que ha hecho ella con
todo el ropaje litúrgico para el altar. Contrasta la espartana estructura de
madera con tanta dignidad.
Si hay que ponerse de acuerdo es que hay algún
desacuerdo, identificar el desacuerdo nos llevó, en el análisis de los casos
que cada uno llevábamos en la tertulia (el familiar que te retiró el saludo, el
vecino que invade tu intimidad dejando crecer una yedra sobre tu valla) a
constatar que ahí hay un trabajo casi de arqueología. Todo desacuerdo tiene una
profunda raíz que no tiene nada que ver contigo, no es algo que te debas tomar
como personal.
Tras la misa hacemos tai chi junto a la muralla de
Segorbe.
Despues de comer vamos a visitar el olmo de más de
cuatrocientos años que hay en Navajas, es un ejemplar que, además de salir en
los sellos, aparece en el documental The silent friends sobre
árboles españoles.
Nos tomamos un café en la plaza. Se comenta si ponerse
de acuerdo puede ser un objetivo o un medio, y se concluye que ya está bien de
metas, de ser competitivos, de querer más y más. En lugar de sumar, lo que un
taoístas hace es restar. De esta forma no hace falta ponerse de acuerdo lo que
hay que hacer es evitar el desacuerdo, procurarlo esquivar.
La perrita de C. se come el audífono de A. que se había
caído al suelo.
Por la noche vemos un flare (brillo) de un satélite
Iridium que sobrevuela la casa.
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Lunes 31 de octubre.
En el calentamiento siento que somos todos chiquillos,
Wilma en especial es la imagen de una alegre y real niña escocesa.
Más tarde nos preguntaremos cómo nos ponemos de acuerdo
en nuestro proyecto de Flor de melocotón, aquí las diferencias se producen
entre lo que algunos creen que "debería ser " Flor en lugar de
repetar ”lo que es". Lo que debería ser es algo que no cambia mientras
que, lo que es, está en continuo movimiento (semilla junto a la acequia, raíz
que se adentra, savia que asciende, fruto que ama la gravedad, sombra que da
cobijo al tai chi zen cristiano, hoja que acaricia el aire, flor que se esconde
y abre…).
Esa actitud tiene una expresión afortunada que ya
conocemos: “te quiero como yo quiero, te amo como amo, te estimo como timo”.
Queremos cambiar a nuestros hijos, a nuestros padres, a nuestros compañeros en
base a lo que cada uno cree entender que es lo que "debería ser"
mejor para ellos, con eso lo que únicamente demostramos es que no los queremos
como son. Por eso enfatizamos que ponerse de acuerdo es Respeto, querer y
respetar al otro tal cual es, no pretender cambiarle a tu antojo.
Respeto lo asociamos a impecabilidad, ser impecable con
las palabras (como dice Miguel Ruiz), no hacer/nos daño con ellas, ya que son
como espadas (word-sword).
Visitamos la cruz de San Juan, el cruceiro que hay al
lado de casa es muy antiguo y singular. Apreciamos como un grupito de Altura
con mucho cariñito acaba de hacer una cuidada intervención, han rodeado con
piedras naturales su base dejando así una especie de banco circular donde nos
sentamos y pasamos un rato.
Hace un día espléndido, encendemos el fuego y comemos
pollo a la brasa con todos los chicos.
Discutimos si ponerse de acuerdo depende más de la
armonía que del equilibrio, aquí se avanzó que no deberíamos diferenciar
equilibrio (individual) de armonía (social), como tampoco debemos distinguir
entre vivir y convivir, no hay lo uno sin lo otro, con esto volvimos al
principio: autoacuerdo.
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Martes 1 de noviembre.
Por la mañana convenimos que hay que estar de acuerdo en
lo cotidiano, en las cosas pequeñas, en lo sencillo, en lo concreto, en los
detalles. Todo esto es precisamente lo que cada uno tiene que hacer lo mejor
posible, lo demás a mí qué.
