Desde el santuario de Montesclaros, Carlos comparte con todos las vivencias y sentimientos de la convivencia de inicios de julio.
Después del paréntesis del
año pasado (por la enfermedad de Peter) y siguiendo con la tradición que, desde
el año 94, nos reunía en el Santuario de Montesclaros, el grupo de Tai Chi de Cantabria
hemos vuelto este año -del 2 al 6 de julio- a organizar y a hacer nuestra
convivencia en este especial lugar.
Para nuestra sorpresa y satisfacción, ha
asistido a la Convivencia un grupo de gente bastante más numeroso de lo que
imaginábamos cuando decidimos reanudar este encuentro anual. La no presencia
física de Peter no ha sido un hándicap para que muchas personas de nuestra
“familia” decidieran acompañarnos estos días: estábamos unos cuantos de aquí,
de Cantabria, y también vinieron otros de Granada, Madrid, Zaragoza, Valencia o
Vitoria; y además tuvimos la aportación de un grupo de 5 personas que vinieron
de León, que asistían por primera vez a nuestras convivencias y que se
integraron muy bien en el grupo. En total, llegamos a ser unas 25 personas, lo
que está muy bien como número, comparado con otras convivencias anteriores, y
nos da, una vez más, la idea de que la intención y el compromiso de continuar
con el legado y las enseñanzas de Peter parece que sigue con fuerza y decisión entre
nosotros, después de que él ya no nos acompaña en persona.
Los frailes del Santuario nos han
recibido muy contentos -después de ese paréntesis de un año sin venir- y nos
han tratado tan bien como siempre. La figura y el espíritu de Peter estuvieron
siempre presentes, tanto en nuestro recuerdo y en nuestras continuas
referencias y alusiones a él como en el recuerdo de los frailes, que incluso
ofrecieron una Misa en su memoria.
La convivencia transcurrió, en líneas
generales, de manera similar a todas las anteriores, es decir, con un “orden
del día” parecido al que hacíamos cuando estaba Peter y con la libertad
personal, después, de participar en las actividades que cada uno decidiera
(calentamiento matutino, tai chi, fres-cal, tertulia, misa, paseos, bar, etc.).
Es decir, libertad dentro de un orden (“santa libertad”). Y no faltó, como
siempre, el “cariñito familiar”.
Los temas de los que hemos hablado en
las tertulias han sido básicamente los que vienen tratados en los capítulos IV,
V y VI del Tao Te King:
-la naturaleza del Tao y su cualidad
de inagotable (cap. IV); el concepto de wu-wei -que recorre todo el libro- (el “no hacer”, no interferir, no estorbar,
hacer sólo lo que te toca), recordando la frase de Peter de “no ser impedimento
de paz” y quedándonos con ella como conclusión.
-el concepto de servicio y de la no
benevolencia del cielo, de la tierra y del sabio para con aquel ser que no
sirve (cap. V).
-la imagen del “fuelle” como espacio
entre el cielo y la tierra, relacionado con nuestra respiración, que ha de
imitar a ese fuelle inagotable (cap. V)
-el peligro de que la acumulación de
conocimientos nos haga perder lo esencial (cap. V).
Partiendo de estos capítulos y de
estos temas, ha habido también exposición de experiencias personales. Y la
conclusión que hemos sacado al final, una vez más, es que todo ello no nos
sirve para nada si sólo se nos queda en palabras y no lo experimentamos (lo de
“dicho, hecho”, que tanto repetía Peter).
Agradecemos vuestra presencia a todos
los que nos habéis acompañado y esperamos repetir el año que viene, a ver “si
la Virgen de Montesclaros nos aclara un poco más”.
Carlos Sotres
Aprovechamos para informaros que el blog se va de vacaciones hasta septiembre.
Bon estiu a tothom
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