Guillermo nos relata su experiencia en la convivencia de Granada
Granada, Pentecostés 2013.
Como dice Peter cada grupo tiene su cosa, en el de Granada se nota el
aroma a Andalucía, hay una animación particular en el calentamiento,
una riqueza de matices y un tono desenfadado en las conversaciones y
charlas: son del sur.
El formato de la convivencia este año era diferente: se trasladó del
Corpus a Pentecostés, en vez de un fin de semana completo se concentró
en un día entero, se cambió la aportación de textos relacionados entre
el Tao y el Evangelio por la propuesta de que cada cual trayera los
suyos en relación con el primer capítulo del tao y, en lugar de las
monjitas de Santiago se celebró en la Casa de Espiritualidad de los
Salesianos en la Cartuja, que ya nos conocen y aceptan.
Como siempre me gusta notar cómo va mejorando cada grupo, y cada uno
en particular. Hace ya algunos años en Granada, al ver como José
Antonio se unía y hacía todos los ejercicios y el tai chi, Peter le
dijo que podía convertirse en un gran maestro; aunque todavía no ha
dejado su bastón he empezado a considerar, con mucho respeto, que ya
lo es. Por lo demás no voy a describir la familiaridad que me une a
Trini, América, Margarita, Carlos, Loreto, María José, Rosa, o con
Teresa o Adi y, por doble motivo, con Alejo (que no se pierde una).
Del encuentro celebrado quiero destacar dos cosas:
La primera la multiplicidad de conexiones que se encontraron entre el
capítulo 1 del Tao y la Biblia (Reyes I,19, Proverbios 8,2, Éxodo
3,13, Isaías 42,8, Apocalipsis 1,8, Mateo 6, 25-34, o Job 42, en la
traducción de Fray Luis de León) tambien incluso con cantes gitanos
(de Lolé) y los ejemplos que se propusieron del Tao (camino natural
por donde transita Dios) o las vinculación con secundar tanto la vida
natural como la fe sobrenatural. ¿Hay alguien en el mundo que esté
haciendo este trabajo aparte de nuestro grupo?
La segunda se refiere a la pequeña vigilia de Pentecostés que hicimos
a las diez de la noche en la capilla tras el Rosario. Con el tiempo
que hacía esa noche en Granada y en silencio, se podía escuchar el
soplo del viento; luego se leyó una oración primitiva denominada
"¡Ven, Espíritu Divino!" ("...ven dulce huésped del alma…"): sentí
algo; culminó la velada con la improvisada interpretación de Lola ¡con
una lira! de la canción "ser instrumento de paz", algo que nos
pareció normal aunque fuera inédito.
Para conocer la diferencia entre acto y acción humana basta con ver los frutos.
guillermo lago