Así antes de irnos
proponemos realizar una idea: que los 7 de marzo (a partir del 2017), a las
doce horas (peninsular), todos aquellos que hemos aprendido el taichi zen
cristiano de Peter Yang, y lo practicamos cada día (en España, Reino Unido,
Suiza, Alemania, México, o China), recemos un Padrenuestro en voz alta,
vocalizando como Peter nos enseñó, para así celebrar a la vez el día que subió
al Cielo. ¿Estamos de acuerdo?
La palabra evangélica es un mandato divino. El acuerdo ha de ser sobre la ley y el derecho sagrados, instituido por Dios mediante ls Revelación. Lo que Dios Todopoderoso decide, eso sucede, dicho_hecho, de ahí las palabras de Jesús, pero Jesús no ha dicho sobre eso no ponerse en dedacuerdo, sino decir claramente, rotundamente un "si, si" o un "no, no", sin ambigüedad. El corazón necesita la verdad ultima para realizar su función de cada momento, eso es lo que mueve al mundo, aunque las apariencias sesn otras; "el cielo y la tierra no me contienen, pero el corazón del siervo creyente me contiene" palabra revelsda por el profeta Muhammsd, sello de la profecia
ResponderEliminarGuillermo Lago, respecto a las palabras y dichos de Peter, he de puntualizar , de alguna manera completar lo que escribes, es muy sencillo, tanto que lo usamos constantemente, solo que cuando se necesita indagar sobre una verdad esencial, hay que ser escrupulosamente delicado. Cuando dices, que ha dicho una cosa y después otra aparentemente opuesta, en ningún caso la palabra verdadera, la a de un santo o sabio es contradictoria, y eso es verdadero a priori ; existe sólo la diferencia del punyo de vista desde donde se aborda . Eso mo quita validez al uso de la palabra como instrunebto del cielo para manifestar y transmitir la verdad, ni mucho nenos aportar desconfianza sobre el transmisor de la palabra , de la verdad, como podría parecer darse a entender en el comentario que hiciste, si no fuera porque se sabe que tu intención es muy otra
ResponderEliminares un texto escrito por el Cheikh al-akbar (Ibn Arabî), " tratándose de la zakât, su comentario esotérico se apoya en una asimilación, indicada por el Profeta mismo, entre la palmera y el creyente (al-mu'min) y también sobre la presencia del nombre al-Mu'min entre los nombres excelentes : « Huwa Allâh, el cual , no hay Dios excepto Él, el Rey Santísimo, el Pacífico, el Fiel (al-Mu'min).... (Cor. 59,23)»
ResponderEliminar« De la misma manera que la ley declara obligatoria la zakât sobre los dátiles, el creyente, porque él comparte este nombre con Dios, está sometido a un derecho que retorna a Dios (li-l- Haqqi fi-hi haqqun), derecho que se le llama : zakât ; sucede lo mismo para con el conjunto de Nombres Excelentes (cuando el servidor con ellos se reviste). El creyente debe purificar este nombre (divino) que le es atribuido por la sinceridad perfecta (sidq) en todas sus palabras, en todos sus actos y en todos sus estados ; él debe también rendir confianza a todo ser que experimentara algún temor respecto a él. Si cumple esto de manera sincera, Allâh el Altísimo le declara verídico ; y Él entonces no puede más que confirmarle por su nombre al-Mu'min y por ningún otro. El sidq del servidor tiene por efecto que el nombre de Allâh al-Mu'min le sea reenviado de la manera en que un espejo reenvía la imagen de aquel que le mira : el Altísimo declara verídico todo en lo que el servidor se muestra sincero. He aquí la zakât que es puesta a su cargo cuando la fe le es atribuida : él da a Allâh el derecho que le retorna sobre la fe mostrándose sincero en sus palabras, en sus actos y en sus estados pasajeros »
pg 76 del libro mencionado con anterioridad